Capítulo 14

2.2K 189 8
                                    

-Primera pista

(Cap. 14)

Un día, dos, tres, una semana, dos semanas...
Había pasado ya medio mes, y yo seguía encerrada en mi habitación, rodeada de barrotes abstractos que no me liberaban, todo al contrario, me agobiaban.
Un punzante dolor se instalaba en mi cabeza, con lo cual, eso hizo que me despertara de un gran salto en mi cama.

-¿Hola? -pregunté a lo lejos, escuchando mi voz en un nítido susurro casi inaudible.

De pronto, no escuchaba nada. Mis oídos parecían taponarse frente la situación, y me mareaba.
Un cierto rumor a lo lejos me hizo sobresaltarme aún más, sobretodo al averiguar dónde estaba.

Esto ya no era mi habitación, era el bosque.

-¿Hola?

Mi voz se escuchaba como una súplica, como un llanto que lograba perderse a través de los árboles. Nadie parecía escucharme y yo, no hacía más que asustarme más por momentos. Sabía que había algo ahí, lo sabía.
Algo de ojos rojos, pelo marrón, grueso, un animal que rodeaba mi cama en la oscuridad. Un animal que rebasaba los tres metros de altitud y el metro de anchura. Eso no era un animal...eso era un monstruo.
Sentía el aire pesado recorrer mis venas, cada una conseguía helarme la sangre. ¿Que era sino esto? Todo seria un sueño. Tan solo me hacía falta despertar de fuese lo que fuese que estaba pasando en mi cabeza, y reubicar pieza por pieza dónde estaba en realidad.
Tenía el plan en mente, ahora solo faltaba ponerlo en práctica, con lo cual, cerré los ojos fuertemente, como si la vida me dependiera de ello y fuese necesario para mi. Quería alejarme de cualquier visión, de cualquier imagen que se cruzara por mis ojos, pero no tenía otro remedio que permanecer inmóvil, aguantando la agitada respiración.

-¿Estas asustada? -preguntó. Una voz grave, distorsionada. Más bien no parecía una, sino diversas voces las que hablaban a través de ese grotesco animal de dos patas, peludo y visiblemente...hambriento -Contesta -reclamo.

Yo, como una autentica chica asustada, asenti sin abrir siquiera los ojos, temerosa por ver qué había al otro lado que ahora los cubría. No, no podía abrirlos. Y lo peor de todo es que me era una orden, pero algo me instaba cada vez más a saber qué me acechaba al otro lado.

-¿Tienes miedo? -preguntó esta vez, algo más calmado tal vez al saber que no respondería si era agresivo.

No tuve otra, tan sólo acerté en afirmar, dar claros gestos de afirmación con la cabeza, que rápidamente pareció que le hicieron actuar.

-¿Por qué?

Noté como el pie de mi cama conseguía hundirme más y más en el colchón, con lo cual no tuve otra opción que tapar todo rastro viviente de mi tras la gran manta que me tapaba.

Respira...respira...

-Eres una inútil -escupió de pronto.

Parecía hablarme cada vez con un timbre de voz distinto. Todas, voces masculinas, pero una más aguda que otra, o simplemente voces distorsionadas al mismo tiempo extrañamente conocidas, familiares.

-¿Q-quien eres? -acerté a preguntar, mientras el temblor crecía por mi cuerpo, provocandome miles de escalofríos al mismo tiempo.

-¿Que quien soy? -respondió con otra pregunta.

Esta vez su voz parecía aclararse. Como si los demás pares de voces agudas y graves,  consiguiesen disiparse y, por tanto, una de ellas se hiciese todavía más de notar.

CANNIBALDonde viven las historias. Descúbrelo ahora