XVIII:Citas

539 41 31
                                    

Espantapájaros es el tipo de novio...

Que planearía las mejores citas ¿Acaso creíste que se quedaría haciendo nada mientras te espera? No seas cabeza hueca, querida. Tu amado te conocería de pies a cabeza, de derecho y al revés. Sabría lo que te gusta y lo que no. Se quedaría desvelado mientras planea a donde llevarte y qué hacer. Lugares mágicamente hermosos y exóticos, sorpresas por doquier, regalos y más.

Además, sería su modo para sobrevivir a la espera de su siguiente encuentro.

He aquí un ejemplo:

Habías vuelto a Oz luego de... ayer, para tí. Pero para tu novio fueron años de espera. Apenas habías aterrizado en la Tierra de Oz, él te había recibido con un fuerte abrazo y algún que otro beso. La noche no tardó en llegar, fue entonces cuando te aseaste, te cambiaste a un lindo camisón y cepillaste tu cabello frente al espejo. Tenías planeado dormir bien esa noche para pasar el resto del día con Espantapájaros y los demás. Aunque... por lo que se vio, no pudo contener la emoción de salir contigo ¿A qué se debió eso? Él te lo demostró esa noche.

Luego de que terminaras de cepillar tu cabello, oíste golpes leves en la puerta.

-(Nombre), ¿puedo pasar?-reconocías esa voz, pero te sorprendía el hecho de que hubiera tocado tu puerta ese monigote de paja.

-Adelante-respondiste mientras dejabas el cepillo en el escritorio de tu tocador.

Mientras tu novio asomaba la cabeza, cubriendo sus ojos con una de sus manos, te acercaste un poco. Movió unos de sus dedos para ver si estabas vestida, a lo que suspiró y quitó la mano de su cara.

-¿Necesitas algo, corazón?-preguntaste mientras jugabas con uno de tus mechones de cabello.

-De hecho, sí. Quisiera que me acompañaras un momento-respondió sonriente y sobando levemente su nuca, algo nervioso.

Quisiste preguntar más sobre su pedido, pero solo te limitaste a asentir con la cabeza y a ponerte unos zapatos de ballerina negros. Te ofreció el brazo de modo caballeroso, lo aceptaste y te guió hacia la planta baja.

-¿Vas a mostrarme algo?-preguntaste mientras caminaban bajando las escaleras.

-Precisamente-te respondió corto pero tierno.

-¿Qué es?¿Algún nuevo artefacto o descubrimiento?

-Mmm no podría decirte.

-¡Vamos, amor! Al menos dame una pista.

-Ay, (Nombre), (Nombre), (Apodo)... Si te lo dijera ya no sería una sorpresa, bomboncito.

La curiosidad te mataba mientras se acercaban a una entrada cerrada con un extraño... mecanismo. Tu novio te soltó un momento mientras configuraba el artefacto para que abriera. Supusiste que debía de ser algo muy importante como para ponerle tremenda seguridad. Te imaginaste cientos de posibilidades, hasta que él te sacó de tus pensamientos.

-Bueno, cierra los ojos un momento-dijo mientras se colocaba de espaldas a la puerta.

Arqueaste un ceja y le sonreiste, para cerrar tus ojos sin quitar tu sonrisa y guardando unas pequeñas risas. Oíste la puerta abrirse, queriendo insitar a tus ojos para abrirse también. Aguantaste esas ganas, y sentiste una fresca brisa nocturna ¿Qué es lo que te mostrará?

-Muy bien, puedes abrirlos-aunque no lo veías, podías sentir su sonrisa.

Abriste tus ojos, los cuales quedaron estupefactos junto a tí por la más bella escena que te pudieron haber hecho presenciar.

