Parte 2: Besos de sangre.

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¡Hola a todos! Debo confesar que me he entusiasmado con esta historia xD (y tener un fondo de pantalla en el celular de Aomine, no ayuda bastane) Espero les guste y no sé aún cuantas partes tenga la historia.

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Había llegado 20 minutos antes de la hora acordada. Estaba nerviosa y no solo por el hecho de que tendría una "cita" con Aomine sino que aquella era la primera vez que salía con un chico.

Nanao tenía una hermana 2 años menor, que no parecía nada que fuese menor, quien la ayudo a elegir ropa para aquella salida. Llevaba una falda tableada de color negro, bajo ellas unas medias del color de su piel y unos zapatos con un poco de tacón, para no parecer un adorno junto a Aomine. Hacia arriba llevaba una blusa de color celeste, que combinaba perfecto con sus ojos, el cabello largo y negro caía por sus hombros, suave y sedoso. Se había puesto un poco de brillo labial y delineado el contorno de sus ojos, solo un poco. Su hermana menor le había dicho que se veía preciosa, y ella nunca le mentía.

Para su sorpresa el joven llegó justo a la hora acordada, pensó que llegaría tarde puesto que siempre lo hacía en los partidos. Nanao conocía a Aomine desde Teiko pero él no lo sabía, y había visto el gran cambio que tuvo el chico, aquello le producía tristeza.

-Vamos -dijo un Aomine sonriente al llegar junto a la muchacha.

- ¿Dónde vamos? -preguntó ella sorprendida.

-Al zoológico.

Al terminar el día Nanao estaba agotada, sus pies no daban más con aquellos zapatos y Aomine caminaba más rápido que ella. Habían visto muchos animales y caminaron bastante, algo que para Nanao fue un calvario con aquellos tacones. Comenzó a correr un aire helado y la chica sintió un escalofrió por todo el cuerpo, Aomine la acompañaba hasta la parada del autobús cuando notó que ella se había quedado atrás, se detuvo en seco y la esperó.

Notó que su andar era extraño, como si caminará sobre arena caliente, esperó que llegara a su lado y la miró con intriga.

- ¿Estas bien?

- ¿Eh? Sí, sí... -dijo ella quitándole importancia al tema.

-Pues no lo creo -Aomine miró los pies de la muchacha. - ¿Son los zapatos, verdad?

Ella afirmó avergonzada.

-Sería mejor si te los sacas -sugirió.

-Pero si me los sacó no podré caminar.

-Yo te cargo, vamos.

Nanao se avergonzó, su rostro se puso rojo completamente y más cuando Aomine la sorprendió tomándola en brazos, ella instintivamente se afirmó del cuello del moreno y sus rostros quedaron muy cerca, aunque Aomine estaba pendiente del camino y de no tropezar con la muchacha en brazos.

Podía sentir el olor de su perfume, era como un licor que le embriagaba cada vez más, sus brazos eran fuertes (brazos de basquetbolista) y el calor que expandía su cuerpo era como una manta sobre ella, cuando el viento comenzó a ponerse frio. Nanao se mordió el labio y cerró los ojos, pidiendo que aquello fuese eterno.

Jamás se había imaginado lo amable que podría llegar a ser Aomine. Aunque Nanao no sabía que todo aquello era solo una actuación.

-Llegamos -dijo el joven bajando con cuidado a la chica.

Cuando ella toco el suelo, sus pies tambalearon, no tenía movilidad en ellos y casi cae al suelo de no ser por Aomine y sus rápidos reflejos felinos, quien la tomo cuidadosamente por la cintura y la acercó hasta su cuerpo. Nanao levantó el rostro y se encontró con los azules ojos de Aomine, pero esta vez no le causaron temor o nerviosismo. Más bien la hipnotizaron.

Nanao quiso hablar pero el chico la calló, pasando su mano por su espalda, su cuerpo se estremeció y Aomine acercó su rostro hasta la chica, se detuvo a menos de 3 centímetros y Nanao sintió la respiración del joven.

Su corazón latía tan fuerte que incluso podía sentirlo en su cabeza. Todo aquello parecía un sueño; ir a una cita con Aomine, que él se preocupara por ella y ahora... estar a punto de besarse.

Pero no todo era color de rosa.

Aomine sonrió y sus dientes reflejaron la luz de la luna. Acercó su boca deseando tocar los labios de la chica, como un vampiro cuando está a punto de atacar el cuello de su víctima. Mordió el labio inferior de Nanao y luego se apoderó por completo de su boca, rodeo su cintura y atrapó su cuerpo por completo. La chica paso sus brazos por el cuello de Aomine y se aferró a él como siempre lo hacia en sus sueños.

Su lengua jugaba con la de la chica, los besos del joven eran apasionados y dominantes. Nanao se dejó llevar por ellos y sintió un fuego en su pecho, deseaba tenerlo para siempre... para ella sola. Deseaba que sus labios fueran de ella y de nadie más. Quería que aquel beso los uniera siempre.

Pero Aomine no pensaba lo mismo...

Nanao se separó de mala gana del chico, él sonreía dulcemente y la chica se llevó las manos a los labios. Sintió un sabor metálico y cuando sus dedos se posaron en su boca, vio como un tono rojizo los cubrió. Sangre.

-Lo siento... -se disculpó Aomine y se preocupó por la chica. -No me di cuenta...

-No te preocupes -interrumpió ella -fue mi culpa también. No soy experta en esto.

-No entiendo... -habló Aomine sin alejarse de la muchacha.

-Jamás he besado a nadie -confeso con vergüenza.

-Entonces... ¿este fue tu primer beso? -Aomine parecía incrédulo.

-Sí -respondió sonrojándose aún más.

-Pero no será el último... -susurró Aomine antes de besarla una vez más.

Do not say, I love you [Aomine Daiki] Where stories live. Discover now