dirty little secret ;; reddie

t a l k i n t h e b a t h r o o m s

  Beverly y Mike soltaron una carcajada al ver la forma en la que Richie intentaba robar algunas porciones de torta a una camarera del lugar. La mujer intentó quitar de su camino al chico de gafas, su paciencia comenzaba a acabarse. Ella subió la bandeja a la altura de su rostro mientras el bocazas saltaba y se intentaba colgar de ella para alcanzar la comida. Los perdedores la oyeron soltar un par de groserías hacia él, lo que aumentó las risas en Beverly y Mike.

  — ¿É-él sabrá que ya nos t-trajeron la comida?

  El club de perdedores se encontraba en 'Sofi's sweet', una cafetería que había abierto hace una semana. Los colores pasteles adornaban el lugar, dejando una impresión de calidez a cualquiera que entre ahí. Tanto Eddie como Richie estaban encantados. Eddie adoraba todos aquellos colores, y Richie adoraba los milkshakes que preparaban.
La dueña del lugar era una mujer de mediana edad llamada Sofía, quien ya se había encariñado enormemente con el club de perdedores. Le hacían estallarse de la risa, era simplemente imposible no quererlos. A ella también era imposible no quererla, pues era extremadamente cariñosa y sonreía las veinticuatro horas del día. Stan y Richie hablaban sobre que quizás ella tenía alguna enfermedad o algo por el estilo, porque no era normal que alguien sea tan alegre y sonriente. La mujer con algunas notables arrugas en el rostro, pelo castaño claro y ojos miel ya les había regalado a los perdedores algún que otro milkshake o una porción de torta. Bill y Beverly solían decirle que no era necesario ya que entre todos ellos podían pagarlo, ganándose un reproche por parte de Richie.

  Estaban en una mesa donde entraban seis personas. Por lo tanto, Stan, Bill y Beverly estaban sentados en uno de los sillones, mientras que enfrentados a ellos se encontraban Eddie, Richie y Ben. Mike estaba con una silla sentado en la punta de la mesa.

  Mientras se escuchaban insultos de la irritada camarera hacia el joven de gafas, Stan posó su vista sobre Eddie. Éste miraba en dirección de Richie mientras una pequeña sonrisa se escapaba de sus labios. Aquello no fue imperceptible para el judío. Se inclinó un poco sobre la mesa y poder hablarle de forma que nadie más que él escuche.

  — ¿Así que ese es tu galán? Vaya, tienes estándares bajos —Eddie rápidamente se giró a mirarlo, sintiendo sus mejillas arder. Lo miró boquiabierto mientras el de rulos mantenía una expresión de burla junto a su ceja arqueada.

  Antes de que Eddie pudiese contestar, el cuerpo de su mejor amigo lo empujó nuevamente para que se haga a un lado y así él poder sentarse otra vez. Una expresión triunfante adornaba su rostro mientras entre sus manos sostenía un pequeño plato con una porción de torta, que por lo que se veía, era de chocolate.
El chico comenzó a comer sintiendo la mirada de sus amigos en él.

  — ¿Qué? —pronunció con la boca llena mientras veía a sus amigos con la mirada puesta en él. Eddie lo miró con disgusto pero al ver que el glaseado de la torta le había quedado a los costados de la boca soltó una pequeña risa.

  — Eres un asco. No hables con la boca llena, cuando lo haces no solamente es desagradable visualmente, sino que también estás escupiendo miles de bacterias —le reprochó el hipocondríaco, para luego tomar una de las servilletas que estaban sobre la mesa y comenzar a pasarla por la comisura del labio de Richie.

  El azabache no duró ni un segundo en ajustarse las gafas a pesar de que estas estuvieran perfectamente en su sitio. Eddie estaba muy cerca de su rostro, demasiado cerca quizás. Tanto que sintió como la respiración del chico impactaba en su rostro. Los dedos de Eddie rozaron la pálida piel de Richie, y éste no dudó en estremecerse ante el tacto.

Está muy cerca. Dile que se aleje o notará cada uno de tus defectos.

  Ignoró eso último. Era algo que ya tenía en claro y no necesitaba que un payaso se lo esté diciendo. No alejó a Eddie, y tampoco tenía intenciones de hacerlo a pesar de que lo dicho por Eso fuese cierto.