Mark miró hacia donde estaba su hermana en cuanto escuchó que John comenzó a gritar.
Se levantó rápidamente cuando lo vio descender, acercándose a ellos.
Irene estaba algo asustada, que incluso hasta retrocedió.
Miró a John algo preocupado, notando que su mano estaba sangrando.
— Shhh, modera tu voz — dijo la mayor sonriendo nerviosa a las personas que veían la escena, después de fijó en su hermano — Llévalo hasta el auto, yo le explico a su padre y al nuestro algo que se me ocurra y llevo un botiquín ¡Corre!
Actuó rápido siguiendo las órdenes y tomó a John del brazo para poder llevarlo al vehículo, este al sentir el agarre de Mark, se dejó llevar, absorto en sus pensamientos.
Se sentía más mareado de lo normal, comenzado a sospechar que al parecer el barman le había servido algo más fuerte que el coñac y ya se la había subido.
Al llegar al auto, se sentó en la parte de atrás apoyando su cabeza entre ambas manos a pesar de que le doliera una de ellas.
Mark al mirar su acción rápidamente tomó su mano ensangrentada.
— ¿Te quieres lastimar más? — preguntó mirando su palma, no era tan grave la herida a su parecer. Ahora, su mirada se enfocó en John tratando de averiguar cómo se encontraba.
— Tu, tú me haces más daño — giró su cabeza encontrándose conectando las miradas de ambos. Se fue acercado a este peligrosamente, no sabía la razón por la cual lo hacía, solo no podía detenerse.
El menor se quedó quieto con una ceja levantada, sospechaba que los tragos que había tomado John habían sido fuertes y que comenzaban a hacerle efecto. Negó con la cabeza.
— ¿Te hago daño?
— Lo peor de todo es que ni siquiera te das cuenta — murmuró acercándose más a él, hasta quedar a escasos centímetros de su boca — Lo siento, pero tengo que hacerlo.
Cortó la poca distancia que quedaba y unió sus labios con los suyos en un beso fugaz que solo duró escasos segundos.
Mark se quedó con los ojos bien abiertos, realmente sorprendido, parpadeo un par de veces mirando a la persona que se había atrevido a besarlo.
Escuchó los pasos de Irene aproximarse.
Mark frunció el entre cejo, volteando su cabeza cuando su hermana llegó. Miró al suelo haciendo un espacio para que se sentara.
— ¿Estas bien? Parece que has visto un fantasma. — bromeó ella mientras sacaba el alcohol y unas vendas para atender la mano de John.
Negó con la cabeza a modo de respuesta, se recargó en el respaldo del sillón tratando de no pensar más en lo que había pasado con el mayor.
Se quedó embobado viendo como ella curaba la herida, parecía que su hermana podía controlar la situación sola.
Se acercó a la puerta del carro para abrirla y salir.
— ¡Auch! ¡Duele! — gritó al sentir el alcohol en la herida. Intentó apartar la mano pero ella lo tenía bien sujetado.
— ¡John! Cállate y déjame hacer esto. Mark, pásame... — volteó al lugar donde se suponía que debía estar el, pero no, había salido. Rodó los ojos — ¿Hablaste con mi hermano?
— ¡Ja! Hablar; no tuve tiempo de hacer eso — sus ojos comenzaron a cerrarse, tenía mucho sueño a causa del alcohol.
— ¿Entonces por que salió como medio exaltado? Pensé que habían hablado —comentó mientras le colocaba la venda.
— Deja ya de preguntarme tantas cosas. Todavía no nos casamos y ya pareces mi esposa — dijo ya un John ebrio y bastante somnoliento. Lo único que quería ahora era dormir, así que se desabrochó el saco, botón por botón haciéndolo bolita y creando una especie de almohada con este, se la colocó en la cabeza intentando dormir en el asiento de la camioneta.
Irene, que no dejó de ver la escena con una ceja levantada no se contuvo en preguntarle a la par que lo movía para espabilarlo:
— John, ¿Te vas a quedar en el auto de los Lee?
— Es mejor que estar en una cama solo, por lo menos tú me vas a cuidar — acercó su mano a la de ella y cayó en un profundo sueño.
Ella quitó su mano en un movimiento rápido y gruñó. Salió del vehículo buscando a Mark, sin encontrarlo, no estaba, al parecer se había ido.
Se dirigió entonces hacia donde se encontraba su padre cenando y charlando con el padre de John.
— Hola papá.... eh, llevaré a "mi futuro esposo" — hizo mucho énfasis en esas palabras — a la casa. Se quedó dormido ¿Si? — habló en menos de cinco segundos manteniendo una sonrisa.
El Sr. Seo rodó los ojos al escuchar a la chica Lee decir eso sobre su hijo cuando claramente le había especificado antes que no hiciera el ridículo en una venta tan importante como esa.
— ¿John está bien? — fingió interés — ¿No ha causado ningún problema? — ella lo miro y asintió.
— Si, el esta bien, pero, usted sabe... El alcohol y esas cosas te hacen dormir — trato de omitir todo el show que había causado hace unos minutos.
— Si dices que está bien, te creo — no quería ir a asegurarse de que fuera verdad, el ya era mayor y sabía cuidarse solo — Lo dejo entonces en tus competentes manos.
Río pareciendo amable y agradecida. Regresó la vista a su padre.
— ¿No sabes donde está Mark?
— Tal vez se debió de ir, no le presté atención muy bien — típico.
— ¡Papá! Le puede pasar algo... ¡agh! Lo iré a buscar. Con permiso. — regresó al auto, el chofer de este ya se encontraba en su lugar así que ella solo tuvo que decirle que manejara hasta la casa, no sin antes preguntarle si había visto a su hermano. Respondió que minutos antes lo vio tomando un taxi, así que probablemente ya se encontraba en camino a la casa también.
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— ¿Entonces en que estábamos Sr. Lee? — bebió un sorbo de la copa de vino mirando al contrario, intentado continuar la conversación que ambos tenían antes de ser interrumpidos por su hija.
Al final, la cena transcurrió bien, hasta resultó ser algo agradable. Kim lo llevóa su casa para descansar, aunque al llegar lo primero que hizo el señor fue ir directo al estudio para ordenar unas cosas y luego dormir.
Por lo menos, John no estaría cerca hasta mañana y le daba tranquilidad no tener que hacer que lo vigilaran. Aveces se parecía tanto a su madre, hiperactivo y siempre con algo que decir, que era difícil predecir su siguiente movimiento.
