30 de mayo de 1939

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Íbamos en un automóvil, me eligieron tanto a mi como a otros nueve para transportar un par de armas, llegamos a tal punto cuando nos sorprenden disparando y matando a nuestros hombres, pude cubrirme dentro del automóvil donde sólo escuchaba a las armas dando truenos como si estuviera en medio de una tormenta, los hombres gritaban "¡No necesito de tu ayuda, dispara, dispara, acaba con todos ellos!" o "¡Maten a todos esos malditos hombres, no quiero ver a ninguno respirar!" pareciera que el mismo Diablo lo hubiera convocado, ya veo que el hombre no necesita de demonios para acabar con una raza humana.

Llegaron, al fin, un puñal de nuestros hombres, disparando al enemigo, fue donde aproveché a disparar, como éramos más hombres que ellos, los aniquilamos. Regresando a la base me enteré que estábamos en Dinamarca. Eso significa que debo dirigirme al Norte donde debo encontrarte, y dale fin a toda esta tortura.

Atte: Arthur.

Carta a JanettDonde viven las historias. Descúbrelo ahora