8. Chicha.

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Llegó el lunes y Jeongin no podía creer lo tan mala leche que era

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Llegó el lunes y Jeongin no podía creer lo tan mala leche que era. Se puso a recontar lo de su fin de semana.

Por fortuna y gracias a un pana de Hyunjin, que era familia de Woojin, pudo llegar a casa de Minho en la raya. Felix aprovechó la cola y se fue caleta como con dos bolsas llenas de tequeños, arroz con pollo y torta, eso sin contar los refrescos. Hasta un cotillón expropió de por ahí. Sí, Felix casi que muda a esa gente de su casa.

Minho igual se fue después de tanto jalarle bolas, el único que se quedó fue el marico de Christopher, y su mejor amigo andaba echándole la paja todo el camino de kike le iban a estripar la cotufa. Sapo el coñito. El primo de Woojin iba muertico de las risas con las locuras del marico triste de Minho. El tipo se llamaba kike Yugyeom, ¿tú has visto magnitud de nombre? En fin, estudiaba quinto año en otro liceo y era menor que Woojin, era incluso más billetúo que juntando a todos los pelabolas de sus amigos y vivía por la urbanización Llano Alto, pero por el lado que no se aniega, imagínate la cantidad de rial que se mete este mascapiedra.

Una vez llegaron a la urbanización de Minho, porque tal parece yo vivo clavada en urbanizaciones que no salgo de una en esta historia, Jeongin salió disparado fuera del carro. Pero en ese invento, Hyunjin, que se había salido primero que nadie, le metió el pie y de vaina no lo hace caer de jeta pal piso.

—¿No me vas a dar las gracias, mamagüevo?

Yang lo vio con una cara de querer dejarlo sin machete.

—Sí eres ridículo, pana —le respondió con todo el asco del mundo. —Pero te la debo, es verdá' —acotó, yéndose como alma que lleva Chávez.

Luego de ese día, Jeongin ni pendiente con el resto del universo. Le avisó a su mamá que estaba en casa de su amigo y que si quería se cerciorara. A la mañana siguiente nada más le hablaba a Felix y a la señora Lee. Total eso no afectó mucho porque Minho se despertó como 20 minutos antes de que él se fuera para su casa, y de Christopher no supo más desde entonces. Ahora era lunes por la mañana, casi mediodía, de hecho, y como se había dado de baja en el liceo (como vaina rara del carajito este), entonces la mamá lo mandó a buscar al hermanito a la escuela. Que casualmente era su mismo liceo.

Se los explico rapidito: su liceo era un complejo educativo, donde en la mañana daban primaria y por la tarde, pues, el puño de malandritos sin oficio de liceístas se apoderaba de esa mierda. En otros complejos educativos la vaina es al revés, y por la mañana es liceo y en la tarde primaria. Él estudiaba ahí por la tarde y su hermano en la mañana.

Todo bello con sus crocs y una franela del Barcelona se fue a buscar al enano hermano suyo, pensando en el calor tan trifásico que había y la ladilla de que no hubiese ni una sombra. F.

Cuando llega, ve a algunos de sus compañeros que andaban regados por ahí entre los carajitos de camisa blanca (es decir, aquellos aficionados al liceo, a quienes no querían en su casa, o los que debían llegar temprano o si no la buceta los dejaba). Entre ellos, vio por las rejas de las ventanas a la marginada de Krismar, sentada en las escaleras de su edificio por allá, por el coño de la madre, jurungando el celular. De seguro andaba gastando los megas en sus chinos maricos. Y vio a Beomgyu, que entraba entre ese grupo de chamitos que no querían en su casa, en la placita hablando con unos carajitos de segundo año, uno cara de rata agüevoniada y otro con los ojos de huevo frito.

¡Nagüevoná, Hyunjin! [SKZ - HYUNIN]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora