—Aquí hubo un pequeño Colegio Universitario. Lleva cerrado varias décadas, pero la ciudad ha mantenido abierto el observatorio para que los alumnos de Secundaria puedan venir de cuando en cuando.

—¿Está abierto esta noche? —preguntó el menor con impaciencia.

—Esta noche será nuestro observatorio privado, así que tendremos que abrirlo nosotros mismos —dijo el pelinegro en un tono travieso.

Aquello significaba que había que forzar la cerradura, cosa que Seungcheol hizo de forma que pareciera fácil. Cuando entraron, se encontraron con un espacio circular no muy ancho, pero de unos nueve metros de altura. Una escalera de caracol metálica conducía al telescopio que estaba ubicado sobre un pavimento negro. Debido al techo abierto, hacía el mismo frío dentro que afuera, pero a ellos les daba igual.

El miembro de Adamās cogió a su pareja de la mano cuando subieron las escaleras y sus pasos resonaron en los peldaños. Visto desde abajo, el telescopio no parecía tan grande, pero una vez arriba, sus numerosas ruedas y palancas hicieron silbar al mayor.

—¿Sabes manejar esto?

—Creo que me las arreglaré —Jeonghan nunca había manejado un telescopio tan inmenso, no solo, al menos, pero había visitado un observatorio y había leído suficientes libros como para tener una idea. Orientando el Norte, Sur, Este y el Oeste, apuntó la constelación más próxima con el objetivo. Una nebulosa que habitualmente había visto como una estrella menos definida, ahora la veía con toda claridad y detalle, casi como en los libros, pero aquello era mejor, porque era real—. Dios mío, esto es demasiado hermoso.

—¿Me dejas ver?

—Sí, mira, esta es la nebulosa de Orion —el menor se apartó para que Choi pudiera mirar por el ocular. Luego, lo rodeó con los brazos abrazándolo por atrás, conmovido y emocionado por el detalle que el chico había tenido con él. Por un momento, se acordó de Jisoo, a quien había enseñado aquella constelación el año pasado, pero sin la ayuda de un telescopio, y se preguntó si la estaría pasando bien solo en el cine.

—Es bastante espectacular.

—Sí que lo es —la espalda de Seungcheol era cálida, y Yoon notó que la atención de este ya estaba pasando de las estrellas hacia él—. Amor, en verdad, muchas gracias —en efecto, él quería disfrutar de la oportunidad de ver el cielo con tantísimo detalle, pero le estaba costando pensar en nada que no fuera lo cerca que ellos estaban. Ojalá pudieran haber estado siempre así de cerca. El menor habría hecho cualquier cosa para que eso fuera posible, y seguro que el pelinegro también.

Con lentitud, el mayor se volvió y besó en la mejilla a su amado, quien le acunó el mentón entre las manos para volver a besarlo, esta vez en los labios. Fue un roce corto, y por supuesto, para ellos no fue suficiente. Jeonghan juntó sus labios y lo hizo nuevamente, cada vez más apasionadamente, hasta que la respiración empezó a entrecortárseles.

—Dios, cuánto te he echado de menos —susurró Seungcheol enterrando la cara en el cuello contrario con necesidad, siendo rozado por sedosos cabellos castaños—. Todas las noches me acuesto pensando en ti. En todas, menos las noches en que no puedo dormir de lo mucho que te deseo.

—Lo sé —replicó halando el borde posterior de su jersey blanco sin cortar el contacto visual con el chico que tenía enfrente, y luego, le cogió las manos para metérselas con sutileza por debajo de la prenda, estremeciéndose por lo heladas que estaban—. Yo también te extrañé demasiado —Jeonghan se acercó más para sentarse sobre los muslos de Seungcheol, acorralándolo contra el pavimento en donde estaba colocado el gran telescopio.

Al miembro de Adamās le comenzaron a brillar los ojos cuando sintió el peso de su novio sobre sus piernas, y luego de morderse el labio inferior para dejar notar su deseo, comenzó a acariciar la piel que sus manos estaban tocando, rozando cada resquicio que había de camino hacia el pecho del castaño. Moviendo en círculos las yemas de los dedos, comenzó a acariciar las tetillas del menor y entonces, este ya no pudo esperar más.

Crescent Moon ➳ SeventeenDonde viven las historias. Descúbrelo ahora