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Las palabras del Monarca seguían rondando por su cabeza. Su expresión divertida le saludaba de igual modo. Jeongguk no sabía cómo proceder ante la imagen, se sentía atrapado.

- Buena pregunta -sonrió avergonzado-. Estoy seguro de que mi padre, el Rey Taehyung V la hubiese sabido responder muy bien -reflexionó.

El ser místico frunció levemente el ceño y el heredero casi sintió su corazón detenerse debido al gesto. Un susto corriendo por su columna vertebral a toda velocidad al momento de observar cómo la diversión se alejaba poco a poco de su postura y rostro.

¿Había hecho enojar al Monarca con su comentario? ¡Tan alegre que se veía! Y ahora parecía haber arruinado el momento.

Jeongguk quiso darse una palmada en la frente.

- Al igual que tú, joven Príncipe -fueron las palabras del ser, sin embargo, quien mantenía una mirada seria en su rostro-. No te menosprecies. Haznos ese favor.

Entonces el alma de Jeongguk volvió a su cuerpo, y quiso comprender el porqué del anterior gesto de disgusto. Realmente quiso.

- ¿Haznos? -alzó una ceja en gesto interrogativo.

- A ti, el antiguo Rey y a mí -aclaró la criatura con voz tenue-. Usted vale mucho, alteza, su padre no paraba de hablar sobre lo buen hijo que era y lo excelente Rey que iba a llegar a ser para Miracles algún día -contaba fervientemente, con convicción-. Así que, por favor, deje de verse en el espejo de su padre y comience a hacerlo en el suyo propio -pidió amablemente, pero con una mirada penetrante que logró traspasar al joven en menos de un suspiro-. Pare de buscar su reflejo en él.

Jeongguk quiso llorar entonces, y desde los ocho años que no derramaba lágrima alguna, ni siquiera cuando cayó de su primer caballo, o cuando fue regañado duramente por su profesor de modales y ética.

Las palabras del Monarca tocando una fibra sensible dentro de su ser que juraba haber sellado con fervor.

Sus inseguridades.

Creía haberlas encerrado en un cajón con cientos de cadenas y candados apresándolas, imposibilitandoles la salida por más presión que ejercieran y alejándolas de la superficie más próxima.

Él era el Príncipe, Miracles contaba con su persona, no podía mostrar tales defectos; pero aún así allí estaban, haciendo de él una persona débil, algo que no se podía permitir ser en lo más mínimo. Así que buscó la imagen de la fortaleza: su padre, el antiguo Rey. ¿Quién mejor que él para ser la representación de un gran líder? Su padre fue el mejor de todos, la historia así lo demostraba, por lo que se empeñó en buscarse a sí mismo a través de él. Se prometió que sería tan buen Rey como lo fue su padre, debía hacer lo que él hubiese hecho. Sin embargo, pensar como su persona se convirtió en el mayor reto. Y falló en hacerlo, incontables veces. Su propia voz interponiéndose en el camino, tratando de hacerse escuchar por encima de la de su progenitor. Lograba confundirlo y hacerlo tirar el pañuelo blanco, como señal de rendición.

Incluso cuando preparaba su lista de peticiones entró en una lucha consigo mismo, pensando en lo que su padre hubiese pedido y no estaba incluyendo.

Su mente era un caos en los momentos críticos, las tomas de decisiones y discusiones. ¿Cómo debería actuar? ¿A quién debía escuchar? ¿A quién debería aspirar a ser?

La respuesta estuvo siempre frente a él, en aquel espejo que se negaba a usar.

- Gracias... por sus palabras -logró decir, mirándose las manos llenas de astillas provenientes de los árboles que había tallado, sintiendo como esas heridas eran la representación de todas las que había adquirido con el transcurrir de los años-. No calcula el valor que tienen para mí. Lo que significan.

La criatura negó.

- No agradezca, alteza, debía tener conocimiento, ya fuese suministrado por mí o alguien más -las manos de la criatura se elevaron, restándole importancia-. De cualquier modo, esto no quiere decir que el Rey anterior no valga, en lo absoluto. Su padre seguirá siendo mi amigo pase el tiempo que pase. Tenga el cuerpo que tenga, mantendrá la misma alma, y por lo tanto, yo seré capaz de reconocerle -su mirada voló al cielo, suspirando, y seguidamente volvió a Jeongguk, más brillante que nunca-. Estoy seguro que nos volveremos a encontrar, ya sea en esta generación o la que sigue.

Y Jeongguk no estuvo seguro de si con lo último dicho se refería a su padre, o en cambio, se refería a él.

Monarch [Jikook/Kookmin]Where stories live. Discover now