-Pero Jae... no puedo hacer eso...

-¡Hyung, tienes que llevarme al bosque!- arañé las sabanas en busca de un soporte que me ayudase a erguir la espalda. Algo realmente pesado comprimía mi cuerpo y me volvía frágil, como de papel-, me estoy muriendo, Hyung... L-le necesito.

-Jaemin, estás delirando. Iré por Yukhei y...

-Él no p-puede hacerme sentir mejor- gruñí entre dientes, las resecas venas marcándose por debajo de mi piel, lo que sea que esa marca provocó en mí estaba haciendo que todo se volviese el doble de difícil-, por favor créeme, lo verás con tus propios ojos.

-Nana...- le miré con el dolor del mundo en mis ojos y él titubeó pero luego asintió acariciando su bonita panza abultada-, está bien.

Una hoodie de mi hermanito abrigó mi cuerpo que en tan solo una semana se había comenzado a volver delgado, ni siquiera había suficiente carne en mis muslos y los huesos de mi pecho se marcaban horrorosamente. La comida sabía putrefacta en cuanto pasaba por mi paladar y era devuelta en un balde al lado de la cama.

Ellos se turnaban para cuidarme, mamá lo hacía casi todo el tiempo pero en ocasiones eran mi hermanito o hyung quienes se encargaban de mí. Todos decían lo mismo a cada segundo "Si dejases que Yukhei te ayudase" o "Un omega recién marcado necesita a su alfa para sanar".

Ellos no entendían que la simple idea de verlo me resultaba repugnante y dolorosa. No le necesitaba a mi lado, yo quería a Jeno y a Hyuck. Quería estar con ellos.

Tampoco podía decirles que había algo diferente en mí, que necesitaba un sorbo de sangre para sobrevivir. Las bolsas en mi escondite se habían coagulado y secado cuando las revisé la última vez y ya no servían para alimentarme.

No sabía qué hacer.

Y Hyung aunque siguiera a mi lado parecía preparado para llamar a John y enviarme de vuelta a casa.

-Jaemin...

-Estoy b-bien, solo un poco más-contesté mientras cruzábamos el páramo y nos acercábamos al claro donde prometí estar para que él pudiese verme.

Y recordé que no había lavado mi cuerpo en más de dos días, también recordé que tenía ojeras pronunciadas y mi cuerpo se veía desgarbado al extremo. Él se preocuparía y yo no sabía cómo decirle lo que sucedía.

No puedo decírselo.

-Aquí es.

Me solté del agarre de Hyung y caminé un par de pasos endebles por mi cuenta. Entonces cerré los ojos y aspiré el aire puro del bosque antes de sonreír.

Al abrirlos, él estaba allí. Luciendo igual que siempre, prolijamente vestido y correctamente peinado. Sus ojos brillaban como un par rubíes en la oscuridad de la noche. Mi corazón se contrajo al verle observar a Hyung con desconcierto pero sus ojos fueron al vientre abultado y su expresión se relajó.

Me acerqué despacio, entonces volvió la atención a mí y abrió sus brazos dejándome desarmarme contra su pecho. No había latidos de un corazón y sin embargo se sentía realmente vivo.

-Jaemin- murmuró, sus labios presionados en mi oído- ¿Quién es él?

Rodeé su cintura aspirando de su pecho todo el aroma que me tranquilizaba y surgía el efecto de domar a mi lobo.

-Solo... me está ayudando.

El silencio se propagó por unos segundos y no me quejé de ello, se sentía bien estar contra él, sentir sus manos grandes deslizarse a lo largo de mi adolorida espalda.

-Embarazo...- susurró y me paralicé.

Me separé mirando su mandíbula tensa y mis ojos se cristalizaron.

Caelum ~ {Nomin/Markhyuck}Where stories live. Discover now