-Qué... no... yo... San lobo, ayudam-

-Ey, puedo sentir los latidos del bebé. Ese omega está embarazado ¿Verdad?

Gracias a San lobo misericordioso.

-Si...- entre mis puños tomé el cuello de su camisa para que volviese a centrarse en mí- Jeno... algo sucedió conmigo.

El calor recorrió mi cuerpo en cuanto acunó mi rostro entre sus dedos, luego él torció el gesto. No puedo hablar si continuas haciendo eso...

Me observó fijamente obligándome a bajar la mirada. Pensé en qué diablos era esto que crecía en mí, si una especie de milagro o una maldición.

-¿Qué es lo que sucede contigo?- Preguntó ronco, pero su rostro se desfiguró al mirar la fea marca en mi cuello de piel morada y desgarrada. Quise cubrirla con mi mano pero me impidió ocultarla.

Vi el iris de sus ojos enrojecer en demasía, él tomó mi brazo mirando la venda que cubría mi lastimada muñeca. Una emoción se presentó en sus ojos y estos buscaron algo en los míos. Los lobos sanábamos rápidamente pero mi hueso aún estaba resentido.

-¿Quién fue?- gruñó entre pena e ira, yo me sentía de la misma manera. Entonces lloré, lloré mucho porque no quería ver asco en su mirada, no quería ver la dura realidad.

-N-no importa... Jeno... No tengo mucho tiempo- susurré tomando su rostro y pegando mis labios a su pálida mejilla, la sensación era natural y familiar. Realmente un buen sentimiento y al mismo tiempo quebradizo, uno que se estaba deslizando de mis manos.

-Jaemin ¿Por qué...?

-Shh- mis lágrimas saladas tocaron su mandíbula y sus brazos rodearon mi cuerpo como si con eso pudiese protegerme de lo que ya me había alcanzado-, te libero...

Cada musculo suyo se tensó, su agarre se aflojó y se tambaleó al retroceder.

-No.

-Jeno, escúchame- jadeé mirando la forma en que parecía estar dispuesto a quebrar algunos cuellos. Pero era tarde-, yo te libero de tu promesa.

Sus fosas nasales se incendiaron y cuando caminó hacia mí oí el pequeño grito que Hyung dio a la distancia, sin embargo, Jeno solo volvió a abrazarme y lloré casi a gritos porque no era solo alejarme suyo, era mentirle, no decirle lo que estaba sucediendo.

¿Qué otra cosa podría hacer?

Ellos me matarían si se enterasen lo que había hecho, yo les pertenezco desde mi nacimiento, no se pueden permitir desertores ni traidores, es algo vergonzoso para una manada. Los dejaría vulnerables y otro alfa podría reclamar el liderazgo. Sobre todo no pueden permitir que un omega se revele.

Jeno respiró fuerte contra mi rostro y apretó aún más fuerte mis hombros.

-Ambos sabemos que no puedes mantenerte lejos- había desesperación en su mirada-. ¡Necesitas mi sangre... me necesitas!

Lo siento.

Toqué suavemente la marca en mi cuello y él apretó los puños, ambos sabíamos lo que esto significaba.

-Lo haré solo-sentencié y luché para no decirle que me sacase de allí-. No quiero que pienses en mí, le pertenezco a alguien... Y-yo soy de alguien ahora y no puedes preocuparte por mí 'porque yo no me preocuparé por ti, no lo haré Jeno.

Había oído que los vampiros eran demonios sin humanidad, que no tenían el don de querer algo, que solo tomaban lo que les apetecía porque vivían con sed eterna. Oí que eran malos y desalmados. Pero ahora, yo presencié despecho y dolor en los ojos que se tornaron negros.

Caelum ~ {Nomin/Markhyuck}Where stories live. Discover now