Era un precioso jardín: poblado por muchísimas especies florales de Oz; algunas ya las habías visto, pero otras eran extrañas y sumamente encantadoras, tantas flores de distintos colores; muros, probablemente hechos de mármol, cubiertos de hiedra y vides; árboles de frutos que parecían maduros y jugosos; los olores frescos del lugar se acercaron a tu nariz; eran tan diversos y despampanantes; incluso había un tejado de cristal, el cuál dejaba entrar la luz lunar y daba a una hermosa vista a las estrellas y constelaciones; fuentes de agua clara, con cisnes nadando entre ellas y tomando de la misma; baños para pájaros, pequeños y medianos, todos igual de tiernos; algunas de las aves dormían, otras seguían volando; las luciérnagas y libélulas volaban de aquí para allá, dándole al lugar un ambiente tranquilo y pacífico.

Terminaste por enamorarte de ese sitio. Hipnotizada por el jardín que parecía sacado de un sueño. No creíste que podrías presenciar tan precioso escenario.

-¿Qué te parece?

-Es... nisiquiera tengo palabras para describir lo hermoso que es-al decir eso, te abalanzaste y le diste un fuerte abrazo, al cual correspondió riendo tiernamente-Gracias, Espantapájaros.

-Lo que sea por tí, (Nombre), hasta lo imposible-dijo antes de darte un beso en la frente y sonreirte-Además, no lo hice solo.

Te señaló un rosal en donde estaban Hojalata y León, quienes te saludaron orgullosos al ver que te gustó la sorpresa. Les devolviste el saludo acompañándolo de una sonrisa. Miraste a tu novio nuevamente y plantaste un beso en sus labios.

-¡Awww, que dulce y hermoso es el amor!¡Ternura!¡Compasión!¡Empatía!-soltó el hombre de hojalata, en un tono de voz cariñoso y llevando sus manos al lugar donde estaba su corazón.

-Como sea, son solo besos y abrazos-agregó cortante y falsamente fastidiado el León, mientras cruzaba los brazos y miraba a otro lado.

-Calla, gatito miedosito ¡Es tan romántico!... Ojalá tuviéramos a alguien también-su expresión cambió a una triste y melancólica-¡Tristeza!¡Soledad!-soltó entre lloriqueos y aferrándose al gran felino, quién solo lo miraba con indiferencia y molesto por el apodo que le puso.

Cuando tú y tu amado se separaron de ese suave beso, se miraron fijamente, hipnotizados uno por los ojos del otro. Esa concentración se rompió cuando oíste una guitarra sonar no muy lejos de ustedes. Volteaste, encontrandote con una pequeña banda, formada por Sabio, Marshal Mallow, la Princesa China y un par de ratones, guardias de porcelana y soldados de chocolate con cabezas de perro. Tocaban sonatas realmente relajantes y románticas. Mallow y la Princesa China formaban un dueto muy conmovedor. Toda esa ambientación atrajo rápidamente la tensión romántica entre Espantapájaros y tú.

Fue entonces cuando tomó tus manos y te invitó a bailar. Aceptaste gustosa y encantada por toda la sorpresa de bienvenida, que también hacía papel de cita. Sus pies danzaron en una sincronía un poco torpe pero muy tierna. Pequeñas risas, giros, pasos. Todo marchaba tan bien. Tan perfecto.

Los minutos volaron. Los dos optaron por dar una caminata por los caminos del jardín. Solos, en una banca de madera, dormida entre sus brazos, con tu cabeza en su hombro. Estabas algo cansada por el baile y la caminata, además de que era algo tarde.

Espantapájaros estuvo apunto de caer dormido, pero prefirió llevarte a tu recámara para que no te resfriaras. Cuando ya estabas en tu cama, te arropó y sonrió al verte tan tranquila al dormir, hacía años que no veía eso. Se quedó a tu lado el resto de la noche, sentado en un sofá junto a tu cama, pensando en las siguientes citas que había preparado para tí.

Dedicado a nasume_02. Muchas gracias por leer y votar, colega. Y también por la idea para el capítulo.

Espantapájaros es el tipo de novio...Where stories live. Discover now