Dia 06

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La noche avanzaba lentamente, la música se mantenía a un volumen medio para quienes mantenían una charla agradable, las bebidas una a una se terminaban, los vinos y la sidra habían desaparecido sin embargo las botellas de whisky y vodka continuaban saliendo.

Nakahara bebía una tras otra sentado sobre las piernas de su prometido riendo por los absurdos comentarios que decian, el problema era que evidentemente comenzaba a marearse y a Dazai le era cada vez más difícil mantener el control de la situación

- es hora de irnos - se levantó sosteniendo al pelirrojo de la cadera para que no fuese a caer - gracias por invitarnos Mori san- su sonrisa era fingida pero por lo menos se había divertido junto a su pareja

- no agradezcas Dazai kun vuelvan con cuidado, enviaré a uno de los subordinados de Chuuya para que los lleve- saco su móvil enviando un mensaje corto, así al llegar a la planta baja ya los estarían esperando

Agradeció por su ayuda y sin más partieron, solo quería descansar o tal vez hacer algo más una vez se encontraran solos

Lo ayudó a subir al auto, rodeandolo con su brazo cuidando que no fuera a vomitar en el trayecto pero durante todo el camino algo muy diferente ocurrio.

El pelirrojo se poso sobre sus piernas buscando los labios del más alto para besarlo con deseo, comenzaba a desvestirse quería tener sexo dentro del auto pero se lo impedian pues el conductor lo vigilaba de reojo aún sabiendo de los celos asesinos de Dazai.

Finalmente llegaron, lo cargo en sus brazos para llevarlo hasta el edificio, subieron el ascensor donde lo puso de pie para acorralarlo contra uno de los muros y devorar su cuello

- Chuuya sin duda esta será una gran noche buena - obligó al pelirrojo a elevar una de sus piernas para acariciar sus glúteos sin vergüenza

- lo será... mngh quiero que me hagas de todo está noche - una sonrisa ladina se formó en su rostro cuando se escucho la puerta abrir

Salieron a toda prisa para encerrarse en su apartamento, nadie los molestaría, solo eran ellos dos así que no iban a contenerse, retiraron las primeras prendas dejándolas regadas por el suelo, Osamu no podía evitar morder y marcar la blanca piel que tenía a la vista, quería que todos supieran que Nakahara era suyo y nadie se lo arrebatara.

Se sentó en el sofá al mismo tiempo que el mafioso tomó una botella de vino de la cocina abriendola con lo dientes, le dio un largo trago tambaleándose hasta donde se encontraba su prometido dejándose caer sobre su cuerpo

- Chuuya deja de beber - le arrebató el vino bebiendo de este desde la boquilla - termina de desvestirte mi amor - sus orbes cambiaron de avellana a borgoña, se podía percibir la lujuria en su mirada así como en su voz obligando al contrario a obedecer

Retiro una delgada playera de tirantes y sus bóxers de licra mostrandose totalmente vulnerabe, se inclinó quedando de rodillas delante suyo sin borrar la sonrisa de su rostro

- ¿quieres? - se acercó a su entrepierna presionando con sus labios la ya notable erección aún por sobre su pantalón

- sabes la respuesta Chuuya, dejame sentir su calida boca - desabrocho la prenda bajando ambas dejando a la vista su miembro erecto y tugente

Nakahara sin pensarlo dos veces paso su lengua por sobre toda la extencion tomándolo con ambas manos y masturbarlo en un ritmo lento y tedioso antes de introducirlo por completo a su cavidad bucal iniciando con la felacion.

Movía su cabeza de arriba a abajo llevándolo hasta su garganta, si prestaba la suficiente atención podia escuchar los jadeos y gruñidos de placer del castaño quien movia la cadera para aumentar la velocidad, se sentía tan bien que podía correrse en ese momento pero debía resistir porque lo que quería era llenarlo con su semilla hasta hacerlo tener un hijo suyo

-ahh Chuuya- lo tomó del brazo con fuerza tirandolo sobre el sofá boca abajo - relájate mi amor - elevó su cadera dando una fuerte palmada sobre sus gluteos dejando su mano marcada, separó sus nalgas presionando con sus dedos su estrecha entrada

Posicionó su pene empujando sin delicadeza escuchando un fuerte grito de placer y dolor por parte del pelirrojo

- Dazai... - pequeñas lágrimas bajaban por sus mejillas dejando salir de su garganta gemidos sonoros que hacían eco dentro de esas cuatro paredes impidiéndole articular palabras coherentes

Los minutos eran eternos, por cada movimiento pélvico podía sentir como presionaba alrededor de su hombría acercandolo cada vez más a su límite.

Un par de estocadas más y se liberó, escucho el delicioso orgasmo del mafioso segundos antes que él, notando como caía agotado contra el respaldo

- o no Chuuya, aún no término contigo - salió de su interior cargándolo entre sus brazos
llevarlo hasta la alcoba

Sin duda le haría el amor hasta el amanecer o hasta desfallecer, no porque fuera un adicto al sexo más bien porque era adicto a su prometido.

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