Capítulo 9 Escúchame

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Día del juicio

03 de junio 2019

11:34 a.m.

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Los gritos de ayuda que ignoré.
Ahora son sollozos de rabia

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— Señor aquí tiene el currículum de la señorita Samantha — María traía los labios en una mueca de desagrado. Evitando a toda costa verme.

— gracias — mis manos toman la carpeta de una nueva empleada, para recursos humanos.

— Me retiro sin más — ese tono, brusco un con desprecio, se ha hecho muy común escucharlo, en especial de parte de mis amigos, o lo que quedaban de ellos

— Espera por favor — blanquea los ojos y se sienta frente a mí. — Espera — Intento corregir mis palabras  — ¿Cómo está ella? — Pregunto. Noto la rabia que irradia de sus ojos tras escuchar lo que dije.

— No comprendo nada, enserio — Me hago el desentendido — ¡ Estas loco! — si, esperaba ese tipo de reacción por parte de ella — Feliz, saltando en un pie. ¿Cómo crees que está? — su mirada era acusatoria, y no me niego , he sido una mierda estos días.

Y tengo que seguir siendo una mierda

— Es una pregunta — Digo con cinismo.

— Cínico, hijo de la grandísima... — Se lo que me va a decir — Cumple con ir al palacio de Justicia. No puedes tenerla así de por vida. — ¿Así? ¿Qué le pasa?. Sus manos me dejan algo en la mesa. — esta es a la Ámbar que estás dejando, a la que estás formando. — Era su celular, María me muestra una foto de ella.

Llorando, llorando mientras miraba la televisión.

— Necesita de tu apoyo. No te necesita como esposo, ya no, te necesita por los bebés — Me aconseja quitando la foto de mi vista.

Quiero seguir viéndola

No importa si es así, apenas dejaba ver a una Ámbar devastada, cansada.

Quiero verla de cerca.

De cerca.

— Te necesita y es enserio —me trago el nudo en la garganta. Disimulo ajustando mi corbata

— Puedes irte, solo pregunte algo insignificante — Podía meterme mis mentiras por cualquier lado. Pero quería información, Paúl ya no me habla. Y solamente Miguel , me dijo que ella volvió a la normalidad. Que está bien de salud y mis hijos igual.

Mis hijos, no podía gritarlo, no podía ir y hablarles o susurrarles cuanto los amo.

Pero no respondí, no respondí nada más y ella se salió, tumbando la silla en que se sentó, cerro la puerta con fuerza.

Ni bien salió, tome mi pelo con desesperación.

Yo no quiero esto, yo no quiero ir a ese lugar.

— Esa muchachita, me está sacando de quicio — Su voz, su molestosa voz me tiene acomplejado, deshecho mentalmente. — Deberías de despedirla — Nunca, es a la única persona que puedo preguntar,sin que me deje con dudas.

— Lárgate sino me estás trayendo papeles, te lo he dicho — Escucho los chirrido del arrastró de la silla.

Podía matarla simplemente, podía hacer que alguien la dejará en medio del océano Atlántico si yo quisiera ahora mismo.

Manipulado por mi Secretaria © [COMPLETA ✔️]Where stories live. Discover now