Casada con mi Jefa || Caché {Adaptación}

Deseo

Vale: Cuñis (me dijo Valentina al contestar, lo cual me hizo reír).

Calle: Hola Valentina, me alegro de encontrarte de buen humor (Conteste divertida).

Vale: No, Daniela. Yo siempre estoy de buen humor, del que debería de sorprender es de la amargada de mi hermana.

Calle: Tienes razón (comencé a reírme, Poche... no es muy conocida por su humor).

Vale: Dime Daniela, ¿Para qué me necesitas?

Calle: Quería preguntarte algo importante, yo...quería saber...si... ¿Quieres ser mi dama de honor? (le pregunte de forma lenta).

Vale: ¿Yo? Claro, si me encantaría (me dijo muy contenta a lo cual lance un suspiro).

Calle: Gracias (le dije en voz baja).

Vale: Claro Daniela, sabes que puedes contar conmigo, sé que nos conocemos hace poco, pero como te dije, la mujer que cazo a mi hermana merece toda mi admiración. Cuanto conmigo para lo que sea.

Su forma de decirlo tan... desinteresada, me hizo sentir fatal, ella me admiraba mientras yo era una mentirosa a beneficio propio. Me trague el nudo de e vergüenza.

Calle: Gracias Valentina, yo también te aprecio mucho.

Una vez terminada la llamada le llame a Olivia la cual acepto encantada, ellas son a las únicas que les podría pedir esto. El fin de semana se terminó entre juegos con mi hija y llamadas rápidas con Edith, de Poche no he escuchado nada en todo el fin de semana. El lunes, Robert nos pasó a recoger, mi sorpresa fue monumental al ver a Poche dentro del coche. Y como ya es costumbre, con su rostro seria al borde del enojo.

Calle: ¿Qué haces aquí? (Le pregunte una vez sentada en el asiento).

Poche: Hasta donde recuerdo este es mi auto, y tú mi prometida (declaro mirándome de manera intensa).

Calle: Nunca has venido con Robert, así que es normal que me extrañe de verte (afirme mientras acomodaba bien a Emi sobre mis piernas y le colocaba su suéter).

Poche: Tenía ganas de ver a mi prometida esta mañana (Ella se encogió de hombros como si fuera algo normal en ella).

Calle: ¿Qué quieres Poche? Te conozco lo suficiente para saber que no haces nada sin un propósito (Alegue a lo que ella sonrió de lado y entre cerro sus ojos en mi dirección).

Poche: Touché, señorita Calle, tienes razón. Estoy aquí por un motivo.

Calle: ¿Y se puede saber cuál es?

Poche: Una vez dejemos a la niña, te o explicare.

El resto del camino no me dijo nada más, así que aproveche para enseñarle a Ema (A veces amaba llamarla así) los edificios que veíamos por la ventana, una vez en la guardería la deje con Nadia y me encamine se regresó al auto. Al regresar, Poche estaba hablando con Robert pero cuando me divisaron dejaron de hablar. Mi prometida me abrió la puerta pero antes de entrar me tomo de la cintura, gire a observarlo pero nada salió de mi boca cuando me beso. Ahí...al centro del estacionamiento, en medio de New York.

Estaba tan nerviosa y concentrada en el beso que no me di cuenta cuando Robert rodeo el vehículo y subió del lado del piloto. El beso de Poche me tenía en las nubes, pero en un dos por tres fui bajada de golpe al suelo cuando se separó y me dijo sobre mis labios.

Poche: Hay fotógrafos, sonríe y sube al auto.

Fotógrafos. Por eso me beso. Le sonrió de forma falsa y subo al auto con mi dignidad por el suelo y mi orgullo destrozado. Debí haberlo sabido, ella no hace nada sin ningún motivo.