Capítulo I

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"Cuando te acercaste a mí, algo empezó a recorrer mi interior. Aunque creía que no existía, me llené de un sentimiento llamado amor"





–Porqué sigues resistiendote a mis toques, sabés perfectamente que me deseas tanto como yo a ti... Mi querido Lee Taeyong!

-Taeyong, vamos... Despierta dormilón. - exclama una pequeña voz chillona.

–Déjame dormir cinco minutitos más ¿quieres?. -respondo con voz soñolienta y aún con mis ojos cerrados.

Siento como algo pequeño y muy liviano se trepa encima de mí apretando mis mejillas una y otra vez.

–Vamos Wendy eso duele aunque tus manos sean pequeñas, eres muy fuerte. -digo con dificultad dado que aún siguen apretando mis mejillas.

-Porqué no quieres despertarte, mamá a dicho que bajes a desayunar. -escucho como chasquea su pequeña boca.

La verdad es que quiero seguir soñando, quiero ver a se tipo que siempre aparece en mis sueños diciéndome las misma palabras cada vez que lo sueño. Pero siempre una pequeña enana aparece y arruina todo justo cuando le voy a ver la cara a ese desconocido que se cuela en mis muy preciados sueños.

–Ya lo hice.- le digo abriendo por fin los ojos.  –ahora quítate de encima que aunque te cueste creerlo tus huesitos calan y mi estómago no lo aguanta.

-Eres un llorón. -responde haciendo un puchero y quitándose de encima.

–Y tú una enana, deberías alimentarte mejor... Estás muy delgada. -le digo en forma de burla.

Veo como se detiene sobre el marco de la puerta.

-Tengo 7 años que esperabas, soy bajita y aún me falta mucho por crecer... ¡DAAA! -me grita mientras me saca la lengua y cierra la puerta.

Los niños de ahora para todo tienen respuestas.

Pongo mi brazo derecho sobre mi frente y clavo mi mirada al techo recordando tales palabras acompañadas de una voz roncha pero a la vez suave.

-Lee Taeyong... ¡Sí no escucho el agua de la regadera yo misma iré a darte un baño y no será con agua tibia, esta claro! -Una voz furiosa y amenazante viniendo de abajo me saca de mis pensamientos como arte de magia.

Mi madre cuando se propone a hacer algo lo hace, así que no me lo pienso dos veces y me levanto de un salto. Entro al baño y abro la regadera para que el agua se ponga caliente, mientras tanto busco mi uniforme y una toalla.

Pongo la toalla colgada aún lado y cierro la puerta de la bañera, el agua caliente recorre cada parte de mi cuerpo... La sensación es tan relajante que cierro los ojos y elevó mi cabeza provocando que las gotas que salen de la regadera choquen directamente sobre mi rostro.

Ya lavado y enjuagado abro un poco la puerta y tomó la toalla para secarme el cabello un poco y después el cuerpo, con la toalla enredada en mi cintura salgo totalmente del baño y me dispongo a cambiarme.

Parado frente al espejo me dispongo a secarme el cabello con la secadora, pongo loción Chanel Bleu sobre mí, voy y tomo mi mochila y algunos cuadernos, abro la puerta y desde la planta alta escucho la voz chillona de Wendy por toda la casa.

Bajo las escaleras de madera Wood Strip... Qué yo mismo escogí cuando estábamos remodelando nuestra casa.

Llegó al comedor y mamá me ve levantando una ceja, señal que tengo que darle los buenos días... besando su mejilla, ¡Sí, yo un chico de preparatoria aún tiene que darle ese tipo de saludo a su madre!.

Me acerco a ella, la tomó de ambos brazos y le doy los buenos días mientras le beso la mejilla. Volteo y la enana esta riéndose mientras me apulta con un dedo. Ruedo los ojos a tan infantil reacción, me dispongo a sentarme y probar el desayuno cuando de pronto siento un fuerte golpe en mi espalda que me hace quejarme del dolor.

–Pero que rayos. –digo con molestia.

-Vamos Taeyong no me digas que te dolió? -Escucho decir al idiota de mi amigo.

–Yuta, eres un... -me detengo recordando que mamá y Wendy están presentes. –mal educado, deberías saludar a las damas primero. -Le digo mientras lo veo con enfado.

-Como amacecieron las damas más hermosas de este mundo? -pregunta Yuta mientras se pone de rodillas tomando de la mano a mi madre y a Wendy.

Yuta y sus dramas como siempre, pero siempre logra que Wendy y mamá se sonrojen ante sus palabras.

Como pueden caer ante este japonés idiota, aunque no negare que es un tipo de buen ver.

–Vamos romeo que ya es tarde y nos van a cerrar la puerta de nuevo por tu culpa. -Le digo a Yuta mientras me levanto y tomo mi mochila poniéndomela sobre el hombro izquierdo.

-Mis queridas Julietas, su romeo se va... No porque quiere sino porque Don puntual me lleva. -dice Yuta mientras besa sus manos.

Ya no son Damas, sino Julietas... Odio darle ideas a este sujeto de melena larga.

Me despido de mamá y Wendy sacudiendo mi mano, antes de cerrar por completo la puerta escucho a mamá decir que tengamos cuidado y que no llegue tarde a casa.











–Pasaremos por Doyoung? -Le preguntó a mi amigo que está tras el volante.

-Cómo solemos hacerlo, solo espero esta vez este puntual y no tengamos que entrar a su casa, sus hermanas me harían polvo en cuestión de segundos. -dice mientras soba uno de sus brazos al recordás a las dos hermanas Kim.

–De qué te quejas, si fuiste tú quien les dio entre a esas gemelas. -respondo riéndome.

Yuta me voltea a ver con el seño fruncido y en seguida vuelve a poner su mirada en el camino.

–Yo que sabía que esas dos estaban locas y para mí sorpresa... Eran hermanas de Doyoung, no se parecen en nada. -exclama con temor.

Realmente las gemelas no tienen ni una gota de parecido a Doyoung pero como Yuta es tan distraído no pudo notar que sus apellidos considian a la perfección.

Además como dicen, las mujeres siempre sean de parecer a la madre, me lo dirán a mi que Wendy es parecida a mamá... Sin mencionar el genio que se carga.

Veo como faltan algunas calles para llegar a la casa de Doyoung y veo de reojo a Yuta quién parece estar rezando mentalmente para ver a nuestros amigo fuera de casa.

Nos acercamos poco a poco y para la desgracia de Yuta, Doyoung no se encuentra esperandonos fuera de casa.

–Mierda, Kim Doyoung!

Volteo para ver esa cara que tanto me encanta, esa cara de miedo en Yuta.

No es que me alegré verlo así, pero este chico necesita aprender de sus errores.

The Man of My Life.Where stories live. Discover now