|Bromas hirientes|

617 61 40
                                    

Era una hermosa mañana soleada, tranquila y bonita o por lo menos eso era lo que Zim pensaba, quien quería empezar el día con todo su esplendor. Había pasado parte de la noche anterior recargando su PAK, ahora estaba completamente lleno de una buena dosis de dopamina.

El Irken se sentía feliz, salió de la casa donde vivía para dirigirse hacia la eskuela, no sin antes sacar un paquete, que en su interior contenía algo que pensaba compartirlo con todos sus compañeros de clase.

El paquete tenía forma redonda, color rosado pálido casi dando a una tonalidad pastel, su imprenta estaba decorada con corazones de diferentes tamaños y distintos colores de los cuales destacaba mayoritariamente el rojo y el naranja, también habían algunos corazones que estaban pintados de un color lila. El recipiente estaba enlazado con un largo moño rojo.

Después de la eskuela visitaría a su novio, quería darle una gran sorpresa.

Caminaba a un paso lento pero alegre, tarareando una tonada alegre, casi dando brinquitos, y claro que se notaba su alegría, era Zim el favorito (según él) de los más altos ¡Zim debía estar alegre siempre! Además hoy estaría con su amado ¡Eso lo ponía aún más feliz!

✦---------------|•❁•|---------------✦

Llegó a la dichosa eskuela, entró en ella, tarareando suavemente, saludo a todos los estudiantes que se encontraban caminando por los pasillos, sin excepción, a cambio recibió varias respuestas diferentes, algunos lo saludaron de vuelta, otros lo ignoraron, otros simplemente le sonrieron, a Zim le daba igual, se sentía feliz de estar con ellos.

Entró a su salón respectivo. Habían pocas personas adentro, una de ellas era Dib, quien estaba sentado en su pupitre, revisando su teléfono, tenía su palma de la mano colocada debajo de la barbilla, se veía aburrido.

Zim se acercó a su asiento para dejar el paquete, se giro para ver a su amado, Dib no lo había notado, al parecer estaba muy concentrado en su teléfono, el Irken se acercó él, esbozando una sonrisa.

¡Buenos días, Dib! —dijo colocando de golpe las dos palmas de sus manos en el pupitre del contrario, ocasionando un fuerte sonido.

Sin embargo el mayor no se sorprendió, no movió ni un solo músculo. El Irken dejó de sonreír.

Hola... —respondió a secas, seguía prestándole atención a su teléfono.

El alien volvió a sonreír, de un movimiento rápido abrazo al azabache. El mayor esbozo una pequeña sonrisa.

¿Amaneciste bien? —continuó sonriendo, al ver que no recibió respuesta alguna, decidió mirar la pantalla del teléfono del azabache.

¿Qué miras, amor? —preguntó curioso, en la pantalla se mostraba una conversación, Zim no logró verla bien, Dib apago su móvil rápidamente, coloco el aparato con la pantalla hacia abajo. El Irken se sintió confuso por la repentina acción del contrario.

El mayor correspondió el abrazo, comenzó a acariciar suavemente el cabello del alien, pasando la punta de sus dedos por todo su cabello, el Irken volvió a sonreír nuevamente ante sus caricias, adoraba sus roces, adoraba todo de él.

¿Con quién hablabas? —preguntó aún disfrutando de sus toques.

El mayor paro, por un instante ambos se miraron de frente, el azabache acarició la mejilla del Irken, con suavidad.

Con nadie importante, no tanto como tú.

Beso la frente del Irken, ambos dejaron de abrazarse, Zim se dirigió a su asiento, seguía sonriendo.

|Violentómetro| [Love bug AU] ZadrDonde viven las historias. Descúbrelo ahora