—Me lo imagino.

—¡Me ayudó a salvar a una vampira! Salvarla, Jisoo. Los otros le habrían hecho daño, pero Seungcheol no se lo hizo porque me escuchó. Era la vampira más joven que he visto en mi vida, casi una niña, pálida y andrajosa, era imposible que no te diera lástima, y a él le dio lástima. ¡Sé que se la dio!

Hong se paró en seco. Se volvió lentamente hacia Jeonghan y la expresión de su cara estaba tan cambiada que al principio apenas era reconocible.

—¿La más joven que has visto en tu vida?

«¿Por qué ha sido eso lo que le ha sorprendido de todo lo que he dicho?»

—Sí.

—¿Qué aspecto tenía?

—Cabello color miel lacio y ojos marrones, pero lo importante es que Seungcheol la ayudó a huir de Adamās. Ahora lo comprende, ¿Entiendes?

—Dime exactamente qué aspecto tenía la vampira.

—¡Acabo de hacerlo!

—Jeonghan —su voz se escuchaba completamente rota—. Por favor.

El mencionado no pudo obviar su desesperación. Despacio, cerró los ojos e intentó recordar el momento en que la vampira y él cruzaron la plaza cogidas del brazo. Describió su joven rostro acorazonado, sus ojos castaños, y el color vivo de sus cabellos. El vampiro no cambió de cara hasta que Yoon mencionó la mancha de nacimiento violácea que ella tenía en la garganta. En ese momento, abrió ligeramente la boca.

—Ha vuelto.

—Un momento... ¿La conoces?

Él asintió y entonces ya no pudo seguir mirándolo a los ojos. Parecía tan aturdido y triste que el enfado se les pasó de inmediato.

—Jisoo, ¿Quién es?

—Charity.

El nombre le evocó instantáneamente un recuerdo: la Navidad pasada, mientras ellos caminaban por la nieve entre los acebos, él le hablaba de la vida que había perdido hacía ya tanto tiempo. Le había mencionado a la persona que más añoraba.

—¿Te refieres a tu hermana? —pensaba que en aquel paseo por la nieve, el vampiro le había contado sus secretos más hondos, pero no se lo había dicho todo. No había dado a entender que su hermana había sido transformada en vampira junto con él—. ¿Era ella?

Jisoo no me respondió, pero cuando se puso a andar con paso tambaleante, suspiró.

—No se lo digas a nadie.

—Te lo prometo —con retraso, recordó que él también tenía un secreto—. Tú tampoco lo contarás, ¿No?

Él no dijo ni que sí ni que no, pero Jeonghan que no contaría a nadie lo que habían descubierto esa noche. Se quedó viéndolo alejarse durante mucho rato, demasiado aturdido por la sorpresa y el alivio para hacer nada más. Luego, respiró hondo y corrió hacia el Internado sin dejar de pensar en cómo describiría a sus compañeros de cuarto una lluvia de meteoritos que en realidad no había visto.

Seungkwan y Seokmin se tragaron la historia de cabo a rabo y ni siquiera hicieron muchas preguntas, lo cual fue un alivio, pero fue decepcionante. De hecho, el castaño estaba bastante seguro de no haber dejado ningún cabo suelto hasta la cena del Domingo por la noche con sus padres, cuando la señora Yoon preguntó dónde se había metido el Sábado por la tarde, a lo que él dio la primera excusa que se le ocurrió, que estaba remotamente relacionada con la verdad. Aquella resultó ser la peor excusa que se le podría haber ocurrido, porque a sus padres les encantó.

Crescent Moon ➳ SeventeenWhere stories live. Discover now