Malum Malus

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Para Shiu, con amor.






«No es sorpresa para nadie decir que, en muchos sentidos, la televisión nos ha mentido. Pero quizá ninguna mentira es tan descarada como cuando se habla del libre albedrío. De éste, de los planes divinos, y de la influencia de los demonios sobre las decisiones que puede tomar un humano. El libre albedrío, para ser claros al respecto, es una cualidad intocable. Ninguna entidad de alto o bajo astral puede manipularla. Ni siquiera dios, como podemos leer en largos pasajes bíblicos, donde ha pedido (con énfasis en la palabra) amablemente que sacrifiquen primogénitos. Por consiguiente, los demonios tampoco están dotados de la capacidad de manipularla, ni siquiera Lucifer en persona.

Incluso a María se le pidió su consentimiento para ser madre de Jesús.

Podría darse el caso de algunos susurros maliciosos al oído, por expresarlo de forma metafórica, pero es imposible dirigir la acción tomando las riendas de la autonomía humana. Y no pocas veces ha sido la testarudez de los mismos hombres la responsable de que los grandes divinos planes hayan fracasado. 


Generalmente los mortales cuestionan a dios por qué les pone pruebas, por qué su vida es complicada, o por qué las cosas son de un modo y no de otro; pero en realidad es su propia creación la que, en una escala mucho más grande (en una escala de hecho divina), suele ocasionarle pequeños inconvenientes. O al menos es lo que se deduce; porque nadie ha visto a dios en mucho tiempo (cuando se habla de "mucho tiempo", se debe considerar, de nuevo, una escala divina, por ejemplo, la edad actual del universo y el tiempo de la evolución humana como especie). Allá arriba, los ángeles han estado tanto tiempo en orfandad que la única opción viable ha sido la improvisación. (Podrían haber tenido, en cambio, una sesión de terapia con Freud para hablar sobre la ausencia de la figura paterna)  (Aparentemente Freud está en el paraíso. No sabemos cómo ocurrió).

El proyecto Anticristo era una de esas cosas serias. Alto secreto de estado (que irónicamente, todos los mortales conocen gracias a la cultura pop y una película de Schwarzenegger). Contrario a la creencia popular, el anticristo no podría ser portado por un cuerpo mortal, y por lo tanto, tampoco podría nacer de una mujer mortal.  Y da la curiosa casualidad de que existe un tipo de entidad que posee esa clase de cuerpo, particularmente apto para ello. 

El Anticristo, además, constaba de dos entidades distintas: el virus y el portador, si se le quería llamar así. Ambos debían nacer, y como una especie de fetus in fetu casi alquímico luego de sus primeros minutos de vida, se fusionarían en uno mismo. De la otra parte, en realidad, no importaba mucho que tuviera orígenes humanos. Era, digamos, aquél pequeño reactor nuclear de maldad que en el momento justo se detonaría dentro del cuerpo resistente con el que se habría fusionado. En el infierno lo encontraban como un detalle casi poético, eso de corromper la creación de dios mezclando un poco de esto con otro poco de aquello y licuarlo con satán inseminando parte de la mezcla. En términos realistas era un plan horriblemente impráctico. Una pesadilla logística que se evidenció cuando aquél otro pedazo del rompecabezas apocalíptico se anunció a su madre mortal, y ella decidió que simplemente no deseaba ejercer la maternidad en ese momento. El cielo y el infierno vieron con las caras largas cómo la bestia quedaba incompleta y por lo tanto, incapaz de lograr su propósito. Entonces, cuando llegó el día del armagedon, simplemente no sucedió nada y todos siguieron con sus tranquilas vidas.

Aunque mamá dice que ese día, yo me desmayé.»

—Esa libreta que estás leyendo es mía. 



Akira dio un respingo. Hasta entonces se había entretenido mucho leyendo el contenido del elegante diario que había hallado en el asiento contiguo del metro. No estaba muy seguro de qué se trataba, pero pensó que era la clase de libro que le gustaría leer, o por lo menos, adaptar a una partida de rol de mesa con Takashima.  Se sintió avergonzado por haber leído algo personal, pero cuando llegó a la oficina de objetos perdidos de la estación, el oficial encargado no estaba y él se había aburrido mucho esperando. La voz que le había hablado, a su espalda, sonaba grave y molesta. Le hizo pensar en un tipo enorme, uno que esperaba, no deseara golpearlo.

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⏰ Last updated: May 07, 2020 ⏰

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Las tres mujeres de AdánWhere stories live. Discover now