—No permitiré que te escapes de nuevo...
Murmuró taehyung aferrándose al brazo de su querido novio, el cuál ya se había quedado dormido sobre la suave arena que los rodeaba, dejando escapar un suspiro empezó a sentir sus párpados pesados y lentamente fue quedándose dormido hasta sentir su cuerpo caer en un circulo giratorio el cual no se detendría hasta el amanecer.
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/Narrador...
Jungkook había perdido la noción del tiempo mientras miraba el rostro de su querido novio con ternura. Ambos ahora se encontraban en casa ya que el pelinegro había despertado en medio de la noche por el golpe que le propinó el pelirrubio en el estomago intentando "ablandar la almohada" que se encontraba debajo de su cabeza.
Sin más, este dejo un beso en la mejilla de su novio y fue a tomar una larga ducha para retirar la arena de su cuerpo. Mientras que taehyung seguía dormido plácidamente hasta que escuchó un ruido proveniente de la cocina. Se espantó de su sueño y se sentó en medio de la cama estrujando sus ojos y con los labios abultados.
—¿Hyung...?— Susurró mirando al pasillo que se encontraba oscuro debido a que los focos se encontraban apagados.
No obtuvo respuesta y aquello le desconcertó, se orilló a la esquina de la cama y se colocó unas sandalias, se levantó y caminó al pasillo encendiendo las luces a su paso. Cabe decir que taehyung le temía a la oscuridad gracias a los horribles cuentos que le hacía su padre en su niñez.
—¿Jungkook hyung...?— Volvió a decir utilizando un tono más alto.
Nadie respondió, sin embargo los ruidos en la cocina cesaron, taehyung empezaba a asustarse.
Pasaron pocos segundos en los cuales jungkook había salido del baño, él se quedó observando a taehyung con algo de confusión.
—¿Sucede algo?— Preguntó el pelinegro tocando el hombro del menor.
¡Pam!
—¡TAEHYUNG!— El pelinegro tocó su mejilla sintiéndola arder por el golpe recibido.
—Oh no, hyung lo siento tanto.— Taehyung no pudo evitar reír al ver la expresión de su mayor, pero tampoco tardó en lanzarse sobre este para dejar muchos besos en su rostro.
—¿A qué se debe ese golpe?.— Preguntó jungkook aún confundido.
—Escuché un ruido en la cocina, pensé que era usted...— Soltó un poco avergonzado.
—Mmghj, espérame aquí. Iré a ver.— Jungkook se armó de valor y fue a la cocina, al igual que taehyung encendiendo las luces a su paso. Al llegar, con lo único que se encontró fue con la ventana de la cocina entreabierta y el tarro de galletas vacío.
"¿Qué mierda?" pensó el pelinegro.
Crack crack, smuash smuash.
Esos ruidos provenían de detrás del refrigerador, jungkook se acercó al lugar. Claro, no sin antes tomar lo primero que encontró a su paso. Un zapato. Estaba preparado para atacar hasta que el chillido de un niño asustado lo detuvo.
—N~no me g~golpeé, p~por favor, señor..— Lloriqueó el muchacho y jungkook enarcó una ceja. Estaba frustrado y muy confundido. ¿Qué hacía un niño dentro de su casa?
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—Ya jungkook, te dijo que lo siente. Es sólo un niño.— Taehyung mantenía sus brazos cruzados mientras veía como jungkook le reclamaba al muchacho.
—No, este mocoso no tiene educación. ¿Acaso tus padres no te enseñaron que invadir el espacio privado de alguien más es una falta de respeto?, ¡y más si es su casa!, ¿dónde están tus padres?, ¡EH!?— Jungkook seguía reclamándole hasta llegar un punto donde elevó su voz a tal grado de hacer que aquel niño empezara a sentirse nervioso.
—L~lo siento m~mucho...~WHAAAAAAAA— El niño hizo una reverencia y antes de retirarse estalló en llanto una vez jungkook le dio un zape sorpresa.
—Y eso para que no hurtes galletas.— Finalizó cerrando la puerta con fuerza.
Jungkook volteó a ver a taehyung y este sólo negaba con una expresión algo molesta.
—Es sólo un niño, ¿qué mierda te pasa por la cabeza?.— Le reclamó el menor presionando sus puños.
—Por favor ahora no, kim.— Jungkook le cruzó por el lado evitando una disputa, sabía que no podría controlarse ante las provocaciones del menor.
—¡Ah, jaja!, ¿ahora me llamas kim, eh?. Pues vete a la mierda jeon.— Jungkook al escuchar dichas palabras volteó a ver a taehyung con asombro y una pizca de enojo.
—¡Estoy muy en la mierda desde que me metí contigo!.— Y tan sólo aquellas palabras fueron suficientes para que los ojos del castaño se llenaran de lagrimas.
—¡Me hubieras dicho antes para no m...— Y siquiera pudo terminar sus palabras y cubrió su rostro para empezar a derramar lagrimas. Jeon se había arrepentido de decir aquello, realmente no quería.
¿Meper?, soy muy bipolar puej. :(
