~022~

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[Nota: Esta historia es de mi completa autoría, cualquier copia o reproducción está prohibida.]

022

Wakanda, 16 de octubre, año 2018

—Desearía que momentos así durasen para siempre —dijo Steve abrazando a Natasha por la espalda y colocando ambas manos sobre su vientre.

—Sería aburrido sin duda —respondió con una risita.

El rubio dejó de abrazarla casi de inmediato.

—¿Tan aburrido soy?

Ella volvió a reír y lo tomó por los brazos para hacer que la rodeara con ellos otra vez.

—No pongas palabras en mi boca Rogers —recargó la nuca sobre su hombro— Me fascina estar contigo de esta forma, pero si estuviésemos así por siempre perdería el encanto del momento ¿No lo crees?

—Esta vez estoy en desacuerdo contigo —contestó abrazándola con fuerza y depositando un casto beso detrás de la oreja— Porque yo deseo que estemos de esta forma por la eternidad; abrazados, felices y respirando esta paz que no he sentido en días.

La pelirroja soltó un suspiro que sonó más parecido a un ronroneo.

—Suena muy lindo... ¿Qué te parece si tomamos unas vacaciones cuando regreses? —lo besó en la comisura de la boca— En las Maldivas de ser posible.

Steve dibujó una sonrisa de felicidad al recordar los fabulosos momentos que vivieron en ese lugar durante su luna de miel. Sin duda serían unos días que jamás olvidaría y buscando confirmar este hecho buscó unir su boca con la de la pelirroja para besarla. Ella entusiasta echó la cabeza hacia atrás para dar más profundidad a aquel beso e impaciente y con ganas de sentirlo más cerca se giró sobre si misma para subir los brazos y rodearlo por el cuello.

—Nat, amor —intentó alejarla suavemente al sentir que ella buscaba un acercamiento nada propio en público— Estamos en el jardín de Palacio.

—¿Y eso qué? —preguntó repartiendo pequeños besos a lo largo de su cuello.

El soldado no pudo evitar soltar un gemido al sentirla acariciar la piel de su abdomen por debajo de la camisa.

—Amor... —casi gimió.

—Sí dime —susurró al oído con voz extremadamente sensual.

Él tuvo que hacer uso de toda su fuerza de voluntad para alejarla lo suficiente y hacer que lo mirara a los ojos.

—No Nat —dijo con la voz más firme que encontró— Aún estás en recuperación, sin mencionar que cualquiera puede llegar a este lugar y...

—¿Por qué siempre haces eso? —exclamó molesta— Comienzo a creer que...

Dejó su frase sin concluir y de inmediato se tomó el vientre al mismo tiempo que jalaba aire por la boca.

—¿Qué pasa? —preguntó el rubio mirando su acción con pánico— ¡¿Qué sucede?!

—Espera... —dijo ella respirando un tanto agitada— Creo que... ¡Oh, ahí está de nuevo! —exclamó con una gran sonrisa.

—¡¿Qué sucede?! —exigió con los nervios a flor de piel— ¡Dímelo!

—Él... o ella... —volvió a sonreír— Uno de ellos me pateó.

El rostro de pánico de Steve fue rápidamente reemplazado por uno de absoluta felicidad.

—¡¿Lo dices en serio?! —la cuestionó con ojos brillantes al mismo tiempo que se arrodillaba frente a ella— ¡¿Dónde?!

—Aquí —tomó su mano e hizo que colocara la palma a un costado de su creciente barriga— ¿Lo sientes?

3. UNA PARTE DE MÍ [SEGUNDA PARTE]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora