°12

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-Kusuo esta un poco extraño -susurró su madre mientras miraba preocupada la habitación desordenada de su hijo psíquico.
-Quizas deberíamos hablar con él.
-Mamá, papá... Dejen que yo me encargue -murmuro kusuke.

A kilómetros se notaba lo preocupado y entristecido que estaba. Kurumi habia visto cuando su hijo menor llegó y golpeó a su hijo mayor. Nunca había visto ese comportamiento en el pelirrosa. Siempre fue alguien tranquilo.

-Creo que por eso de hacer amigos lo hizo sentirse presionado de su parte. -odiaba tener que hacer sentir mal a su madre, la amaba demasiado, pero necesitaba tener la casa a solas por un tiempo.

La mujer bajo la cabeza algo apenada y triste, su esposo la abrazó y la consolo.

-Se ven cansados, el también debe estar cansado. Quizas lo mejor es darle algo de libertad, les compre un viaue al Caribe por dos semanas.

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Fue extraño despedirme De mamá y papá tan repentinamente. Apenas llegué de la escuela me avisaron que se irían de viaje.

Su forma de hablarme fue muy lejana... Casi fria me ateveria a decir.

Su mente se mantiene en blanco. No piensan en nada. Algo esta pasando aquí.

Yo... Yo no puedo lidear con esto hoy. Por que mi vida no puede ser mas simple?

Una vez que se fueron decidi solo teletransportarme a mi casa. No quiero ver a Kusuke. Entre el y Reita ya tengo muchos problemas.

Estoy molesto, las cosas me duelen y no puedo controlar lo que me pasa. No puedo estar tranquilo en ningún aspecto de mi vida.

Me recoste en mi cama, algunas lágrimas cayeron de mi rostro. No sé por qué lloro. No debería estar sufriendo.

Ya, ya es demasiado con mis poderes... Quizas la adolescencia por fin ha hecho efecto en mi, las hormonas, la tristeza y el vacío enorme.

Yo sólo queria tranquilidad, ni mas ni menos.

Escuché el sonido de mi ventana abrirse, de inmediato me incorporé y me percate de que Reita estaba allí, parado. Estaba tan desconcentrado que no me había dado cuenta.

Lo mire.

El me miró.

Y en ese momento mis sentidos se dispararon en todas direcciones.

Podia escuchar la respiración de mi hermano del otro lado de la puerta.

El también nos miraba.

¿Quien se atreveria a hablar?

La (amorosa) Desastroza vida de Saiki KWhere stories live. Discover now