CAPÍTULO I. ENCUENTRO

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Hace mucho tiempo, en un lugar muy lejano, en medio de un lindo bosque, se encontraron dos pequeños de mundos muy diferentes, uno de ellos era un sabueso. El sabueso estaba de paseo con sus papás por aquel sitio, pero de pronto se puso a seguir una mariposa. La mariposa entró por el tronco hueco de un árbol, y él le siguió a través de él. La mariposa salió por el otro extremo, y cuando el sabueso estaba a punto de salir, se asomó por la salida, el rostro de un zorro que se asomaba de cabeza desde arriba. El zorro le sonrió y le dijo: "hola ahí abajo". El sabueso también sonrió sacando la lengua, y dijo "hola" también. Fue una conexión al instante, ambos se cayeron muy bien y en una mirada supieron que era el inicio de algo grande. Mientras se miraban y sonreían, el zorro le tocó con una mano y le dijo "te toqué, es tu turno", y comenzó a correr saltando desde el tronco donde estaba, el sabueso que no se lo esperaba se quedó pensando un poco, y al reaccionar comenzó a correr para alcanzarlo. El zorro corrió hasta un árbol y se escondió detrás, el sabueso fue hasta el árbol y empezó a rodearlo por la derecha, y cuando vio detrás, no vio al zorro, que había seguido dando la vuelta despacio, paso a paso. Entonces el sabueso presiente lo que está pasando, se da vuelta y camina al contrario, y el zorro que se reía y se tapaba la boca pensando que estaba escapando, de pronto, se lo topó de frente, y el sabueso le dijo: "te toqué", y salió corriendo y riendo, detrás de él el zorro que reía también. El sabueso llegó hasta un arbusto y se escondió detrás. El zorro llegó hasta ahí y no lo veía, volteó a un lado, volteó al otro, pero no, no estaba por ninguna parte. El sabueso casi no aguantaba la risa dentro del arbusto, que este empezó a temblar moviendo sus hojas, el zorro lo vio moverse de reojo y sonrió disimuladamente, y zaz, se abalanzó en el arbusto y le dijo: "te toqué" y los dos empezaron a reír a carcajadas agarrándose el estómago. En ese momento los papás del sabueso, que lo buscaban, llegaron hasta ahí, y al verlos jugar se sorprendieron, y le dijeron al sabueso: "¿dónde estabas?, ¿te estábamos buscando", "estaba jugando con él". "¿Un zorro? Dios me guarde, no te juntes con él, los animales de bosque son malos" decían enfrente del pequeño zorro que asustado escuchaba lo que decían de él, haciéndose un poco para atrás; "los zorros son malos, tú solo debes juntarte con animales de ciudad" y el zorro agachaba la cabeza triste de escuchar lo que le decían; el sabueso dijo: "pero..." y los papás le dijeron: "pero nada, te prohibimos que vuelvas a jugar con él" el sabueso agachó la cabeza, sus papás le dijeron: "vámonos", y el sabueso empezó a caminar junto a ellos, pero en un momento volteó a ver al zorro, que tenía los ojos cristalinos de lágrimas por lo que habían dicho de él, y el pequeño sabueso, al tiempo que le guiñaba el ojo, le susurró: "no te preocupes, volveré". El zorro entonces, aún con las lágrimas cristalizando sus ojos dibujó una sonrisa mientras veía marcharse a aquella familia de sabuesos.

El Zorro y el Sabueso. Un Cuento de NavidadWhere stories live. Discover now