Mucho mas que amigos - Capítulo 25

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Carlos la miro detenidamente mientras los sonidos de la película sonaban de fondo.

Sandra no parecía una mujer satisfecha. Parecía enfadada. Frustrada. Y excitada.

Y su hermano podía ser todo lo vainilla que quisiera pero una cosa era segura, dejaba a sus mujeres satisfechas, siempre.

Así que… si no habían estado follando, ¿que había estado haciendo su hermano en casa de Sandra?

Se lo tendría que preguntar.

Después.

Antes, tenía que poseerla.

Hacerla suya.

Hacerla olvidar de que Rafa existía.

Empezó a desabrocharse la camisa sin desviar la mirada de Sandra. El modelito que llevaba era impresionante, muy sexy y diseñado para seducir. Resaltaba todas sus curvas y hacia que Carlos quisiera arrancárselo a bocados.

Ella alternaba la vista entre su mano, que dejaba cada vez más piel al descubierto y la peli. Se lamia los labios, nerviosa.

- ¿Te gusta lo que ves?

Su mirada volvió a él y asintió.

- Parece… doloroso.

Él sonrió.

- No lo es, si se hace bien. ¿Y Sandra?

- ¿Si?

- Yo lo sé hacer bien…

Ella abrió la boca en un jadeo silencioso y aunque se le acelero la respiración, arqueo una ceja.

- ¿Tan seguro estas nene?

Ella se acercó a él, subida en esos taconazos de vértigo, y apoyo las manos en su pecho ahora descubierto. Subió las manos por sus pectorales hacia sus hombros, quitándole la camisa y dejando que esta cayera al suelo.

Le estaba empezando a costar trabajo respirar y su cuerpo pedía a gritos que tomara el control, pero dejo que ella siguiera con su asalto.

Sus uñas arañaros suavemente sus brazos y bajo hasta su cintura, para luego llegar a la bragueta de sus vaqueros. Si no le desabrochaba el pantalón ya, estallaría. Jamás había estado más duro…

Sandra le bajo la cremallera y a la vez inclino la cabeza para lamerle un pezón, haciéndole gruñir.

- ¿Carlos?

- ¿Hmmm?

- Si tan seguro estas…

Subió lamiendo por su cuello, hacia su oreja y le lamio juguetona antes de susurrarle.

- … demuéstramelo.

*-*-*

 

Se miraron durante un segundo interminable antes de Carlos agarrara su cabeza y la devorara.

Su sabor único mezclado con el sabor del whisky era embriagador y Sandra se dejo llevar. Acababa de darle permiso a Carlos para que hiciera con ella lo que quisiera… incluyendo el sexo anal, que era lo que había estado viendo en la peli.

Nunca lo había hecho. Si, tenía juguetitos, pero todos muy inocentes y pequeñitos.

Nada comparado con el tamaño de Carlos…

Se lamio los labios, nerviosa. Confiaba en el. Y si él decía que sabía hacerlo bien y que no le dolería… ¿Por qué no?

Ella deseaba a Carlos en cuerpo y alma, incluyendo su lado más… pervertido. Solo se lamentaba de no haberse dado cuenta antes.

- Desnúdate para mi cariño.

Su voz profunda le causaba escalofríos y el tono dominante hizo que se empapara aun más. Sentía como su cuerpo se preparaba y se abría para él, para recibirlo en su interior.

Se quito el vestido mostrando la lencería sexy que se había comprado, solo para él.

El sujetador era tipo demi y no cubría sus pezones y el tanga que iba a juego, cubría solo lo justo.

Carlos se arrodillo delante de ella.

- Te deseo tanto…

Acaricio su vagina por encima de la tela del tanga, haciéndola gemir.

- ¿Estas preparada para mí?

- Siempre estoy preparada para ti. Solo para ti.

- Hmmm.

Carlos agarro el tanga y lo partió, dejando que el trocito de tela cayera al suelo. Sandra jadeo, sin importarle demasiado.

- Quiero que te sientes en el sillón, con el culo en el filo y la vista fija en la tele.

Sandra rápidamente obedeció, haciendo lo que le había ordenado, y excitándose al ver la chica de la película disfrutar.

Carlos volvió a arrodillarse delante de ella, pero esta vez traía en la mano algunas cosas que ella reconocía muy bien.

- Dame tu boca.

Sandra lo beso y sintió como Carlos le colocaba unas pinzas para los pezones, jadeo y se separo lamiéndose los labios. ¿Qué más sorpresas tendría Carlos para ella?

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