¡Las Amigas Lo hacen! | Michaeng (Completa)

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–¡Unnieeee! Por favor– Puchereo, Mina giró su vista hasta Chaeyoung, quien hacía pequeños pucheros– Porfi..

–Ugh, está bien... –Respondió finalmente y Chaeyoung dio un saltito de emoción.

Se acercó al lugar donde vendían algodones de azúcar y le compró uno a Chaeyoung , bajo la atenta mirada de la menor, quien tenía sus ojos brillando y su carita entera rebosante de alegría.

Esperaron un rato hasta que el vendedor se lo entregó y la Mochi lo tomó, alegre, agradeciendo.

Tuvo que tomar a Chaeyoung para que no se pusiera brincar de alegría, sabía lo torpe que era.

–Unnieee, gracias gracias gracias–Sonrió con emoción.

–No es nada, enana – Dijo con burla, viendo el instantaneo puchero de la pelirrosa.

Caminaron por todo el parque mientras Chaeyoung comía por pedacitos el algodón de azúcar. Mina la miraba con atención, el cabello de la menor se asemejaba mucho a un algodón de azúcar.

–Dame– Dijo Mina a la menor, quien inmediatamente la miró y dirigió un pedacito de algodón de azúcar a los labios ajenos. La mayor sonrió y comió de ese pedazo de algodón. Chaeyoung tenía una linda y gran sonrisa surcada en sus labios.

Aquél gesto había hecho que la gente les mirará de manera incómoda, quizás estaban siendo más cercanas de lo que deberían. Mina tomó un poco de la cintura a Chaeyoung y la alejó, cosa que hizo instantaneamente a la pelirrosa pucherear.

No dejaría que miraran mal a la menor.

(...)

Eran ya las 6 de la tarde, estaban volviendo a la casa de Chaeyoung.

–Unnie me gustó salir con usted– Habló Chaeyoung, tomándola del brazo suavemente.

–También me gusta salir contigo, bebé– Dijo sonriendo levemente.

Llegaron a la casa de Chaeng. –Adiós, nos vemos mañana, Chaenggie–Sonrió la mayor acariciándole los cabellos a la pelirrosa.

–¡Adiós, unnie!– Le dio un abrazo, cálido y con mucho cariño, como los que solía darle Chaeyoung.

Mina ya se iba a ir, pero...

–Mina unnie...– Se giró y la miró.

Chaeyoung se acercó a ella y le dejó un besito en el cuello. Fue un beso simple, inocente y tierno, que provocó que Mina se estremeciera y el rubor subiera a sus mejillas.

La pequeña sólo sonrió tiernamente y entró a la casa, dejando a la mayor confundida y sonrojada.

Pasó sus dedos por la zona en la que la menor había pasado sus labios, con la mirada avergonzada, se echó para atrás y corrió a toda velocidad.

"¿Qué me estás haciendo,
Chaeyoung?"