Caelum ~ {Nomin/Markhyuck}

4. Jaemin

-¿Eh? Oh, si- Yukhei rascó su nunca y yo me sentí incómodo así que me obligué a crear una conversación-. Aun me cuesta pasarla, ayer vomité todo el piso del baño, pero Hyung dijo que estaba mejorando.

Asintió con la mirada fija en el frente.

-Es extraño ¿No crees?

-¿Hmm?

Él no me miró.

-Ya sabes, tú... acoplado conmigo y también con él.

Fruncí las cejas.

-Eso no fue lo que Hyung dijo.

Yukhei se encogió de hombros. -Fue lo que entendí.

Tropecé con un pequeño pozo de tierra y él me ayudó a estabilizarme, luego me soltó con brusquedad, pero fui capaz de notar el sonrojo que cruzó su rostro.

Lo siento...

-Hyung solo dijo que nosotros éramos, eso- dibujé una luna con mi dedo en su espalda y él captó el mensaje. Predestinados.

-También dijo que los vampiros tenían su propia forma de elegir una pareja y que ese monstr...-carraspeó antes de proseguir-... ese vampiro te había elegido y tú... Joder, Jaemin, no quiero volver a decirlo.

Que yo también lo elegí a él.

El lazo vibró con angustia de mi parte y celos de la suya.

-No tenemos porqué hablar de esto.

-Claro que sí, pero no en este momento. Además, acabamos de llegar.

Estiró la mano y dudé en tomarla, yo seguía temiéndole, estaba afligido de que ese temor nunca se fuese. Pero también le quería, más de lo que me gustaría admitir, así que le di mi mano y me llevó por entre los pinos hasta detenernos en una pradera rodeada con árboles y césped crecido.

En mitad de todo eso, existía una casa que parecía estar cayéndose a pedazos, no era demasiado grande y le faltaba la puerta de entrada, también una parte del techo. Pero olía a madera mojada y humedad en sus paredes, me gustaban esos aromas por más raros que fuesen.

Tragué saliva pasando dentro del lugar, viendo que había dos habitaciones las cuales se conectaban al baño, una diminuta cocina y una sala con hojas y telarañas por doquier.

-¿Qué es este lugar?

Yukhei estrechó mi mano entre la suya y sonrió con timidez.

-Creí que necesitaríamos un hogar y como no está tan lejos de la manada nadie tiene porque enterarse de tu otra... naturaleza o como sea que quieras llamarle.

Mis ojos se humedecieron. No quería que él sintiera todo lo que acontecía en mi interior, porque ni yo mismo lo entendía.

Por un lado existía el agradecimiento de un gesto como este, se mezclaba con la felicidad de un hogar. Y luego, todo se entristecía porque algo seguía empujándome hacia el otro extremo del bosque, diciéndome que había otra vida para mí, una igual de complicada... Pero era una vida con Jeno.

Y Yukhei soltó mi mano, entonces supe que lo sintió mi confusión a través del lazo.

<<🌙>>

1814. Canadá

Existía algo siniestro esa noche, como si los fantasmas hubiesen decidido que era buen momento para salir a espantar. Helena dormía acurrucado bajo las gruesas mantas de su inmensa cama. El camisón blanco se enredaba entre sus piernas abultándose para ayudarle a entrar en calor. Pero el frío no estaba en el clima, sino que le pertenecía a ella y a los centenares de escalofríos que le recorrían el alma.