Espera, aún te amo

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De pie frente a ella las emociones bailan en mi cabeza y no se que decir. Ella me mira de pies a cabeza.

-Nicolás.-escuchar mi nombre y verlo salir de sus labios se siente irreal.

Sus ojos siguen fijos en los míos, aquella mirada desafiante y tranquila al mismo tiempo. Tan clínica y formal en todo, parece tener todo bajo control y la veo prepararse para tener la ultima palabra en una discusión que aún no empieza. A ella le gusta tener la última palabra. Me intriga porque esta aquí, porque me mira así y eso me frustra, ella en sí es alguien frustrante. No dice casi nada de ella y al mismo tiempo lo dice todo. 

-Amelia.-le digo en un tono neutral.

Trato de mantener mi pose de abogado para no dejarme llevar por las emociones de tenerla aquí, a solo unos centímetros de mí.

-Es bueno tenerte aquí, Amelia.-le dice Ana mientras la abraza.

Ana le susurra algo en el oído Amelia y ella se ríe. Ella comparte como fue su vuelo con mis hermanas en un tono casual, como si no sucediera nada entre nosotros. Como si todo estuviera bien y no puedo soportar más este teatro.

-¿Podemos hablar un momento?-le pregunto.

-Habla.

-En privado.

-No veo qué tengamos que hablar en privado los dos, pero esta bien. Vamos a tu habitación.

Habla despacio y su voz es suave pero su tono es frío y cortante. Sin decir nada más ella empieza a caminar por la casa sin fijarse si yo la sigo o no. Miro al techo lleno de frustración, y trato de guardar la compostura antes de empezar a caminar hacía Amelia. Escucho el murmullo de mis hermanas. Seguro están apostando como van a suceder las cosas.

Mi madre entra en la casa y sonríe cuando me ve pero cuando mira Amelia su sonrisa desaparece.

-Señora Mayer, diría que es un gusto verla pero ambas sabemos que no es verdad.-le dice mi adorada esposa con una sonrisa.

Mi madre le devuelve la sonrisa.

-Amelia, pensé que seguías en Londres. Creo que no rece lo suficiente para que eso suceda.

Amelia suelta una suave risa. Escuchado esa risa antes, es la risa que suelta justo antes de lanzar sus comentarios llenos de ponzoña así que decido intervenir antes que las cosas se salgan de control entre ellas.

-Madre es un gusto verte.- la saludo con un beso.- Hablamos después, ahora necesito hablar con Amelia.

Mi madre mira Amelia y no dice nada, solo se dirige a la cocina. Yo sigo Amelia hasta la que era mi habitación. Ella abre la puerta y recorre el lugar con la mirada. Esta igual a la ultima vez que estuvimos aquí.

-¿Podemos hablar?

-Pensé que por esa razón estamos aquí.

Estudio un momento su perfil, ¿Cuántas noches soñé con estar frente a ella? Mis manos pican por tocarla y comprobar si ella es real. Quiero pasar mis dedos por su cabello rojo que es un poco diferente a la última vez que la vi. Ocho meses, hace ocho meses ella se fue sin ninguna explicación, sin un nota, sin un adiós, solo se marcho. Es verdad, las cosas estaban mal, hice algo terrible pero podíamos solucionarlo o al menos podíamos intentar. Pero ella solo se fue.

Por favor, no dejes de amarme ✔Where stories live. Discover now