—A MINGHAO SE LE OLVIDÓ DECIRNOS.

—¿Por qué gritas? Aish— Mingyu apareció a un lado, con un papel bond enrollado dentro de su bolso, Seokmin lo miró y lo agarró de los brazos.

—¿QUÉ TE TOCÓ A TI?

—¿En la exposición?

—AJÁ.

—El calamar.

—¿Qué clase de exposiciones son estas?— le dijo Joshua a Hansol

—No sé, pero a ti te tocó una mariposa. No puedes hablar mucho.

—Verga, si es verdad.

Mientras, Seokmin recordó que justamente tenía a dos dibujantes en su salón, uno parado como un webon enfrente de él.

—¿ME PUEDES HACER DOS CANGREJOS?

—Ujum ¿Cómo así mano?

—Cállate, Joshua.

—¿Dibujarlos?— Seokmin asintió— Bueno ¿Tienes la foto?

—YO TE LA BUSCO.— Mingyu asintió— AY MINGYU TE AMO, TE ADORO, QUÉ HARÍA SIN TI PAPI.

Mingyu simplemente se río y se soltó de Seokmin, este pana estaba loco.

—Por curiosidad ¿Qué le tocó a Minghao?

—El pulpo.— logró decir Mingyu antes de que Seokmin lo arrastrara a un lugar donde pudiera dibujar.

Joshua y Hansol se quedaron solos de nuevo. Así que ambos se fueron a sentar a los banquitos que aún quedaban libres hasta que el timbre sonó, Hansol se quedó pues a su año le tocó cantar himno ese día, pero Joshua fue directo a su salón.

Cuando llegó algunos estaban sentados, otros de pie cerca de sus pupitres esperando al profesor. Joshua se puso en la puerta derecho y con una cara egocéntrica jodedora que lo caracterizaba. Bárbara lo miró y sonrió.

—¿Qué te pasa?

—Estoy a cargo de ustedes, bastardos.— dijo y todos se rieron— Díganme... Rey.

—Culo.

—Coño Carlos, si matas el show.

...

Wonwoo andaba tranquilo por el pasillo como todo semanero respetable, nada lo estresaba, nada lo angustiaba. Hoy era un día fino.

Embuuuste, Wonwoo había evitado ver a Mingyu desde que se besaron.

«Bueno, lo besé yo pero...»

Tuvo que admitir que ese día también estaba alegre por la guarapa. Pero a diferencia de Mingyu, él recordaba todo. Absolutamente todo.

Hasta se acordaba de que le gustó ese beso.

Pero, primero le raspaban el coco antes de escucharlo admitir eso.

Al menos hoy Mingyu no vino con él, así que no lo había visto para nada en todo lo que llevaba del día.

—JEOOON, ¿También te tocó ser semanero? A mí también.

Wonwoo tuvo que respirar profundo para poder relajar los ojos y abrirlos de nuevo. Volteó y Mingyu estaba como un perrito campante sentado en el murito de la coordinación. Cuchi.

—Sí. ¿Por qué sigues aquí?

—Ah, porque un amigo está adentro y quiero saludarlo.

—¿Qué amigo?

U.E.I Sevenzuela -Seventeen-Donde viven las historias. Descúbrelo ahora