Lycos

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Nia despertó totalmente recompuesta y sintió que el carruaje ya no se movía tanto por lo que miró por la ventana y se dio cuenta que estaban en la ciudad. Intentó ocultar su asombro, pero fue muy difícil. "Después de todo soy la gobernante de los delincuentes, puedo asombrarme, ¿no?".

—Teo, esta es Ly, ¿No es así?

—Así es, ma'am, espero me disculpe por usar esa poción para dormirla, pero se veía muy mal y pensé que eso la haría sentir mejor.

—Está bien, pero la próxima vez avísame.

—Entiendo, perdón nuevamente, ma'am. Estamos próximos a llegar a la residencia del Duque.

—Excelente~.

Nia continuó mirando por la ventana impresionada por lo animado del escenario, las tiendas de frutas que no conocía, ropas, telas de colores hermosos, aunque planeaba conquistar todo eso había traído consigo gran parte del dinero personal que poseía porque "Soy una chica después de todo".

—Teo, quiero bajar, ¿estamos a tiempo?

—Sí ma'am, ¿desea que la acompañe? Puedo estacionar el carruaje por allí y luego podemos llegar caminando a la mansión Lycos.

—Entiendo, sí, acompañame.

Lo siguiente fueron muchas compras, Nia quería algo de cada puesto, probó muchas frutas, compró telas hermosas, abanicos, muchas cosas que Teo debió cargar con una sonrisa en su rostro.

"La señorita sí que está feliz."

—Ma'am, ya es hora.

—Entiendo, entonces... Quiero ese— Le dijo a la vendedora señalando un conjunto de lencería roja que hizo a Teo sonrojarse tanto que debió ocultar su rostro entre los paquetes que cargaba— ¿Eh? Teo~.

—Ma'am... ¿Q-qué necesita?

—¿Crees que me vería mejor con este? — mostrándole un conjunto negro con encajes purpura —¿O con este? —Mostrándole un conjunto azul con ribetes dorados.

—E-eh...—Nia se echó a reir alegremente con su objetivo cumplido.

—Eran para tu hermana, mi talla es un poco más grande.

—¿L-le llevará regalos a Mori?

—Así es, me agrada y hace muy bien su trabajo, creo que merece ropa linda de vez en cuando... ¿Teo?

—Ma'am... ma'am...—Sus ojos brillaban mientras las lágrimas rodaban por sus mejillas.

—¿Q-qué sucede? No llores, también pensaba compartir un pastel contigo...

—Usted, usted es la persona más hermosa que existe... nadie jamás nos había considerado para regalarnos algo... Yo cargo eso, ma'am. Vamos, veamos que arrogante duque quiere verla.

—Yo debería decir que hacer, pero ya qué...

Antes de salir, una voz los detuvo, la dueña de la tienda.

—Señorita, si fue citada por el duque, no deje a este chico lejos suyo.

—¿A qué se refiere?

—Gracias por su compra, vuelva pronto.

Al dejar la tienda, el aire se había enrarecido, esas palabras no eran comunes, estaban cargadas de miedo. El duque Ly no era alguien con una reputación honorable, pero algo estaba mal. "Sobornos, espías, no, algo está mal. Qué bien." En realidad, para Nia, esto era preocupante por su integridad física, porque el hecho que su reputación fuese mala, les abre el camino a otros gobernantes, en este caso una conquistadora.

El camino hacia la mansión fue tranquilo, aunque ambos notaron que los semblantes de la gente reflejaban mucho malestar, ojeras marcadas, ojos hinchados, cabello desordenado. Niser parecía una utopía en términos de calidad de vida. La entrada de la muralla que daba la bienvenida a la mansión Lycos era enorme, de madera milenaria incrustada con acero, guardias custodiando desde abajo y arriba.

—¿Quién es? — Se interpuso un guardia en la entrada, ante lo cual Teo se adelantó y dijo.

—Seishun Nia, Princesa de Niser. Acompañada por su mayordomo Teoly Aya.

—¿Niser? Ah, el pueblo de delincuentes, oí que le habían cambiado el nombre. Está bien, el Duque la espera. —Se hizo a un lado a la vez que se abría una pequeña puerta para que entrasen.

—Jum. —Nia entró sin mirar a los guardias.

Una vez dentro de las murallas, era un mundo completamente distinto a Lycos, el jardín se extendía por al menos tres hectáreas, arboles inmensos, una laguna de agua cristalina, el camino a la mansión estaba hecho de piedra, cada veinte metros había esculturas de distintas culturas. Ocasionalmente se veían jardineros trabajando.

—Teo, quiero esto.

—¿Ma'am?

—Así es, quiero que esto sea mío, ¿No puedo?

—Por supuesto que puede.

—Je.

Siguieron caminando alegremente hasta llegar a la mansión, era algo impresionante, una construcción de dos pisos enormes, entrando al vestíbulo había reliquias invaluables, una mesa enorme, aunque con solo una silla. "Qué extraño."

Las paredes eran de mármol y los pisos adornados con alfombras de lujo, no había ningún detalle dejado al azar. En ese momento un mayordomo habló.

—Su Excelencia el Duque Ly de Lycos la recibirá en el despacho oficial. Acompañeme, por favor.

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⏰ Last updated: Nov 15, 2019 ⏰

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La reina no pide perdón.Where stories live. Discover now