CAPITULO IX

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- Tu algunas esperaste un hijo...

Su pregunta me dejo perpleja deteniendo mi caminata anonadada y solo observando el pasillo pero a la vez perdida en mis pensamiento.

- No te preocupes si no quieres contestar - dijo y siguió caminando adelantándome.

Yo solo lo detuve sujetando se saco incapaz de mirarle a la cara pensativa si decirle o no.

- Si - me di cuenta que aquellas palabras salieron sin previo a viso ya ni era dueña de mis pensamientos.

- Entonces usted - sus palabras por un momento me parecieron temerosas por la respuesta - estuvo casada .

- No, - dije - antes de ello yo...

- Sr. Daniel lo estuvimos buscando, su esposa despertó - dijo el medico anterior.

Yo levante mi vista esta vez dispuesta a ver su expresión y observe a Daniel pero simplemente  parecía perdido en su mundo.

Solté su saco y un tanto triste el debía ver a su esposa no a su guardaespaldas que solo lo protege y no debía contarle sus problemas.

- Vaya a ver a su esposa Sr. Daniel - dije observándolo hasta que el también me observo con los ojos llenos de - Tristeza - y simplemente se fue tras el medico.

Me quede parada sin mover un solo músculo perpleja por su mirada que me quemo el alma por un momento.

Como puede ser que con solo unos meses este hombre me haya logrado conocer incluso mejor que yo misma, ahora me doy cuenta que ahora el me gusta o quizá algo mas.

No recuerdo como fue que llegue a casa, solo se que no pude dormir y simplemente recordé como había conocido a Daniel el primer día y como en unos días cambio radicalmente desde entonces.

A la mañana siguiente fui al trabajo somnolienta ya que ni había dormido por pensar en el.

- Sr. Daniel - dije entrando a su oficina donde su escritora estaba lleno de carpetas y asesores.

- Podría esperar fuera - dijo algo airado y yo solo asentí.

Salí de su oficina y simplemente tomo asiento fuera donde Angélica me observo.

- Esta cansada - pregunto sin contestar solo asentí.

- Debería pedir permiso no cree - dijo sonriendo.

- Quizá - conteste al fin - pero es mi deber cuidar de el hasta ahora no hubo atentados pero quien sabe.

- Ya veo - fue lo ultimo que dijo me mantuve despierta lo mas que pude y no se a que hora simplemente me quede dormida.

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- Caliza realmente fallaste - oigo una voz.

- No soy Caliza - digo pero nadie me escucha.

- Beth ahora debo eres yo, no falles - dijo Caliza.

- Realmente quien eres - oí una voz a mis espaldas.

Voltee y era Daniel mientras me observaba.

- Daniel - dije extendiendo mi brazo.

- ¿Quien eres? - pregunto nuevamente.

- Yo...

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Me desperté zarandeada por movimientos particulares donde abrí rápidamente los ojos y me encontré en un auto donde las luces estaban apagadas oscuros.

- Que soñabas - dijo una voz a mi lado donde voltee rápidamente.

- Daniel - dije aturdida.

- Creo que se suponía que tu me cuidaras no yo - me sorprendí me había quedado dormida en la compañía.

- Yo lo siento - dije observándolo.

- No se preocupe Rosa - dijo mientras seguía observando al frente - además quisiera saber porque repetía mi nombre - dijo sonriendo.

- Yo... - no pude articular palabra alguna.

- No contestes - dijo - oh al menos por el momento.

- Adonde vamos - dije ya esta vez sin tartamudear.

- Solo espera - dijo - muy pronto lo sabrás.

Simplemente observe el paisaje oscuro donde solo la luna daba su brillo.

Un día como este, observe el cielo fue cuando perdí todo.

- Llegamos - dijo.

Baje del auto donde aun de noche podía observar un mirador, al igual que temblé un poco por el frío.

Y luego sentí un peso en los hombro, lo había vuelto a hacer aun me protegía aunque yo era la agente que debía protegerlo.

- Que hacemos aquí - pregunte donde el paisaje era realmente bello.

- Espera solo un momento - dijo mientras hacia una llamada - ahora - dijo.

De pronto toda la ciudad se apago y estaba oscuro solo la luna alumbraba en ese momento y luego un sonido y un estallido.

El cielo se lleno de luces donde observe como cada uno de ellos daba colores al cielo.

- Te gusta - dijo y yo solo asentí de pronto sentí un abrazo.

- Daniel - dije mientras era aprisionada por sus brazos.

- Como esas luces que brillan en la oscuridad tu llegaste a mi - dijo en un susurro - como esa luna que solo llega para los solitarios tu llegaste a mí.

- Daniel - dije tratando de soltarme de su agarre.

Donde solo ya no pude contener las lágrimas.

- Por favor quedare conmigo no como recuerdo - dijo - no te desvanezcas como las luces o vuelvas solo un tiempo como la luna queda te conmigo - dijo y esta vez me dio la vuelta.

- Que dices Daniel, tu tienes una esposa - dije triste.

- El sólo negó perdí lo único que me ataba a ella y era mi hijo que ella misma aborto - dijo.

- Pero yo... - fui incapaz de decirle lo que pensaba.

- Rosa - dijo mientras limpiaba mis lágrimas.

- Su te digo que ese nombre no me gusta - dije sonriendo.

- Entonces dejarme llamarte Elizabeth - dijo.

- Daniel - no te pude ma simplemente lo abracé dejando caer mis lágrima como ahora me había enamorado nuevamente.

Los fuegos artificiales cesaron y la luz de la ciudad volvió pero solo Daniel y yo estábamos en aquel lugar.

Lo querido pero no quería corresponderle por miedo a que diría si sabe la verdad.

- Tu estas para protegerme pero deja me protegerte yo a ti te lo suplico Elisabeth solo responde.

- Daniel yo... no quisiera corresponder a este sentimiento, lo que siento ahora quizá solo sea pasajero como todo sentimiento y tu me ofreces la vida entera.

- Sabes - dijo sujetando mi rostro en su manos - si este sentimiento fuese pasajero no tardarías tanto en responder.

Sus palabras me impactaron, tenia razón quizá esto era lo que buscaba pensé mientras acerco su rostro al mio dando lugar a un beso.

Era verdad quizá esto durara pero aun tengo miedo de volver a Daniel perderlo todo como hace cinco años.

Si esos pasara quizá ahora ya no volvería a vivir pues estaba enamorada de Daniel un joven solitario que hace años buscaba compañia.

- Te amo - dijo mientras se separaba de mi.

Yo sonrei y solo volví a juntas nuestros labios en un beso como respuesta.

Aquella noche fue el dia mas feliz de los días de sufrimiento que vendrían.

ROSTRO Where stories live. Discover now