49.- Hola rubio.

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—¿Cómo? ¿Cuándo? Explica esto Nathaniel Collins —me separé y le golpeé el brazo— estuve todo el camino hacia aquí sintiéndome culpable.

—Lo siento chispita, estaba siendo muy egoísta, está muy bien que quieras pasar tiempo con tu familia.

—Nate, no debiste venir. Tú mamá no está en óptimas condiciones para que la dejes así en navidad.

—Oh, yo estoy muy bien aquí Abby —habló Chloe saliendo de la cocina, yo abrí los ojos de par en par mientras ella reía y me abrazaba.

—¿Q-qué?

—¿Tú crees que iba a dejar a mi familia sola en navidad, Abby? ¿Qué clase de novio crees que soy?

—Pero tú...

—Bueno sí, está bien. Tal vez tu mamá lo sugirió. Ella nos invitó.

—Sigo sin entender —reí rascándome la cabeza.

Esto era tan raro, Chloe y Nate en mi casa, por lo tanto Theo y Alai también, mamá los había invitado a quedarse y ellos habían accedido y viajaron al día siguiente.

No estaba lista para todo eso.

—Tierra llamando a chispita, Huston, tenemos un problema. Creo que la perdimos —decía Nate fingiendo tener un megáfono.

—Yo...

—Oh, ha vuelto a nosotros —agudizó la voz abrazándome.

—Te he dicho mil veces que saques tus sucias manos de mi bebé frente a mí —habló mi padre apareciendo por la puerta, pero regresó y sonrió al verme— ¡Topi llegó! —rio caminando hacia mí para abrazarme— Hola costalito.

—Hola papi.

—Señor, creí que ya nos llevábamos bien —habló Nate estirando la boca de ambos lados, exagerando una sonrisa.

—¿Quién te ha dicho eso renacuajo?

—Sí señor textualmente dijo "demostraste madurez y me alegra que estés con mi hija" —imitó a mi padre con una horrorosa voz gruesa. Hasta que papá presionó su hombro y soltó un grito ahogado.

—Ustedes son amigos, capisci?

—Pero somos no-aay —interrumpió en cuanto papá presionó más su hombro.

—Amigos, dije.

—Sí señor —volvió a agudizar la voz mientras papá los soltaba y palmeaba su hombro mientras sonreía.

—Tu hijo es obediente, Chloe.

—Mi bebé es todo un hombre —habló ella presionando las mejillas de su hijo haciéndome reír.

—Mamá, no frente a mi... —miró a mi papá y aclaró la garganta— amiga.

—No seas cobarde Collins —rodé los ojos.

—Papá, Nate y yo somos novios y aunque no quieras aceptarlo, te cae bien. Así que deja de amenazarlo con tu tamaño y tratalo bien —le saqué la lengua y abracé a mi novio por la cintura.

—No se preocupe Don Vini, la promesa de los veinticinco años está vigente.

—Por supuesto que lo está, insurrecto.

—¿Veinticinco años? ¿Qué es eso? —preguntó Chloe y me sonrojé soltando a Nate, que inmediatamente me pegó a él de nuevo.

—Don Vincenzio no quiere que Abby y yo tengamos sexo hasta que estemos casados o tengamos más de veinticinco años —contó sinceramente y escondí mi cara en el pecho del tonto.

True ColorsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora