Parte 10: No te vayas... II

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Aquí esta al fin la 2da parte y (posiblemente) final de la historia? xD Nada decirles que el final es algo que nadie se imaginó.. (es que me gusta hacer estas cosas xD conmigo nadie sabe que puede pasar wuajajajaja *inserte risa malvada*)

Otra vez disculpen por hacerlas leer mucho :(

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El castaño estaba apoyado en el mesón, mirando disimuladamente hacia Aomine y aquello el joven basquetbolista lo notó. A los segundos después Nanao salió por la puerta de metal, Hiro se sorprendió y enseguida se acercó a la muchacha, casi protegiéndola de la mirada del moreno.

- ¿Estas bien? -preguntó Hiro tomando por los hombros a Nanao. Ella asintió con la cabeza y su mirada viajo un segundo hacia Aomine.

-Aún está aquí -ella soltó un respiro agobiada - ¿Qué hacemos? Ya tenemos que cerrar el local.

De pronto los jóvenes dejaron el lugar, eran clientes frecuentes y sabían que pronto el horario de atención terminaría, se despidieron de Nanao y Hiro y siguieron charlando animadamente al salir. Pero Aomine seguía allí, con su bolso junto a él en el suelo y la bandeja sobre la mesa llena de los papeles de las hamburguesas, mirando de vez en cuando con disimulo hacia el mesón.

-No te preocupes, yo me encargo -Hiro salió del mesón y caminó hacia el moreno. Debía admitir que aquel chico tenía una presencia intimidante y no solo por su estatura, su mirada sin duda era tan fría como un iceberg, pero no se dejaría llevar por eso... Aquel chico le había hecho daño a Nanao y eso no lo perdonaría.

-Lo siento, pero el local ya va a cerrar. Te agradecería que te vayas -dijo Hiro amablemente sarcástico.

- ¿Ah? -Aomine le lanzó una mirada furiosa al castaño -Me iré si esa chica me lo pide. -dijo sonriendo con malicia.

-Ella no se acercará a ti... -soltó Hiro con furia. Aomine lo miró fijamente, se levantó de su silla y sosteniendo aquella mirada lo enfrentó cara a cara.

- ¿Y quién eres tú para impedirlo? -Aomine sentía unas enormes ganas de golpear al castaño.

- ¡Ya basta! -gritó Nanao corriendo hasta los hombres. Se puso en medio y empujo suavemente a Hiro por el pecho. -Tranquilo -susurró hacia el castaño -Puedo encargarme de esto.

-Pero -Hiro quería protestar pero Nanao ya lo estaba empujando de vuelta al mesón.

-Confía en mí, puedo hacerlo. No, debo hacerlo. -La chica sonrió débilmente -Necesito darle un final a esta historia.

El castaño suspiró, tomo las manos de la chica y le dio todo su apoyo, luego beso su frente otra vez. Su mirada pasó al moreno quien no dejaba de clavarle sus furiosos ojos azules, sin duda estaba celoso, salía por cada parte de su piel.

Hiro desapareció por la puerta de la cocina, iría a ordenar algo pero sin dejar de estar atento a lo que ocurría en el comedor.

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Habían pasado cuatro años, tiempo en el cual Aomine pensó que Nanao estaba en otro país, aun así no pudo jamás dejar de pensar en ella... Pero la tentación era fuerte y el siguió en aquellos pasos, tratando de olvidar los besos y el cuerpo de aquella muchacha. Incluso cuando entró a la universidad, las cosas no cambiaron.

Habían ido a aquella cuidad para un juego contra un equipo universitario de otra prefectura y nunca pensó que encontraría a allí a aquella chica, aunque ya no era una adolescente como en aquel entonces, ahora era una mujer. Cuando la vio miles de preguntas inundaron su mente; ¿Cuándo había regresado? ¿Por qué estaba en esa ciudad? ¿En qué momento se había puesto más bella que antes? ... Y necesitaba la respuesta a todas esas incógnitas.

Do not say, I love you [Aomine Daiki] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora