Stay Strong (Narry)

CAPITULO 20 - FINAL

Harry POV

Estaba en mi cuarto, mirando un álbum de fotos. Cada foto que había ahí era especial. Me detuve a mirar una donde estábamos mi mamá, Gemma y yo en el parque. Todos lucíamos una gran sonrisa. Una lagrima resbalo por mi mejilla. La siguiente foto era una de Niall, Gemma y yo. Reí al ver la cara de mi hermoso rubio de no querer tomarse una foto. Pasé a la siguiente página pero un grito se escuchó del primer piso. Yo sabía de quien era ese grito… era de Gemma.

Niall POV

Estábamos en el parque con Liam, comiendo helado. Él me contaba que le llevaba todos los sábados una rosa a su tumba, y también de una promesa que le había hecho.

Eran exactamente las cuatro de la tarde.

-Oye Niall y Harry?.- preguntó Liam con intriga.

-Está en su casa.-dije sonriendo.- ya está planeando sobre qué universidad iremos.

-Como se pasa el tiempo, no?.-dijo Liam.

-Si… y lo mejor es que los dos siempre estamos bien…- en ese instante una brisa sumamente fría me atrapó. El cielo tomo un color algo oscuro y se podía ver que una tormenta se acercaba. Tenía el presentimiento de que algo no estaba bien.

Harry POV

-Gemma!.- grité, pero no contestó.

-Gemma!.- grité de nuevo pero tampoco sucedió nada. Salí rápidamente del cuarto y bajé las escaleras prácticamente corriendo. Cuando llegue al piso de abajo, el temor se apoderó de mí.

-Q-que carajos haces aquí?.- dije con temor. Él solo sonrió de la manera más perversa de todas.

-Te dije que no te librarías de mí fácilmente.-respondió.

-Donde está mi hermana?.-dije intentando no sonar nervioso.

-Ella está bien, no te preocupes.-dijo aún con su sonrisa perversa en la cara.- Ahora vengo por mi venganza.

-Por qué yo? Que carajos te hice?.- Mire a sus ojos y vi furia se acercó a mí y me dio un golpe en la mejilla.

-Estúpido maricon de mierda. Por tu culpa, tu mamá me dejó. No extrañas acaso a tu padrastro?.- dijo con su estúpido sarcasmo.- haber, voy a ser muy claro. Tu te tienes que venir conmigo a Los Ángeles a ser mi dulce sirviente.

-O sino qué?.-dije retándolo.

-O sino tu estúpida hermanita y tu estúpido noviecito no estarán con vida.- mi corazón se aceleró. Lagrimas empezaron a rodar por mis mejillas.

-Por favor no les hagas daño.- dije suplicando.