||capítulo 1||

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Hace millones de años antes, cuando las criaturas recién habitaban la tierra, existían dos reinos, el reino de los lobos conformado por varias manadas al rededor del mundo pero con una en particular que era la manada del Rey de los lobos. El Alpha supremo o Alpha de Alphas como algunos lo llaman.

Por otro lado, estaba el reino de los Ángeles, donde regía el Rey de ellos y ese Rey, era hermano del Rey de los lobos.

Todo era felicidad entre estos dos hermanos, ambos muy amorosos y protectores.

Hasta que un día, ambos hermanos se habían enamorado, se enamoraron perdidamente de una loba de cabellos castaños y ojos verdes esmeralda. Amable y querida por todos los que la conozcan.

Su Loba, negra azabache y feroz. Capaz de partir un árbol con sus afiladas garras y desgarrar cualquier carne con sus colmillos puntiagudos. De ojos rojos escarlata, pero con un gran corazón protector y materno.

Los dos hermanos, al darse cuenta que se habían enamorado de la misma chica, decidieron luchar ambos por su amor. Le hacían detalles y cada uno tenía su encanto.

Pero, el hermano Ángel, siendo muy vanidoso y creyéndose el mejor. No hizo mucho esfuerzo en darle detalles y dedicándole melodías y poemas como lo hacía el hermano Lobo.

La chica se había decidido por el que se había enamorado. No por su apariencia, ni su jerarquía y poder. Si no por su trato y simpatía hacia ella.

Cada poema, cada melodía, cada detalle aunque fuera el más mínimo, la habían enamorado. Y se quedó con el Rey Lobo.

Esto indigno y debasto al Ángel. Y con su ira y remordimiento, se fue. Desapareció de la vida de su hermano para formar ejércitos de arcángeles y más para una venganza.

Quería vengarse de su hermano por robarle a la chica y por siempre tener todo lo que él quiso alguna vez.

Pasaron 10 años y el Alpha había tenido un hijo con su Luna. Mientras que el Ángel tampoco se quedó atrás y consiguió un heredero al que entrenó y fortaleció para crecer odiando a los lobos.

Había creado una enemistad contra los lobos y los ángeles por una venganza que se tomaría un 6 de marzo.

El Ángel preparaba a sus guerreros para la guerra contra el Reino de su hermano. Quería arrebatarle todo lo que él tenía.

Y así comenzó una guerra sangrienta donde todos los lobos y ángeles peleaban con todo lo que daban.

La Luna de todas las manadas peleaba con ellos, y protegía a los que lo necesitaban.

Los lobos peleaban con mucha fuerza y valentía, pero no era suficiente. Estaban perdiendo.

Los dos hermanos se encontraron y pelearon. Pero La Luna de la manada al ver como el Ángel toma ventaja de su pareja y lo está por matar. Ella al estar ya débil comienza a rogar a la Diosa Luna.

~Diosa Luna, te suplico tu ayuda. No nos arrebates nuestra existencia y ayúdanos a confrontar a los Ángeles, no le pido extinguirlos, sino que esta guerra acabe~

La Diosa Luna al oír las súplicas de su creación, decide ayudarla. Aparece frente a ella y colocando una mano en su mejilla recita.

~Hija mía, ayudaré a que mi creación perdure, pero no podré interferir en la guerra. Por eso, te otorgo un poder que logrará acabar esta guerra, pero solo podrás usarlo una vez a cambio de un alto precio si estás dispuesta a pagar~ Dice la Diosa Luna, luego quita su mano y la mira fijamente ~Pero... la historia se repetirá, uno de tus descendientes tendrá este poder y será su decisión usarlo~

~Estoy dispuesta a pagar el precio con tal de acabar esta guerra y que mi especie perdure~

La Diosa Luna asiente y de su pecho sale una Luz brillante que va directo al pecho de la Luna de las manadas. Luego la Diosa Luna desaparece y La Luna de Lunas se levanta y deja que el poder fluya.

Comenzó a brillar, sus ojos se tornaron blancos y levitó un poco. Los hermanos dejaron de pelear y atendieron a la joven.

~Cuida de nuestro hijo~

Son las últimas palabras de La Luna de Lunas antes que de ella emanara una gigantesca esfera de luz que expulsó a todos los ángeles de vuelta a su reino. Tuvieron tantos daños que costaría volver a armar una guerra como esta.

Cuando la Luz se esfumó, el Alpha buscaba desesperado a su Luna y al verla caer al suelo corrió para sujetarla antes y ver que este bien.

Pero no fue así, la Luna de Lunas había muerto.

Todos aullaron en pena y dolor más el Alpha y su hijo.

Y el Alpha prometió, que no habría alianza con los ángeles nunca más, o al menos que él y su descendencia exista...


The Two Kingdoms // ESPAÑOL //Where stories live. Discover now