12 de Octubre de 1939

40 6 3
                                    

Mi alma se detuvo por un instante al observar que los hogares no estaban estables, quebrados o incluso rotos por causa de las expulsiones rusas. Familias miserables que vivían alimentándose de la basura, durmiendo en el sucio pavimento o resistiendo el frío clima con pocas prendas que usaban ¿Dónde a quedado la gloria que nos prometieron?.

Inmediatamente me dirigí a nuestros aposentos, las rosas que solías poner frente a la ventana ya estaban marchitas y descoloradas, ningún perro llamaba la bienvenida como anteriormente hacían, los vecinos disimuladamente asomaban sus enormes frentes sucias por sus ventanas, observando si sorprendían algún intruso.

El relinchar de la puerta despertó en menos de dos segundos mis cinco sentidos, pude oler la humedad que probablemente soltaban los muebles, sentí el suelo lleno de polvo y finalmente no oí al pequeño canario, que al verlo muerto, pude presentir la muerte. Exactamente, Janett estaba ya muerta.

Carta a JanettWhere stories live. Discover now