Drabble 01 - Prioridades ZHANCHENG

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Notas: tenía ganas de escribir hace tiempo unos drabbles navideños de las parejas que más me gustan y aprovechar de entregar regalitos escritos.

Advertencia: OOC en todos los drabbles. No hay smut pero sí palabras altisonantes.

Prioridades

Lan WangJi/Jiang Cheng

Las motas de nieve descienden del firmamento, ocultando la oscuridad con sus pequeñas esferas luminiscentes. Se congregan en el frío asfalto y van acumulándose hasta formar una capa nívea de cristal acolchado.

Jiang Cheng sabe que, mientras más transcurra el tiempo, peor se tornará la circunstancia, haciendo imposible el caminar por las veredas sin tener que realizar un cuantioso esfuerzo. Aun sabiendo todo eso, no puede evitar bufar.

Apenas el ocaso despunta y su hermana le ha pedido que vaya al centro para buscar unas luces que faltaron agregarle a la casa. Honestamente, la vivienda donde habitan tiene tantas luces que parece la pista de un aeropuerto. Los aviones ciertamente se confundirían ante tal espectáculo.

Y, pese a ello, Jiang Yanli exige más luces navideñas.

La bolsa que sostiene su mano derecha repiquetea con los dos paquetes grandes de luces que compró. Jiang Yanli pidió sólo una, pero con Jiang Yanli nunca se es lo suficientemente precavido, o paranoico. Es casi seguro que al final terminará pidiendo otra.

Bufa, afianza el agarre sobre la bolsa y un ruido tras él, parecido a un resoplido de risa, emerge. Pero Jiang Cheng no cavila en la posibilidad de que alguien como él se burle. Detiene sus pasos descoordinados debido a la nieve que comienza alzarse sobre el asfalto y gira su cabeza, encontrándose la efigie de su pareja.

A diferencia de Jiang Cheng, Lan WangJi sólo compró tres regalos más que colocará bajo el árbol. Para Lan Sizhui, Lan Jingyi y Jin Ling.

Se contemplan en silencio un momento. Jiang Cheng abre la boca para decirle que se ponga al día con él y le sujete la mano, porque se le antoja, pero de pronto escucha un gemido.

No es un gemido humano, es el sollozo de un animal pequeño.

Rápidamente, gira la cabeza en dirección al sonido. Sus ojos grises se amplían, buscando dónde pudo provenir aquel sonido, hallándolo casi de inmediato en la esquina de la calle.

Hay una caja grande cerrada, comienza a humedecerse por la nieve que ya está cubriéndola.

Sin pensarlo, le lanza la bolsa a Lan WangJi y cómo puede, corre hasta la esquina.

La nieve bajo el calzado resuena en un sonido repiqueteante debido a su esfuerzo por caminar con premura. Los sollozos aumentan en intensidad y Jiang Cheng llega finalmente, pronto hincándose para abrir la caja y develar cuatro pequeñas figuras acurrucadas en una esquina.

Hay dos gatos pequeños y dos perros. Los perritos son los que sollozan. Poseen en su pelaje un color oscuro con manchas blancas desperdigadas a lo largo de su diminuto cuerpo; los gatos son de un matiz atigrado, casi ceniza.

Los labios de Jiang Cheng tiemblan, siente su corazón tronar en ira y rencor por las horribles personas que abandonaron animales tan pequeños e indefenso. Los odia con pasión.

Temblorosa, una de sus manos acaricia las pequeñas orejas de los animales, sintiéndolas heladas al tacto. Al momento escucha unos pasos tras él y pronto la sombra de Lan WangJi cubre su semblante contrariado.

Alza su rostro, encontrándose con el rictus impertérrito de Lan WangJi.

—No puedo dejarlos aquí —dice en un susurro.

—Mhn —concede con un cabeceo—, pero ya tenemos catorce perros, doce gatos, cinco ninfas y un hurón.

—¡Nos las arreglaremos!

Lan WangJi frunce el ceño.

—Sí, pero—

—¿No quieres?

—No es eso—

—¿De verdad lo dejaremos aquí?

—¿Me vas a permitir hablar? —al final, Lan WangJi exige. Jiang Cheng enmudece y frunce aún más el ceño, compitiendo con la mueca austera de su esposo.

—No pienso dejarlos y si me pides que los deje aquí, quiero el divorcio.

Lan WangJi resopla, y luego espeta—. Casa.

Parpadea sin comprender—. ¿Qué?

—Tu regalo de navidad —dice finalmente, masticando cada palabra. Al parecer no está feliz con exponer su sorpresa tan temprano—. Hoy terminé de firmar los papeles para una nueva casa con un patio cerrado. Así puedes tener el refugio que quieres.

Los ojos de Jiang Cheng se amplían. Una risita incrédula amenaza con romper su semblante asombrado. Lan WangJi aún sigue observándolo, ceñudo, para nada contento con la circunstancia.

—¿Cuándo podremos verla?

—Mañana.

La nieve sigue cayendo, cubriendo aún más el asfalto. El cabello oscuro de Lan WangJi se ha llenado de pequeñas motas níveas y Jiang Cheng siente ansias por quitarle todo eso y acariciar su cabello mientras le dice cuánto lo ama por permitirle hacer lo que siempre deseó. Absurdo y estúpido Lan WangJi, siempre lo enamora.

Al final no hace eso, sino que sujeta la caja con sus manos. Los pequeños animales sollozan acurrucándose aún más y Jiang Cheng no piensa en sus gemidos asustados, porque sabe que pronto estarán en un lugar seguro.

Camina con la caja hasta ponerse al lado de su esposo. Le regala una sonrisa ladina que Lan WangJi corresponde besando suavemente su frente.

—Yo llevo a los niños, tú lleva los paquetes.

Una fugaz sonrisa se asoma en el semblante circunspecto de Lan WangJi.

—Prioridades, Wanyin, prioridades.

SituacionesWhere stories live. Discover now