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—a mí realmente me gustan los perros, hyung. -estaba caminando por la calle junto a su novio, tomando su mano. —¿y sabes qué me gusta también?

—¿qué es lo que también te gusta, cielo? -sonrió, mirando hacia el frente.

—debes adivinar. -sonrió también, logrando robar un suspiro por parte del corazón de hyunjin.

—veamos, ¿qué le gusta a seungminnie? hmm... -lo pensó por un momento, como si de verdad su pequeño fuese alguien difícil de adivinar para él. —¿serán los peluches?

—¡no!... bueno, sí, pero hay algo más.

—¿comebacks de day6?

—¡tampoco es eso! -gritó antes de dejarse llevar por una fuerte y dulce carcajada.

—estoy intentando, pétalo... -siguió pensando, eso estaba siendo más difícil de lo que creyó en un principio.

unos metros después llegaron al edificio de departamentos, subiendo ansiosamente las escaleras luego de haber pasado toda la tarde paseando.

—¿te rindes? -el más pequeño insistió, caminando unos escalones más arriba que su mayor.

—supongo que sí. - bufó, sacando las llaves de su bolsillo del pantalón.

abrió la puerta y ambos pudieron entrar, sintiendo el calor de la casa aliviar a sus fríos cuerpos.

hyunjin dejó las compras sobre la mesa y luego fue a beber agua, seungmin fue directo a ducharse cuando el mayor se dispuso a descansar en la sala.

cuando los atardeceres eran así, tranquilos y cálidos dentro de su casa, hwang sentía la vida pasar lento y rápido, como en una burbuja donde el tiempo era relativo y su única preocupación era si debía encender o apagar la luz.

—¡hyunjin! ¿puedes ayudarme?

escuchó la vocecita de su pequeño novio desde el baño, por lo que, luego de un bostezo, se levantó del sofá y luego estiró sus brazos.

—¿qué necesitas, mi amor? -preguntó una vez que estuvo frente a la puerta del baño.

—¡pijama!

abrió la puerta, sintiéndose reconfortado por el vapor que salía de la habitación, sonrió cuando vio a kim envuelto en al menos tres toallas.

—hace frío. -se excusó el menor.

—lo sé -habló suave, acercándose a él para poner una toalla sobre su cabeza. —¿ya estás seco?

solo asintió.

—bueno, vamos. -se paró detrás del menor y lo abrazó por los hombros, caminando hacia la habitación.

entraron y el mayor cerró la puerta, la ventana también, encendió la calefacción y cambió la luz fría del techo por la luz cálida de la mesita. luego hizo que seungmin se sentara en el borde de la cama.

—¿estuvo bien tu baño? -le preguntó, parándose frente al armario para buscar la pijama de kim.

—¡sí! el frío se me pasó un poquito.

—que bueno, cielito.

regresó frente a él con una pijama de invierno bonita entre sus manos.

—te ves cansado, ¿lo estás? -preguntó seungmin, abrazandose a sí mismo entre las toallas, mientras veía como su novio iba por toda la habitación buscando cosas para vestirlo.

—un poco, pero no te preocupes. -de nuevo se paró frente a él, quitándole la toalla del torso con delicadeza. —el cansancio de hoy es agradable porque pasé todo el día contigo. -le sonrió picando su naricita.

—ah... bien, entonces. - tartamudeo antes de ponerse rojo y sonreír tímidamente.

hwang puso loción en sus manos y luego la pasó con suavidad por los brazos de su novio.

—¿esto está frío?

—no, no, está bien.

terminó por hacerlo en el resto del cuerpo del menor, luego le ayudó a vestirse.

—oh, seungminnie tiene un cuerpo muy bonito, ¿no es así? -preguntó antes de terminar de vestirlo, sosteniendo la parte superior de la pijama entre sus manos.

—no lo sé.

notó la mueca llena de inseguridad escondida dentro del pequeño, entonces dejó la prenda sobre la cama y se arrodilló frente a él.

—¿no lo sabes? ¿a caso no sabes que seungmin es perfecto?

probablemente, la sonrisa y la mirada resplandeciente de hwang provocó que una pizca de amor propio floreciera dentro de su pancita.

—¿hyunjinnie hyung cree que seungminnie es perfecto?

esa vocecita temblorosa hizo derretir su corazón como si de una vela con olor a canela se tratase.

—sí, dulce, lo pienso todos los días. -se levantó para sentarse a su lado en la cama y luego abrazarlo por el hombro. —cada vez que te veo y cada vez que te toco, tienes la voz más hermosa, la sonrisa más preciosa, el cabello más lindo, la piel más suave y los ojos más bellos.

kim se acurrucó entre los brazos de hyunjin, quien acariciaba su piel y besaba su cabello húmedo.

—por la tarde, cuando estaba tratando de hacer que adivinaras qué era lo que me gustaba más que todo lo que mencionaste...

—¿me dirás la respuesta?

—hyung -soltó una pequeña y tierna risita. —lo que más me gusta eres tú.

—...¡ah! -se quedó con la boca abierta, realmente no lo había imaginado siquiera. —que tonto soy. -sintiéndose apenado, cubrió su rostro para reír.

—quizás sólo un poco distraído. -rió también.

entonces se apresuró, levantándose para tomar la pijama de nuevo.

—tan distraído como para olvidar que mi bebé tiene la mitad del cuerpo descubierto cuando estamos a tres grados, lo siento. -volvió a pararse frente a él. —levanta los brazos, minnie.

el pequeño hizo caso, estando finalmente vestido.

—ya quiero dormir. -se cruzó de brazos, haciendo un puchero y luciendo tierno bajo esa pijama.

—ya casi, mi amor, aún tengo que peinarte.

—no quiero.

—tengo que peinarte. -repitió.

el menor salió corriendo hacia la sala ante el descuido de hyunjin, gritando que claramente no quería ser peinado.

—dios, ¡vuelve, seungmin! -el castaño sonrió incrédulo antes de salir corriendo detrás de él con un cepillo en la mano.

t e a  ; hyunminUnde poveștirile trăiesc. Descoperă acum