27

905 63 19
                                    

Perspectiva de taehyung.

Siquiera podía mirarme al espejo sin sentir repulsión hacia mi persona, ¿realmente había hecho eso?, me siento tan repugnante. jungkook no merece a alguien como yo...

—Jungkook, mírame.— Con dolor le vi levantar su mirada, sus ojos llorosos quebraban lo más profundo dentro de mi corazón.

—¿Por qué?, ¿por qué quieres terminar?.— Su voz mocosa corrompía mi mente completamente, ¿en verdad he hecho sufrir al chico que amo?.

—Creeme lo hago por el bien de ambos, prometo volver a tu vida muy pronto hyung, aunque sea lo último que haga.— Intenté esbozar una pequeña sonrisa, pero simplemente hice una mueca algo desagradable.

Creí que mis palabras serían reconfortantes, pero lo único que logré fue quebrarlo más, me dolía verle de aquella manera, me dolía más que nada en este mundo. Pero ¿podría vivir con la conciencia limpia si dejase que todo fluyera de una forma algo desagradable?, conociendo a harold, es capaz de todo por dinero. Y jungkook no sería un obstáculo ya que su debilidad ante sus ojos soy yo y puede que sea así. Pero no voy a arriesgarlo.

Los minutos pasaban con rapidez, jungkook lentamente fue quedándose dormido. Sus hermosos ojos estaban rojos y hinchados, sus mejillas con rastros de lágrimas e igual de rojas que sus ojos, balbuceaba palabras la cuales fui incapaz de entender, pero no esperé más. Tomé un pequeño almohadón bastante cómodo para recostar su cabeza y poco a poco salí de debajo de su cuerpo y le observe por un momento. Deposité un corto beso en sus labios y sonreí sosteniendo mis lágrimas.

—Espero verte alguna vez, hyung.— Reí bajo, suspirando de forma cortada por el nudo en mi garganta.

Sin más me levanté y con la misma ropa que traía puesta salí por la puerta hasta alejarme bastante de aquella casa en la playa. Como esperaba me encontré con uno de los guardaespaldas de papá.

—Joven kim, es un placer verlo de nuevo.— Hizo una reverencia y esbozó una pequeña sonrisa.

Hice lo mismo y en silencio me subí a la camioneta.

Prometo volver a buscarte, mi amor. Pensé

¿Puedes esperarme?.

El hombre se subió al auto y de inmediato le encendió y lo puso en marcha, me miraba de una manera poco respetuosa por el retrovisor. Empezaba a incomodarme.

—¿Qué miras?, sería una pena que tu jefe se entere de que andas mirando demás a su hijo.— Hablé con un tono demandante, de inmediato el chico miro a la carretera.

—Es una pena que alguien tan joven como tú tenga que pasar por esto.— Habló, su voz era muy gruesa y masculina. Me estremecí al pensar que este hombre pudiese tener un cargo más alto del que me imagino puede tener.

—Nada que te importe.— Respondí seco, mirando por el ventanal como el atardecer se reflejaba. Justo ahora estaría con jungkook durmiendo cálidamente bajo la suave tela de nuestras sábanas.
Mi pecho se apretó y simplemente no pude aguantar más las lágrimas, lloré, como nunca antes lloré y empecé a mordisquear mis uñas con agresividad, éstas empezaban a doler y arder, poco a poco fueron sangrando pero que mierda importa ahora.

—Joven, debería calmarse.— El chico parecía espantado ante tal escena. Já, tan tonto.

—No te metas en mi mierda, ¡NO!.— Grité golpeando fuertemente el asiento donde aquél se encontraba, empezaba a sentirme nervioso.

—¡TRANQUILO JODER!.— Gritó frenando el auto de golpe, provocó que me pegara con el asiento delante de mí.

Dejé escapar una bocanada de aire, le vi negar lentamente y volver a conducir normalmente mientras humectaba su labio inferior con su propia saliva.

—Lo siento..— Murmuré mientras hipaba, mis lágrimas nuevamente volvieron a fluir.

—Intenta calmarte, por favor.—

Simplemente dijo aquello, intenté hacerlo, pero me era imposible. ¿Qué sería de mí?.

Tardamos unos 30 minutos en la carretera, finalmente llegamos a casa, o más bien el infierno.

Bajé del auto sintiendo inseguridad, pero ya estaba aquí. No podía volver atrás. Di unos cuantos pasos hasta la entrada, y mucho antes de tocar el timbre la puerta ya estaba abierta. Harold con una sonrisa ladina se acercó a mí, y palmeó tres veces mi hombro.

—Sabía que volverías hijo.— Sus palabras fueron como dagas a mi orgullo.

—Nuevamente juntos, ¿no?, papá.— Mis palabras salieron tan llenas de odio, yo mismo me sorprendí.

—Esta vez por siempre.— Volvió a su expresión neutral que tanto odio.

Sigue soñando.

—Uhum.— Reí bajo presionando mis puños con fuerza.

—Y sobre jeon..—

—Te dije que tendrías que olvidarlo si volvía contigo.— Interrumpí sus palabras señalando su pecho.

—No prometí nada.— Rió bajo, sentí la maldad sobresalir en aquellas palabras.

—Le tocas un sólo cabello y yo mismo voy a matarte.— Mis ojos nuevamente se llenaron de lágrimas, maldición, ¿por qué soy tan débil?

—Bien, bien. Estás muy rebelde hijito.— Finalizó la charla adentrándose a casa, lo seguí.

—No le hagas daño, por favor.— Gruñí mirándole con odio.

—Depende de ti, hijito, obedece y todo saldrá bien.—

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 10, 2020 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Gucci.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora