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Me tomé mi tiempo para ducharme.

Al salir, pasé casi veinte minutos frente al ropero decidiendo que iba a ponerme.

"¿Desde cuándo me importaba tanto la manera en la que lucía?"

Sacudí la cabeza desechando el pensamiento y me concentré en el monto de ropa que tenía frente a mí.

Me probé un pantalón negro y una camiseta oversize y luego me miré en el espejo. La camiseta era blanca con unas lineas azules y negras verticales, el pantalón que no era ni tan pegado y tampoco muy suelto, tenia unos cuantos rotos que creaban un look bastante fresco y casual. Decidí quedarme con ese outfit y por ultimo me puse unos zapatos blancos altos, que tenían unos estampados en negro y azul. Me di una ultima mirada al espejo y suspire.

Nunca había sido una chico muy delgado, tampoco era muy ancho, a mi parecer siempre había tenido un buen cuerpo, el cual es muy diferente al tipo de cuerpos que se estereotipan como "Perfectos", pero no me sentía mal con mi aspecto en absoluto.

Me puse una crema para la cara y una pequeña capa de base para tapar las imperfecciones, y alisé mi cabello con la plancha de cabello de mi madre. Me di cuenta de que mi flequillo necesitaba un corte ya que me estaba empezando a tapar los ojos así que decidí darle unas cuantas pasadas con la plancha y ponerme un poco de laca para que se quedara en su lugar.

Para terminar, rocié un poco de perfume sobre mi y me miré.

No lucía tan mal como pensé que luciría y sonreí.

—¡Jisung! —Gritó mi madre desde la planta baja de la casa — Felix está aquí.

—¡Ya voy! —grité tomando mi bolso y metiendo dentro mi celuar, mis llaves y mi billetera.

Bajé las escaleras y besé a mi madre en la mejilla mientras le daba un corto abrazo.

—¿Qué te pusiste? —preguntó ansiosa.

Sonreí y dije —Unos pantalones negros con rotos, mi camisa blanca rayada y los zapatos que compramos hace unos días en el mall.

—¡Debes verte precioso! —dijo acariciando mi mejilla. Sonreí con aprehensión y la abrace una ultima vez antes de dirigirme a la salida.

—Dile a papá que vuelvo temprano y que debe dejar de trabajar tanto —dije.

—Yo le diré, sungie. Diviértete que Eun-Ji y yo vamos a charlar mucho ésta noche. —dijo mi madre.

Se habían puesto de acuerdo para reunirse en casa de ella para charlar mientras Minho y yo salíamos con mis amigos.

Al llegar al lugar, lo único que hacía era buscar el auto de Eun-Ji.

—Eh Jisung... ¿Estás bien? —preguntó Felix cuando vio que no me movía de donde estaba.

—S-Si. Invité a Minho, pero no ha llegado —dije buscando entre la gente.

Felix sonrió diciendo con los ojos entornados. —Tranquilo. Vendrá.

Me sonrojé por completo. Debía lucir desesperado para que Felix me mirara de aquella manera así que me obligué a mi mismo a no buscarlo entre la gente cada cinco minutos.

Una figura alta y delgada se impuso entre la gente.

Vestía unos jeans azulados claros, una camisa negra con estampados rojos. Su cabello castaño oscuro se veía mas suave de lo normal. Su piel resplandecía a la luz de las farolas de la calle y sus ojos marrones lucían cálidos a pesar de estar fijos en la nada.

El corazón me dio un vuelco. ¿Acaso siempre tenía que lucir tan bien?

Caminé hasta él y él sonrió. De nuevo ahí estaba aquella sonrisa encantadora en sus labios. Aquella que me dejaba delirando por horas.

—Hola —dijo mientras que sonreía de lado.

Sonreí emocionado y dije —¿Cómo supiste que era yo?

Él rodó los ojos al aire y dijo —Podría reconocer tu aroma en cualquier parte.

Me obligue a mi mismo a no decir algo tonto como "Ni que fueras un perro ah", así que simplemente sonreí con diversión antes de volver a hablar —Voy a cambiar de perfume a ver si así dejas de reconocerme en todos lados.

Él rió roncamente y posó su mano en mi hombro como siempre que caminábamos juntos en un lugar nuevo.

Aferraba mi hombro con su mano izquierda y con la derecha aferraba el bastón blanco.

Llegamos a la mesa donde se encontraban todos y todos me miraron estupefactos. Nadie esperaba que Minho fuera invidente. Lo único que les había dicho era que iría un amigo. Sin embargo, actué como si nada sucediera.

—Chicos, él es Lee Minho. —dije sonriente y con naturalidad.

Él asintió levemente en su dirección mientras que hacia una pequeña reverencia y yo continué — Minho, bueno... Ellos son todos.

La risa de mis amigos se extendió por mi comentario bobo y nos sentamos en la mesa.

La noche comenzó perfecta, mis amigos trataban a Minho como a cualquier otra persona y pude ver que la tensión en su rostro disminuía conforme pasaban los minutos.

Una figura se posó detrás de Minho y yo haciendo sombra sobre nuestras cabezas. Felix se levantó de golpe y soltó un gritito emocionado —¡Changbin! ¡Llegaste!

El corazón me dio un vuelco mientras Minho se tensaba a mi lado.

No había tomado en cuenta que Felix quizás podría invitar a Changbin, y que, quizás, Minho no querría revivir el pasado del que había huido durante tanto tiempo.

—¿M-Minho? —dijo la voz ronca detrás de nosotros y apreté los ojos con fuerza al ver los puños de Minho cerrarse con mucha fuerza haciendo que sus nudillos se pusieran totalmente blancos.

Mierda... Esto no podía salir nada bien.

Though I can't see you (MINSUNG)Where stories live. Discover now