Capítulo 7 No hay nada que perdonar

Start from the beginning
                                    

Pasan unos minutos, y el silencio en la casa es tranquila.

Mis pensamientos empiezan a torturar a mi corazón, llorar es lo único que me desahoga, que me quita los pesos encima que traigo desde hace un buen tiempo. El silencio, las ganas de estar callando, no es algo que yo hago.

— Fueron la mejor bendición en mi vida — susurro tocando mi vientre. Mis hijos sufren, sufren por mi culpa. Algo que ellos no deberían de sentir, son pequeños niños que se están formando dentro mío, que dentro de unos meses, los tendré entre mis brazos, veré sus ojitos, sus manitas. Estaré con ellos , porque son mi fortaleza, no tendrán a un padre, pero me tendrán a mí. Y yo veré la forma de hablar con ellos, de explicar como fue todo esto.

Las hormonas hacen efecto en estos meses, estoy muy sensible y eso me molesta.

— Perdonen a papá, mis niños — Susurro entre lágrimas — Perdonen a papá. Perdonen a mamá mis niños lindos, se que estoy siendo débil con todo esto, vamos a cambiar todo. Vamos hacer que nuestra vida siga sin él — Intento sonreír y la hago, aunque mis lágrimas cayeran. Les sonríe a mis hijos. — No era su tiempo, pero mis amores los amo. Dios me dió un regalo hermoso y no voy abandonarlos nunca — Y entre lágrimas, siento como se mueven, como patean en mi interior.

Me están dando su respuesta.

.....

La sonrisa en mi rostro no se me ha borrado en un buen rato.

Mis lágrimas ya no salen de tristeza, y es una promesa que les hice a mis hijos, su padre no entraba en nuestra vida, Octavio no es parte y ni será parte de la vida de mis niñitos preciosos.

— Quiero más mostaza — Pido a mi hermano que miraba atento a la televisión.

— Claro — Paúl me sirve más jugo en mi vaso para que no me atragante con los chistes del comediante de la televisión.

Todos estamos sentados en dónde se puede para ver la televisión que sacamos en el patio con robacorrientes para que estemos afuera.

— Ese chino siempre haciendo de las suyas — Dice Hanna comiendo sus papas

— Tío Paul — Habla Anahí y eso nos hace ver a la pequeña — Y tío Liam — Dice Anahí ahora sintiendo la mirada de todos

— ¿Qué pasa pequeña?

— ¿Por qué no son como ellos? — Y todos estallamos en carcajadas tras lo que mi hermana dijo. — Son chistosos ustedes dos, yo digo que ganarían más plata — No me los imagino así.

No me aguanto y me rio a carcajadas por las repentinas ideas de mi hermana por ver la televisión.

— ¡Ay mi amor! — Liliana se ríe con Leila y Alana. Ezequiel empieza a molestar a Liam, quien mira serios a todos para no caer en las risas.

— No... No puede ser — Y a causa de mis risas, me falta el aire y comienzo a toser como desquiciada — Ya... Agua — Trato de callar mis últimas risas.

En mis manos ponen un vaso y bebo de lo que hay dentro, calmando mi respiración.

Se pasan, enserio.

— ¡Ay! — Grito en el momento que todos están tomando sus bebidas — Anahí, tienes una gran imaginación pequeña. Pero no creo que a los tíos les guste ese trabajo. — Hace un puchero sonriendo a medias — La gente con talento hacen de cómicos y no queremos que tus tíos, les quiten su trabajo de día a día. Son nuestros payasos privados — Paúl me tira una papa a la cara — Sonso — Le saco la lengua para ver qué él imita mi acción.

Bobo

Las niñas se ríen una vez más, hasta que Melissa dice que dejemos de reír.

Terminamos con la comida y nuestro platos se los lleva María.

Manipulado por mi Secretaria © [COMPLETA ✔️]Where stories live. Discover now