001|| B O R E D

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『lυcaѕ | P.O.V』

  —Me estoy aburriendo.

Solte un suspiro, acababa de terminar mi tarea como mago de la torre, el emperador no se corto ni un pelo al dejarme todo ese montón de papeles sobre mi mesa para analizar.

Soy capaz de hacerlo, nunca lo negare.

Pero soy un gran mago, el mejor de todos superando incluso a su Majestad, un genio que solo nace una vez en la vida.

Y eso no se le hace a un genio como yo, como se le ocurre hacer lo único que no se debe hacer con un mago de mi calaña.

¡¡Prohibirme la magia para trabajar!!

A veces pienso que me odia solo por ser mejor mago que él. Su majestad tiene un gran poder, una gran presencia y un carácter de mierda.

Él podrá haber sido un genio con el tema de la magia, pero yo soy lo que viene a ser la perfección de esta.

El viaje para recuperar mí magia y mis recuerdos fueron uno de los momentos más críticos para la relación del Emperador y su amada hija.

Admito que sin mí Atthy es un desastre andante por este ancho mundo. Ella lo sabe y aun así lo niega.

Y me gusta molestarla por ello.

Hablando de molestar a la princesa tragona, ahora andaba pensando en salir a molestar a unos cuantos magos con algunas pequeñas travesuras.

Ellos mismos se lo buscan.

Que digo yo, hay que tener dos dedos de frente para saber que son trampas más que obvias las que pongo.

Si ves que hay una tarta en tu zona de trabajo para NADA sospechosa, no te la comas. O si no sufre la consecuencia de la glotonería.

Hasta la idiota de Atthy sabría que es una trampa. ¿Es decir, es obvio no?

Acaso debo de poner más indirectas para ver si aún así se lo siguen comiendo.

  —Molestar a estos magos se me hace ya aburrido.

Suspiro en voz alta. Era algo que se hacía monótono.

No deseo hacerme amigo de ellos, tampoco espero que se acerquen a mí con una idea equivocada.

Hasta ahora lo he conseguido. Ellos solo se saben quejar de las travesuras que hago y debería ser lo contrario, que me agradecieran por no hacerles cosas más desagradables, turbias o sádicas.

Ni siquiera esa tonta se queja tanto.

  —Otra vez pensando en ella.

Hablo en voz baja, como no tenerla en mente si molestarla es ya cotidiano.

A veces tengo ese sentimiento de tranquilidad al estar solo con Atthy, como si mi vida tuviera sentido.
Es una agradable sensación estando a su lado que extrañamente no se que es, pero me agrada.

Es extraño, no lo entiendo, es nuevo.

Quiero verla, solo a ella a nadie más.

  —Enfadarla.

Sus expresiones al molestarse son únicas, no me las perdería por nada del mundo.

No negaría que me gusta molestarla solo por eso.

Pero ¿por qué?

  —Sorprenderla.

Muchas veces he usado mi magia en ella sin su permiso y siempre la he visto fascinada ante lo que se hacer.

  —Acompañarla.

Me cuelo en su habitación como si no fuera nada conmigo, porque se que ella me espera a mí.

Así fue siempre, Atthy solo se quedaba dormida una vez ya se había despedido de mí, incluso se quedo hasta altas horas de la noche. Solo por esperarme.

Cada vez que me esperaba me hacia sentir muy feliz.

Note algo que parecía un hechizo, una cálida sensación que es molesta en la zona del pecho, algo muy difícil de analizar.

Sera que estoy así porque ella me quiere como su amigo.

¿Pero que es él querer?

¿Sería él querer la necesidad de estar con ella?

De repente se escucho un rugido en la parte de interior de mí tripa.

O seria él querer la necesidad de ir a verla porque me cuida y me da comida.

  —Si, tengo que ir a verla para mi ración de galletas.

Siempre he sido directo y de ideas bien claras, no admitía las mentiras pero ante esta afirmación siento que estoy mintiéndome a mi mismo.

No me lo pensare dos veces e iré para aclarar dudas. Con solo un chasquido me dirigí a su habitación.

˗ˏˋ мaneraѕ de мoleѕтarтe ˎˊ˗Donde viven las historias. Descúbrelo ahora