¡𝓝𝓸 𝓽𝓮 𝓪𝓹𝓪𝓻𝓽𝓮𝓼 𝓭𝓮 𝓶𝓲! || 𝚉𝚎𝚕𝚍𝚛𝚒𝚜 𝚡 (𝚃/𝚗)|| [Pausada]

𝑪𝒂𝒑𝒊𝒕𝒖𝒍𝒐 7

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CAPÍTULO 7: Núnca lo vi venir

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Ahí estabas, llevabas tiempo ya una semana en Camelot, pero no el que tu conocias si no el que está conquistado por demonios y en donde Zeldris me tenía presa en una habitación.

-(T/n)- escuche su voz cuando ingresó a la habitación junto con el sonido de la puerta cerrarse - ¿Qué haces?- preguntó la ver que cubría mi rostro con un libro, de cierta manera inexplicable me sentía ¿avergonzada? o algo parecido con él.

Mire por el rabillo del ojo a Zeldris y este se encontraba con una sonrisa burlona, fruncí el ceño por eso ¿acaso se estaba burlando por mi?.

-(T/n)-me llamó nuevamente, descubrí mi rostro y lo mire seriamente.

- ¿Qué mierda quieres? - él pareció mirarme con una mueca y después eso cambió a una sonrisa.

- Creí que las princesas era educadas- en su voz se escuchó burla, eso fue como un deja vú uno de los tantos que este demonio me generaba.

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El color lavanda del cabello de la diosa sus resplandecientes ojos verdes como esmeraldas, su figura esbelta y lo que más resaltaba sus grandes alas blancas que la mostraban como un ser puro. 

A pesar de ser llamada "La diosa más pura" entre los suyos, era también conocida "La tentación de la muerte"  por los demonios, por su forma de matar de sin mostrar emoción alguna,

Aquella diosa estaba leyendo, en el que consideraba el lugar más tranquilo hasta que apareció aquel demonio.

-Otra vez aquí - susurre con desagrado al ver a Zeldris sentarse en el otro lado del tronco de árbol en el que yo me arrimaba  - Concuerdo con Ludociel, los demonios son estúpidos

- ¿Quieres callarte? Quiero dormir - su voz  se escuchó con molestia ya que al parecer me escucho 

-Maldito demonios , me importa una mierda lo que quieras - mis las se movieron en señal de enojo.

-Creí que las princesas eran educadas - en su voz se escuchó burla y molestia

- Y yo que los príncipes eran caballerosos - se levantó de su lugar y se paro enfrente mio mirandome con amenazante.

Me paré y abrí mis alas, mirándolo de la misma forma que él lo hacía conmigo, el se acerco a mi rostro, sus ojos color obsidiana hicieron que me pierda en ellos por un segundo.

-¿Conoces a Ludociel?- sentí su respiración cerca mío, también que el nombre de Ludociel lo dijo con asco.

-Se podría decir que somos amigos...- me acerque más el, ahora sí que nuestras respiraciones chocaban, me fije en que sus ojos se desviaron a mis labios, sonreí con burla por tal acto , él pareció notarlo.

-Eres arrogante - sentí un roce entre nuestros labios, me causó escalofríos, haciendo que me alejara de él, ahora fue él quien sonrió con burla, este demonio sin duda era interesante.

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Sentí un fuerte dolor en el pecho, como si en este se clavara algo, tan rápido como llegó aquel dolor, se fue.

Mire a Zeldris que esperaba una respuesta por lo dicho, no le iba a dar el gusto de responder las palabras que él quería escuchar salir de mi boca.

- Tienes muchos estereotipos sobre las princesas en primer lugar yo no nací siendo una y segundo no te metas - respondí mirando de mala manera.

 Se quedó callado por unos segundos, y después prosiguió a hablar

- (T/n) - tercera vez que me llama, se acercó a mí y se sentó a mi lado 

-¿Qué...?- respondí con aburrimiento

- Te quiero besar - sentenció, el libro que sostenía en mis manos cayó al piso, la sangre subió a mis mejillas y sentí el calor en ellas, lo voltee a ver lentamente, encontrándome con algo que no esperaba, sus oscuros ojos color obsidiana no estaban el lugar de ellos había unos ojos verdes como una esmeralda.

- ¡Eso nunca! - me aleje lo más que pude de él,  me miró de manera graciosa y con una sonrisa en el rostro.

Su risa resonó en el lugar, me quedé mirándolo anonada, nunca había escuchado una risa que me pareciera tan bonita, no se cuanto tiempo me quedé mirándolo, creo que incluso fueron minutos, cuando me di cuenta de mis pensamientos los elimine.

«Yo solo puedo detestarlo, él casi mata a  Meliodas... ¡debes odiarlo! » mire nuevamente a  Zeldris, me miró con una sonrisa y ¿ternura?, porque lo hace.

Se acercó a mi y esta vez no me aleje, su rostro se acercaba lentamente al mió, una de sus manos acariciaba una de mis mejillas.

Sus ojos me miraron fijamente, nuestras respiraciones chocaban entre si, tomo mi rostro sus dos manos, quería apartarlo, quería alejarlo porque quiero odiarlo.

«Pero aunque que quiera, no puedo hacerlo... »  

Sentí sus labios sobre los míos moverse de forma lenta, yo correspondía aun cuando esto era en contra, mi mente daba la orden de alejarlo pero mi cuerpo no respondía.

Se separó de mí y  antes de que terminara de hablar completamente dijo palabras que me causaron un fuerte dolor en el pecho.

- Te quiero... no, yo te - hasta ahí llegó su oración, sujete fuertemente mi pecho y caí al piso arrodillandome, el dolor era tan fuerte que sentí como si en mi corazón se fuera a clavar una espada.

Zeldris me miró con preocupación, lo último que ví es que se acerco a mi gritando mi nombre, de ahí todo se volvió negro 

Continuará...

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N/A: ¡Su escritora desaparecida ha vuelto! ¡perdón! ¡pero con esto del covid-19 las cosas se complicaron, espero que me perdonen y que aún lean esta historia