Harry se quedó en silencio, observando al rubio sorprendido.

-Quiero que... si ella decide volver antes que yo, la protejas con tu vida. -murmuró Draco, sintiendo que en cualquier momento se iba a poner a llorar. -Quiero que le digas que la amo y que, aunque esté lejos, la protegeré como pueda.

Harry promete jurar haber visto una lágrima descender del ojo izquierdo de Draco.

-De acuerdo, lo haré y te mantendré al tanto de todo Malfoy.

Draco asintió, dándole a entender a Harry que estaba agradeciéndole. El Slytherin, disimuladamente, se restregó su manga en su ojo, secando esta lágrima. Se dio media vuelta, dispuesto a andar, pero antes de que se alejara mucho, el Gryffindor le llamó.

-¡Draco! -el rubio se giró mirándole, esperando a que hablase. -Cuídate, ¿si?

El rubio sonrió de lado y asintió, siguiendo su camino, hasta que se desapareció. Había utilizado un traslador. Harry, volvió dentro del Gran Comedor, con sus amigos, un poco preocupado por las acciones del rubio.

Draco apareció en su casa, tampoco era el lugar más seguros del mundo, ya que el Señor Tenebroso estaba hospedado allí, junto a más mortífagos. Suspiró cuando vio a su madre entrar a la enorme sala. Dejó todo lo que llevaba encima para correr a los brazos de su madre.

-¿Draco, qué haces aquí? ¿Qué ocurre cariño? -murmuró su madre, acariciando el cabello revuelto de su hijo, preocupada al escuchar los leves sollozos de este.

-Acabé mi misión. Ya no quiero estar en Hogwarts, viendo como pasan los días, hasta que todo suceda. Madre, esto que va a suceder va a ser por mi culpa. Dumbledore va a morir por mi culpa. -susurró, haciendo que varios escalofríos recorrieran el cuerpo de su madre al ver en ese estado a su pequeño.

-¿Qué hay de esa chica Draco? _____ Parker.

Draco se puso más pálido todavía, sintiendo que sus ojos se volvían a cristalizar y que lloraría en cualquier momento de nuevo. Su madre no dijo nada más y lo abrazó, acariciando de nuevo su cabello.

-Ven, te serviré algo de comer. -Draco se extrañó al escuchar eso viniendo de su madre.

-¿Y los elfos domésticos?

-Tu padre se los llevó para que atendieran al Señor Tenebroso. Así que, estoy aprendiendo a cocinar.

Draco no dijo nada más y asintió. Le pidió permiso para retirarse un momento a colocar sus cosas en su antigua habitación. Una vez en esta, los recuerdos le inundaron de cuando era más pequeño, cuando todo estaba medianamente bien en su familia. Con un hechizo, colocó toda su ropa en el armario, y colocó también todas sus cosas sobre el gran escritorio negro, el cual estaba completamente vacío hasta ahora. Después de eso, se dispuso a cambiarse de ropa, poniéndose algo más cómodo. Se puso un pantalón ancho negro y una camiseta verde y unas deportivas. Su madre le enseñó a siempre ir aseado, incluso arreglado por casa, pero en esos momentos, le daba igual como ir por su propia casa.

Bajó a la cocina para ayudar a su madre a cocinar algo sencillo para los dos, pues eran los únicos que estaban en casa. Su madre se veía algo confusa, al no saber donde estaban los platos y utensilios en su propia casa. Draco caminó hacia unos estantes donde él sabía perfectamente donde estaban los platos. Le dio dos a su madre, la cual le respondió con una sonrisa avergonzada. Esta comenzó a preparar unos sándwiches sencillos, mientras Draco sacaba de la nevera algo de zumo. Sacó también dos vasos y los sirvió en la mesa.

He's Just A Boy |Draco Malfoy y tu|Where stories live. Discover now