Te Desean

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-Al final te perdiste el juego de Inglaterra, Dios sabe porqué amigo, no hubiera querido ver despertar al Hoolingan que vive dentro de tí ante la derrota...Willie, basta hijo!- Ríe Albert, aprovecho para hablar con él mientras Candy está duchándose. Suspiro.

-Viejo, a cambio estoy viviendo el juego de mi vida, que ironía eh? nunca terminaré de darte las gracias por haberme convencido de venir a Rusia, que pasa con tu hijo?-

Resopla y baja la voz.-Por donde empiezo? Elisa y yo dormimos en habitaciones separadas y, el niño insiste en dormir conmigo y ella...ya la conoces, hizo el berrinche de su vida, está sensible que...si no usara protección todas las veces que estamos juntos, juraría que la he preñado de nuevo y mi hijo la encuentra tan insoportable como yo, pero...no llega a los cuatro años y empieza a desesperarse porque más que extrañarla, nos extraña a los dos juntos y tiene horas haciendo travesuras sin sentido. Discutimos porque enloqueció desde que Candy apareció y ahora no tengo ni la más mínima idea de lo que debo hacer para abordarla sobre el asunto, se ha cerrado en sí misma como una ostra-

-Ella no quiere verlos, lo siento Albert, no lo tomes a mal, después del desastre en los vestidores quedó muy herida, tu mujer rebasó todos los límites ésta vez y Stear fué muy imbécil, aún no entiendo como fué que no me mandó al carajo a mí también.-

Escucho una triste sonrisa -Eres el amor de su vida, no habría manera de que te cerrara la puerta, esa batalla la tenías ganada Terry-

-Hey, ella los ama a ustedes también, sólo está confundida...la conoces bien y sabes que jamás imaginó que su reencuentro sería ni en el lugar ni en las circunstancias que se dió, deja que se tome su tiempo y que la fiera Leagan se tranquilice también- Odio ser yo el único que está felíz, pero se siente bien saber que su amor y su corazón funcionan a la par del mío.

-Lo sé Terry, es solo que tengo tanto que decir y sanar, la extraño...debo explicarle tantas cosas y...en fín, cuéntame, Stear me ha dicho que está más linda que nunca, oh... Willie dice que conoció a la Princesa de tus cuentos, Dios, tú inventándole cuentos a mi hijo, quien lo hubiera creído?- Río cuidando que el volumen no la alerte a ella y salgo al balcón.

-El cuento de la Princesa perdida del Príncipe Terrence, he de confesar que tu hijo heredó las habilidades psíquicas y entrometidas de su madre y constantemente me sorprendía en estado melancólico, ausente y triste...yo necesitaba hablar y él tenía que saciar su curiosidad así que...tomé la enorme fotografía de Candy  vestida de Julieta que está  en mi estudio y....convertí mi relato de amor en una fábula para niños..en esencia es la misma pero su apariencia física es un tanto distinta, madura...el niño la reconoció de inmediato, no sé más detalles amigo...Candy quiere dejar de pensar en ello y también quiere evitar a toda costa que me ensañe con tu bruja, digo, tu mujer, bueno....no te preocupes que ella está bien y estará mejor.-

-Ahora que estás con ella, podré dormir más tranquilo...eres la garantía de su felicidad y seguridad, estamos a mano, no tengo como agradecerte lo mucho que la cuidas y la amas-

Sentí un escalofrío, este es Albert, al natural, mostrando sus sentimientos con tanta crudeza como le es posible.

-Albert te diré que haremos, prometo ayudarte con Candy si buscas ayuda y dejas de beber, para ella será un golpe tremendo saber que te refugias en el alcohol y tú no quieres lastimarla....si continúas a mediano plazo afectarás a Willie también. No te permitas eso vale? Piénsalo, considéralo y con eso me doy por bien servido....mierda, debo irme!- Cuelgo abruptamente cuando noto que Candy está en la recámara, sé que es una guerrera pero no quiero incomodarla de ninguna manera, no por ahora se ha puesto el más sexy de los vestidos que le he visto, es color blanco, revelador, pero elegante, veraniego....mmm si sigo mirándola así no conoceremos nada de éste lugar.

Hasta que Vuelvas...Where stories live. Discover now