Capítulo 1: Un día ¿Normal?

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Pensé "¡Mierda! ¡Qué oso!" Colgué el teléfono y empecé a levantar los libros, cuando de pronto volteé y vi que un chavo me estaba ayudando a recoger los libros.

El chavo era moreno, de ojos cafés claros, pelo negro y usaba anteojos. Lo miré y le dije:

—Muchas gracias por ayudarme.

—No te preocupes, me ha pasado.

—Lo que pasa es que sonó mi teléfono y pues ni tiempo me dio de poner las manos para sostenerlos jajaja —dije apenado.

—¿Y vas a comprar algún libro?

—Sí, bueno eso creo. Es que me llamó mucho la atención.

—¿Y cuál es?

—Este, se llama "Deseos de amores imposibles" —dije mientras le mostraba el libro.

—¡Es genial, cómpralo! —exclamó emocionado—me encanta la forma en la que el autor relata su historia y hace que te metas en ella.

—Entonces lo compraré y gracias por tu ayuda, si quieres recojo los demás, ya puedo solo.

—Ok, de nada.

El chavo se levantó, puso sus audífonos y siguió caminando, mientras yo terminé de poner los últimos libros. Cuando escucho un sonido como "Blump", bajo la mirada y veo una libreta tirada casi al final del pasillo. La recogí y le pregunté a las personas por ahí si era de ellos el cuaderno, pero nadie me respondió. Era una libreta de esas que tienen divisiones para muchas materias. En eso, siento que alguien me toca la espalda y era Samantha.

—¡Qué mala onda que me dejaste sola!

—Perdón, es que me aburrí. ¿Y sí vas a comprar algo?

—Sí, este libro para gelatinas jijiji —dijo riéndose como el personaje de "Betty la fea".

—Yo también, mira este libro me llamó y pues lo voy a comprar, pero fíjate que me encontré esta libreta

—¿Dónde la encontraste?

—Es que... Bueno, te lo diré. Tiré los libros de un estante sin querer y seguro se le cayó a alguien que estaba por ahí.

—Pues aquí dice que le pertenece a Ricardo García —mencionó mientras hojeaba la libreta.

—¡Hey! Chismosa. Eso no es de nosotros... ¿De qué materia es? —pregunté, casi mordiéndome la lengua.

—No sé, mira aquí tiene apuntes de mmm... Creo que de geografía y de ¿Teoría del teatro?

—A ver... Oye, sí es de teatro, pero no dice la escuela o el salón. Algo para localizar al tipo.

—Mira, Marcos, aquí hay una dirección de correo electrónico.

Después de pagar los libros, Sam (así le digo de cariño a Samantha) y yo nos fuimos a comer pizza. Cuando llegué, pedí una pizza para dos y nos sentamos. Sam empezó a jugar con una salsa que había en la mesa y yo solo revisaba mis mensajes del celular cuando, en eso, alguien me tapó los ojos y me preguntó el clásico "¿Quién soy?". La voz era de mujer y ya sabía quién era. Sandra, mi novia. Ella es de mediana estatura, piel morena y ojos negros. Se me olvidaba, su cabello es café.

—Hola, mi amor —dijo mientras me abrazaba.

—Hola, cariño, disculpa por no haber contestado el teléfono, es que estaba un poco ocupado. (Sí, como no, por andar contestando el maldito celular tiré los libros).

—Ay, no te preocupes. ¿Y estás solo?

—No, estoy con Sam.

Sandra la observó, la barrió de pies a cabeza, le sonrió y la saludó desde lejos.

—Bueno, cariño, luego te veo cuando tengas tiempo para mí.

—Ah, ok, luego te busco ¿está bien?

Después de eso, ella se fue enojada (la verdad es que sí me gusta estar con ella; o sea, es mi novia, pero a veces me estresa). Ya eran como las cuatro de la tarde cuando regresé a mi casa.

Como siempre, mis padres no estaban porque trabajan casi todo el día. Llegué, me bañé y fui al entrenamiento de fútbol. A las ocho volví y me acosté en mi cama. Encendí la computadora y, a los pocos minutos, inicié sesión. Mmm, saqué la libreta que me había encontrado y agregué el contacto: .

Minutos después, el contacto inició sesión. Mientras escuchaba algo de Depeche Mode, se había conectado, así que decidí iniciarle un chat.

Marcos dice: "Hola =)"

El Alma Pura dice: "Ah, hola. Disculpa, ¿quién eres?"

Marcos dice: "Bueno, lo que pasa es que hoy me encontré una libreta y creo que es tuya."

El Alma Pura dice: "¿En verdad? Me urge, que bueno que te la encontraste."

Marcos dice: "¿Eres Ricardo García?"

El Alma Pura: "Así es, en esa libreta tengo todo lo de mi escuela."

Marcos dice: "Pues te la regresaré, pero tú dime, ¿dónde nos vemos o qué?"

El Alma Pura dice: "Mañana en la plaza del centro que está por Catedral, la de Armas ='). A las cinco de la tarde. Estaré vestido de café."

Después de eso, el tipo se desconectó y apagué la computadora. Me bañé de nuevo, como a las diez, y me acosté en la cama. Como no tenía sueño, saqué de mi mochila el libro que compré y empecé a leer.

El libro era muy bueno, aunque tenía una historia algo "fuerte" jajaja. Seguí leyendo hasta las once de la noche. Pero de pronto, se empezó a escuchar música de esos años setenta y el borracho de mi vecino cantando: "Esa pared, que no me deja verte, debe caer por obra del amor". Así siguió hasta como la una de la mañana, y finalmente pude dormir.

Mi vida y mi mundo al revésWhere stories live. Discover now