CAPITULO 66

662 65 56
                                    

- solo una tarde, John, es todo lo que te estoy pidiendo.

- lo siento Ann, pero con Yoko estamos preparando nuestra luna de miel.

- ¿Luna de miel? Estarán acostados en una cama todo el día recibiendo periodistas ¿A eso le llamas luna de miel?

- si vieras más allá entenderías que...

- lo entiendo, me lo haz explicado millones de veces, solo te estoy pidiendo una tarde.

- Anna, Paul es tú esposo, no el mío.

- Pero te extraña, tú lo extrañas ¿Por qué no pueden simplemente pasar un par de horas tocando la guitarra como en los viejos tiempos?

- lo siento, Ann, pero estoy ocupado.

Se levantó del sillón de su sala dispuesto a dejarme sola allí.

- Dios mío, no te estoy pidiendo que lo hagas por mí, házlo por su amistad.

- si te digo que lo pensaré ¿Te irás ahora de mi casa y me dejarás en paz?

Asentí.

- bien, lo pensaré.

- Más te vale que sí.

Tomé mi bolso y salí dando un portazo.

Sabía que había sido una discusión inútil, llevaba semanas intentando convencer a John de que se separara un segundo de Yoko y pasara un tiempo de calidad con mi esposo, pero pesé a todos mis esfuerzos, la respuesta siempre era la misma. Era completamente frustrante, había intentado compensar la falta de mi hermano llamando a George y a Ringo, y ellos siempre aceptaban ¿Por qué John tenía que complicar todo?

Al llegar a casa un silencio me inundó, lo cual era extraño pensando que mis hijas habían adquirido la ruidosa y carismática personalidad Lennon, ni siquiera las patitas de Martha se hicieron presentes para recibirme, lo único que logró captar mi atención
fue una pequeña risa en el patio trasero. No lo dude mucho y salí, encontrándome con una adorable escena; Mary tomando el té en una pequeña mesita junto a Paul, quién tenía a Stella sentada en sus piernas.

Me quedé en el marco de la puerta observando la escena, sin embargo mi sonrisa fue desapareciendo poco a poco, yo tenía dos hijas, no tres ¿Quién era la otra pequeña rubia? Mi pensamiento fue interrumpido cuando sentí una mano en mi hombro, que hizo que me sobresaltara.

- oh Hola, Annie.

Al voltear a ver de quién era aquella voz mi cara palideció, comenzaba a sospechar que esto era una de mis tantas pesadillas.

- Paul...

Llamé a mi esposo sin quitar la vista de aquella mujer.

- ¡McCartney!

Eso basto para que el chico notara mi presencia y llegara a nuestro lado con Stella en sus brazos.

- ¿Podemos hablar?

Abrí la boca antes de que él dijera una sola palabra, él asintió haciendo el movimiento de pasarle la bebé a Linda, pero en medio del camino la tomé y entré a la casa esperando que el chico me siguiera.

- ¿Qué hace ella aquí?

- Nos tomará fotos para el nuevo álbum.

¿Por qué no contrataban otra fotógrafa? Lo miré unos segundos y proseguí.

- ¿Y qué hace en mi casa?

- Dios Ann, es una buena amiga, me pareció buena idea que su hija jugara con las nuestras.

In my life (The Beatles)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora