Capítulo I.

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Nueva York,

Lunes, abril 29 del 2019

A pesar de vivir a tan sólo 1 hora y 20 minutos de Nueva York; podía contar con los dedos de las manos las veces que había venido a la ciudad en el año que he estado viviendo en Estados Unidos. Nueva York me parecía una ciudad hermosísima, pero bastante sobrevalorada. Para mí, sólo bastaban dos días para poder conocerla o por lo menos conocer los lugares más famosos de los que siempre habla la gente. Sin embargo, mi visita esta vez no era para turistear ni mucho menos; se trataba del concierto de una banda colombiana que una de mis amigas quería ir a escuchar.

- ¿Me puedes volver a explicar por qué estamos aquí? ¡Está helando! – exclamé mientras frotaba mis manos para calentarlas. A pesar de que la primavera empezaba a llegar, el fuerte frío del invierno no parecía querer irse.

- Sabes que es el único concierto que me llamó la atención ¡no tenía más opciones! – dijo Liz mientras rodaba sus ojos hacia mí. – además, es una banda colombiana, debemos apoyar a nuestros compatriotas.

Liz y yo nos conocimos en Nueva Jersey casi un año atrás; tanto ella como yo estábamos estudiando inglés y vivíamos con una familia anfitriona para disfrutar y aprender de la cultura americana. Como parte de su regalo de navidad, Liz recibió dos entradas libres al concierto que ella escogiera. Al darse cuenta de que su año casi terminaba - y quedando sin opciones- Liz encontró que la banda colombiana Morat se estaría presentando en Nueva York, decidiendo que ese sería el concierto al que iría. ¿Y yo por qué estaba en aquel concierto? Por el simple hecho de que mi amiga no quería venir sola, y también porque era la única colombiana que conocía.

- No recordaba que eran colombianos. –

- ¿Si quiera te sabes alguna de sus canciones? – cuestionó Liz ante mi comentario.

- Creo que sólo he escuchado una, y eso fue gracias a mi hermano. Estoy segura de que él sí es fan de Morat – comenté mientras reía ante la mirada asesina de mi amiga. – No te hagas la súper fan, apuesto a que tú tampoco los escuchabas hasta antes de este concierto. – la acusé mientras seguía riendo.

- Pero al menos me tomé el trabajo de investigar un poco antes de venir, hubieras hecho lo mismo. -

- ¡Me dijiste sobre el concierto hace 3 días! A diferencia tuya, yo sí estudio y trabajo – reí mientras la codeaba. – Ya, en serio. ¿A qué horas empieza el concierto? Me estoy congelando, y no bromeo. -

Habíamos estado de pie haciendo la línea para entrar al concierto por aproximadamente 2 horas. Estaba oscureciendo y aún no había señal de que las puertas fueran a abrirse. Realmente debía ser una buena amiga para aguantar bajo el frío por tanto tiempo. Aunque debo admitir que esta experiencia me recordaba a cuando pasé por lo mismo esperando por el concierto de One Direction en Bogotá, claro está que yo sí estaba loca por ellos.

Estaba tan sumida en mis pensamientos que no me di cuenta cuando abrieron las puertas del Stage 48 y la gente empezó a entrar. Era la primera vez que iba a un concierto en este país y me parecía increíble la cultura de la gente; nadie empujaba para pasar primero, simplemente respetaban su puesto en la línea. Justo en el momento en que mostrábamos nuestras entradas al guardia de seguridad, éste tomó la mía y me observó con una sonrisa en su rostro. Me pidió que esperara a un lado mientras terminaba de recibir las boletas del resto de personas que se encontraban en la línea. Liz y yo sólo nos observábamos mientras la sala se llenaba cada vez más de fans.

- ¿Hay algún problema con nuestras entradas? – pregunté rápidamente al notar que el guardia de seguridad se acercaba a nosotras.

- No, no, no – respondió mientras sacudía sus manos – las he hecho esperar porque tu entrada fue la número 100. – al notar que no entendíamos a qué hacía referencia, sonrió y explicó nuevamente. – quiere decir que te has ganado un pase doble al backstage después de que termine el concierto. –

- Oh. – 

Cosas del Azar (Juan Pablo Villamil y Tú)Where stories live. Discover now