4: El entrenamiento II

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¿Por qué entre a verla?. En primer lugar no tendría por qué estar aquí.

—Hola -dijo con una sonrisa —. ¿Te quieres sentar?.

Asentí y me senté a su lado. Ella estaba sentada en la camilla con un libro en sus manos, el cual cerró cuando entré. Sus sonrisa era perfecta y sus ojos hacían un bien contraste con su cabello oscuro.
Nuestra charla me llevo a hablar sobre su poder.

—Fue muy peligroso lo que hiciste allí afuera Yako, nos asustamos todos.

—No estoy acostumbrada a mi Don, es todo.

Me sonrió abiertamente, mostrando sus dientes bien definidos. Le doy una sonrisa a boca cerrada. Miró su libro preocupada.

—¿Que pasa? —me volvió a sonreír.

—Eh. Nada. Sólo pensaba en mis padres. Me preguntaba cómo estaban y si necesitaban mi ayuda. No te preocupes Katchan. —volvió a sonreírme. Tome su libro con mis manos y lo abrí en el lugar en el que ella se había quedado. Comencé a decir en voz alta.

¿Mamá y papá estarán bien?. Hace mucho tiempo que comencé este viaje y no puedo sacarme sus miradas de la cabeza. ¿Me extrañarán?. Yo si los extraño. Y mucho. —deje de leer al oír una risita a mi lado—. Oye que te rías en mi cara es muy cruel Yako.

Ella se tapó la boca con su mano y siguió riéndose. Una extraña felicidad entro en mí y también reí abiertamente, dejando que mi risa escapara de mis labios.

—¡Valla, Katchan sabe reírse! —dijo Yako luego de reír—. Es la primera vez que te veo siendo amable.

Un leve sonrojo se formó en sus mejillas. Y yo dejé de reír. Recovery Girl apareció a nuestro lado.

—Veo que se llevan muy bien jóvenes. —reviso el pulso de Yako y su sonrisa se borró de su rostro, lo cual hizo que me sobresaltara.

—¿¡Tiene algo malo!? —Yako se asustó y me miró mal. Recovery Girl solo volvió a sonreírme.

—No. Es solo que, por esta noche se quedará aquí. Se recupera bien pero su pulso sigue débil.—Solté el aire que estaba conteniendo y volví a sentarme.

Recovery Girl salio, dejándonos solos otra vez. Tome la mano de Yako y le sonreí.

—Creo que tengo que irme. —me levanté dispuesto a salir cuando sentí que su mano tomaba mi dedo índice y lo jalaba hacia ella.—. ¿Huh?

Negó con la cabeza varias veces.—Quedate...

—Pero...

—Por Favor...—en sus ojos había tristeza y miedo.—. Quédate.

¿Que? ¿Que me pasa? ¿Por qué no puedo soltarla eh irme?..... ¿Por qué?

Asentí lentamente con la cabeza y me senté a su lado. Ella se corrió dejando un espacio prudente para que yo me recostara. Apoyé mi cabeza en la almohada y ella paso su brazo por mi abdomen abrazándome despacio.

—Buenas noches Katchan. —dijo pegandose más a mi.

—Buenas noches Yako.

Sus ojos se cerraron hasta que se durmió. Con mi brazo la abracé por la cintura y la atraje más hacia mi. Le di un beso en la coronilla y cerré mis ojos, cayendo en un profundo sueño.

 Le di un beso en la coronilla y cerré mis ojos, cayendo en un profundo sueño

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