Hasta que Vuelvas...

O tú o Ninguna

He regresado a Londres nada más y nada menos que casada con Terry. Nada ha cambiado, tantos años lejos de los Estados Unidos que prácticamente me siento tan Inglesa como él se sintió Francés todo éste tiempo de nuestra luna de miel. Wow, en verdad estuvimos de luna de miel. La ciudad está increíble además viviremos muy cerca de Olivier y Jen, ellos tienen un departamento también en Chelsea. Niles nos recibe en el aeropuerto por demás eufórico, Terry está disfrazado y bueno...a mí nadie me conoce.

Ocupamos una de esas camionetas que usan los diplomáticos, ésto debe ser obra de mi suegro, cómo pretenden que no llamemos la atención entre tanta cosa? Dios será que aquí todo mundo es demasiado correcto y demasiado elegante.

-Esto sí que es gracioso, no se compara a aquella vez que vine a recogerte al aeropuerto y que acababas de conocer a la mujer de tus sueños y....años más tarde heme aquí recogiendo al Señor y la Señora Grandchester, ni más ni menos.- Sonríe verdaderamente felíz, no lo culpo, además él ha sido el  confidente, y primer gran amigo de mi esposo, toda la vida. Tiene entrenamiento militarizado ha servido a la guardia Inglesa...y ahora le tocará cuidar de mí, lo encuentro extraño pero será una de las miles de cosas a las que deberé adaptarme, vivir junto a mi esposo todo lo vale y aunque me abruma lo protector que es, también me parece de lo más tierno.

-Esto es tan nuevo y tan familiar al mismo tiempo, Dios me siento tan diferente!-

-Eres la misma, solo que eres una muy hermosa ama de casa y no una estudiante de Colegio, cielo- Me dice Terry acomodando mechones de mi cabello detrás de mi oreja mirándome como siempre, como me encanta con los ojos más amorosos de éste planeta.

-Oh Candy eso no es nada, esperen a que se conviertan en los Duques de Grandchester...-

-Por Dios Niles, si sigues diciéndole esas cosas tomará el primer avión de regreso a París!- dice frustrado y preocupado, es una señal de alerta y lo miro.

-Terry...aún tienes dudas? No te ha quedado claro que te seguiré al infierno si es preciso hacerlo? amor no tienes nada que temer, por favor.- Oh por todos los cielos, mira con seriedad por la ventana y decido dejarlo pensar y que busque en su interior las respuestas que necesita, mi amado Terry, tan fuerte, arrogante, tan valiente y tan seguro de si mismo excepto en lo que se refiere a su corazón, o...más bien a mí...creo que soy su debilidad, eso es bueno cierto, el también es mi debilidad...wow. Hemos hablado cientos de veces de que ninguno la pasó mejor que el otro, cada uno de los dos sufrió de distinta manera, la ilusión de nuestro amor fué nuestra principal motivación, pero él se muestra mucho muy vulnerable cada vez que tocamos el tema. Sigo meditando, perdida en mis pensamientos, tanto que no noto que hemos llegado. Me distrae el aire cuando Niles abre la puerta del auto y toma mi mano para ayudarme a salir, Terry no está más a mi lado . Bajo el auto preocupada y miro hacia el jardín, las flores Dulce Candy están ahí...cómo? Miro a Niles que sonríe encogiéndose de hombros.

-Tu Señor Grandchester es aún más complicado que el Señor Grandchester al que yo serví  siendo muy joven Candy...pero, te ama en proporciones que ni siquiera puedes dimensionar, de eso fuí testigo desde el día que apareciste en su vida, era un gran chico pero tu lo hiciste convertirse en el gran hombre que es hoy, cualquier cosa o situación que amenace su estabilidad contigo, lo alterará sin remedio, dale tiempo y ten paciencia.-

-Gracias Niles- le respondo nostálgica. Miro a mi alrededor y....la casa en verdad se ve distinta, en colores...un poco en estructura, y poco a poco me doy cuenta que Terry alcanzó a dejar éste lugar como lo imaginé, como un hogar de verdad, no sé como lo hizo...pero, siempre hace lo imposible no solo por mí, por los dos. No veo las rampas, las barras, me gusta. No sé cuanto tiempo pasó siento como el viento golpea contra mi espalda y el aroma de las rosas se hace más intenso...de todas las cosas que Terry es capaz de hacer por mí, traer las rosas que él hizo para mí es de lo más tierno pero también lo más extraño dada la rivalidad que hubo entre ellos y que...a ciencia cierta nunca supe si terminó.