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–¿En que trabajas?– preguntó antes de dar otro mordisco
–En una fabrica de textiles, antes era soldado, pero lo deje por cuidar a mis niños, después de lo de... Heath

–¿Así se llamaba tu omega?– preguntó con intereses
–Si – Jake sonrió en sus adentros, pues estaba claro que a Tom no le importaría su pasado – es una larga historia que algún día te contaré

Tomó el último sorbo de su jugo y tiró el envase, mientras que Jake terminaba de comer.

–¿Cuál es tu película favorita Tom?
–Titanic, ¿cual es tu fruta preferida?
–La sandía ¿y la tuya?
–Las fresas– se arrepintió de haber dado respuesta sin pensarlo, ya que vio un pequeño estremecimiento de parte del mayor
–Interesante, ¿sabes? Amo el chocolate– comenzó a coquetear – es el mejor sabor del mundo ¿no lo crees?.

De nuevo el calor se apoderó de sus mejillas. Mordió su labio inferior y contestó:

–Lo mejor del mundo son las fresas con chocolate– contestó con la cara más inocente que pudo, aunque ese comentario no tenía nada de inocente.
–¿Te gusta beber? – volvió a hacer una pregunta, acercandose a la mesa
–No bebo mucho
–¿Al menos lo suficiente?– iba a preguntar por qué, pero la mano del ojiazul lo calló.

Ambos habían acortado la distancia, por lo que Jake comenzó a acariciar su mejilla. Tom se sintió demasiado cómodo, así que no hizo nada por alejarse.

–Debemos irnos– habló Jake – Llevame a mi habitación.

No era que no se la hubiese pasado bien, sino que la gente les miraba extraño.

Subieron por el elevador de nuevo. Tom miró su reloj y notó que habían pasado más de dos horas. Sonrió y miró al alfa: este también le estaba mirando. Se sonrojó ligeramente pero no se volteó.

Dio un paso hacía en frente, y las puertas se abrieron, dejando casi en evidencia lo que iba a pasar.

Caminaron hasta la habitación, y ahí entraron. Miraron al niño dormido, tranquilo.

–Para ser la primera vez que invito a alguien a cenar es una muy buena ocasión– habló el menor
–Lo mismo digo. Gracias por todo Tom– acarició su mejilla, de nuevo.

El otro solo observó aquello. No sabía como reaccionar. ¿Quien decide cuanto tiempo tiene que pasar para que exista el amor?

No pudo responder. No sabía como respirar. En el momento en que Jake chocó sus labios con los suyos todo se le olvidó. No importaba si estaba lloviendo, si alguien los veía, si pasaba algo más. Ese beso parecía un sueño.

Tom se atrevió a corresponder abriendo un poco la boca, moviendo sus labios y pasando sus brazos alrededor de su cuello. Jake tomó su cintura, adoptando una postura un tanto cliché.

Se separó un poco para mirar sus ojos, azules en contraste a sus ojos color café. Había un pequeño brillo en los ojos de Jake, como si el alma le estuviese volviendo poco a poco.

–Eso fue extraño, en el buen sentido – Gyllenhaal estaba sonriendo
–Fue... Increible – sonrió por igual – creo que me tengo que ir.

Asintió, casi forzandose a dejarlo ir.
Cuando cruzó la puerta esperó unos segundos para gritar un poco bajo; todo era muy extraño, pero se divirtió con el curioso Holland.

Y mientras tanto el omega subió a su auto y sonrió, suspiró; todo lo que hace alguien cuando se enamora.

Todo estaba yendo bien. Por una ocasión en su vida las cosas se estaban arreglando, para ambos.

*

Lo siento si el beso fue muy rápido, pero les urge hacer el delicioso xdxd
¿Que les pareció el capítulo?

Mistery Of LoveWhere stories live. Discover now