Daddy ○ HopeV.

다섯.⁵

- Hey, amor... -con su mano tomo su mentón y alzo su rostro- ¿cómo puedes decir tal cosa? nunca he visto a un chico tan precioso como tú, TaeHyungie.

- E-En... -le prestó atención al verlo tartamudear- e-en la escuela... los chicos y l-las chicas dicen q-que soy gordo y f-feo... -llevo sus manos a su rostro y comenzó a llorar, se sentía tonto al decirlo frente a él, pero no lo pudo evitar.

- Bebé, no llores por favor -lo abrazo con fuerza, frotando con su mano su espalda en un modo de consuelo- no creas en lo que ellos dicen, tu eres hermoso TaeHyung, no eres gordo ni nada por el estilo, tú estás bien así como estas -el chico alzo la mirada y HoSeok limpió sus lágrimas- TaeHyung, me gustas. Tal y como eres -admitió- la próxima que alguien más te diga eso, se las verá conmigo, ¿sí? -beso levemente su mejilla y Tae sonrió.

- Gracias por ser tan lindo conmigo... -murmuró- u-usted también m-me gusta -admitió avergonzado.

Ambos sonrieron cómplices y se separaron al ver que la comida había llegado. Disfrutaron de un buen kimchi casero, donde su plática se basó en risas y anécdotas al azar, no podían negar que disfrutaban de su compañía y que aquellas miradas y la química entre ellos era una buena señal en la relación que estaban tratando de crear. Al terminar, HoSeok pago la cuenta y salieron del local, abrigándose ante las altas temperaturas de Corea.

- ¿Dónde te gustaría ir? -le preguntó, tomándolo de la mano.

- No lo sé... donde q-quieras está bien -respondió apenado y emocionado. No podía creer que HoSeok fuera realmente lindo con él, nunca en su vida se había sentido así de bien con alguien.

- ¿Te molesta si vamos a mi casa? podemos ver películas o hacer lo que quieras -el miedo se hizo presente, pero asintió, confiando en HoSeok.

Tomaron un taxi y TaeHyung se recostó en el hombro de HoSeok mientras miraba el paisaje por la ventana, a los minutos quedo completamente dormido. HoSeok sonrió al verlo descansar y sin poder evitarlo delineo con su dedo de forma delicada el rostro de TaeHyung. El chico era hermoso y perfecto, ¿cómo podían aquellas personas atreverse a insultarlo y llamarlo feo?

Veinte minutos después llegaron a la mansión de HoSeok, había heredado la casa cuando su padre murió. Movió suavemente a TaeHyung para que reaccionara.

- Ya llegamos, despierta cariño -Tae frotó suavemente sus ojos y asintió, siendo ayudado por HoSeok al bajar del taxi.

TaeHyung abrió sus ojos impresionado al ver lo grande que era el lugar, un jardín hermoso, una fuente en el centro y la construcción era magnifica.

- ¿Qué pasa? ¿no te gusta? -bromeó.

- E-Es muy grande -admitió, sorprendido.

- Eso que no has visto cuando se levanta del todo, cariño -rió y TaeHyung lo miro confundido- ven, vamos adentro -tomo su mano y entraron a la mansión. Inmediatamente el mayordomo apareció- Sana, qué bueno que apareces -le sonrió- él es TaeHyung.

- H-Hola, un gusto -murmuró, inclinándose ligeramente.

Sana sonrió realmente cautivada, sabía que era el indicado- Buenas tardes, joven TaeHyung -se inclinó ante él- mi nombre es Minatozaki Sana, estoy a su total servicio, ¿se le ofrece algo para beber?

- U-Un poco de a-agua, estaría bien -Sana sonrió y giro para ir a la cocina.

- Ven, TaeHyung -palmeo el gran sofá de la sala y el chico se sentó- sé que durante estas semanas nos hemos dado el tiempo de conocernos, pero quiero saber más de ti, sobre tu vida, sobre tu familia -TaeHyung bajo la mirada- ¿está todo bien, Tae?

- Vivo con mis padres, lo sabes -asintió, atento a sus palabras- nuestra relación es complicada... mi padre es alcohólico, golpea a mi madre y ella de alguna manera descarga su dolor insultándome. Mi padre también me golpea, es como una forma para que "aprenda ser un hombre" -hizo comillas con los dedos al final.

HoSeok apretó su mandíbula con fuerza, le causaba ira el saber las cosas que le hacia el hombre a su pequeño. TaeHyung comenzó a llorar ante los recuerdos y HoSeok lo abrazo con fuerza contra su cuerpo, acariciando sus cabellos en un modo de consuelo. Se aferró a él, de alguna forma aquel hombre lo hacía sentirse protegido.

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